Eduardo Fernández: Formación Política
La Traición de los Mejores fue el título de un ensayo de Don Mario Briceño Iragorry. En ese escrito, Don Mario denunciaba que la política terminaba en manos de los menos preparados o de los más mediocres como consecuencia de la deserción de los mejores. En una carta de Simón Bolívar a Cristóbal Mendoza le dice: Si los hombres como usted se alejan de la vida pública, la República caerá en manos de los pillos. Esa profecía se está cumpliendo en Venezuela desde hace algún tiempo. Pero no sólo en Venezuela. En muchos países está ocurriendo que la política queda en manos de gente que parece no estar preparada para las responsabilidades que supone la actividad política. El domingo pasado, 10 de julio, se cumplieron los 60 años de existencia del IFEDEC. Instituto Internacional de Formación de líderes y de promoción de Políticas Públicas. Esa institución lleva hoy el nombre de su fundador e inspirador, Arístides Calvani. No es verdad que cualquiera puede ser político. Así como cualquiera no puede ser gerente de una empresa, médico cirujano, ingeniero o piloto de un avión. Cualquiera no puede ser político. Hay que estudiar, prepararse, formarse en las disciplinas requeridas para el buen ejercicio de la política. El cargo más delicado e importante al que puede aspirar un político en Venezuela es el de Presidente de la República. Para desempeñar ese cargo hay que saber conjugar tres verbos fundamentales: Ganar (las elecciones), Cobrar (lograr que se produzca una pacífica transición del poder) y, finalmente, Gobernar (saber establecer las prioridades y convocar gente capacitada y honesta para gerenciar la cosa pública). El Presidente no puede ser cualquiera. En los últimos años Venezuela ha sufrido mucho precisamente por haber tenido al frente del gobierno a personas sin preparación para gobernar. De acuerdo con la Constitución Nacional, el Presidente debe ser Jefe del Estado. Es decir, una persona capaz de convocar la unidad de todos los venezolanos. Debe ser también Jefe del Gobierno, capaz de convocar a un equipo competente y honesto para dirigir los programas concretos. Debe ser también Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, Jefe de la Hacienda Pública y dirigir la política internacional del país. Para todo eso es necesario tener formación política. Seguiremos conversando.
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