‘El 26’ de Díaz-Canel
Los tres octogenarios, Raúl Castro, Ramiro Valdés y Machado Ventura, participaron como espectadores
La conmemoración del 66 aniversario del asalto al cuartel Moncada se convirtió este 26 de julio en la confirmación de que Miguel Díaz-Canel es, definitivamente, el elegido para mantenerse al mando del país como relevo de la generación histórica.
El propio mandatario lo dio a entender en sus primeras palabras, ante 10.000 granmenses reunidos en la Plaza de la Patria de Bayamo. “Me preguntaba cómo y en nombre de quién les voy a hablar hoy, teniendo en cuenta que en esos actos, por tradición, siempre se pronuncian dos discursos, el de la provincia sede de la celebración y el de los protagonistas de la historia”.
Recordó que las palabras centrales de todas las conmemoraciones anteriores “siempre han estado a cargo de Fidel, Raúl, Ramiro Valdés y Machado Ventura”. Y añadió que le parecía un detalle importante “que los protagonistas de la historia, vivos, lúcidos, activos en su liderazgo político” le hayan encomendado pronunciar las palabras centrales de ese acto.
Como ya se ha vuelto habitual en la liturgia revolucionaria de los últimos años hubo canciones con pretensiones patrióticas, poemas, “improvisaciones” de decimistas campesinos y discursos de una emocionada pionerita y una exaltada joven estudiante. Federico Hernández, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido Comunista en la provincia, hizo el acostumbrado resumen de éxitos parciales y deficiencias a resolver, al tiempo que convocaba a los presentes a resistir las agresiones del imperio y continuar en la construcción del socialismo.
Federico Hernández, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido Comunista en la provincia, hizo el acostumbrado resumen de éxitos parciales y deficiencias a resolver
En su alocución, Díaz-Canel hizo las obligadas alusiones a la historia citando palabras de Fidel Castro y rescatando a Ñico López, uno de los asaltantes del Moncada asesinado tras el desembarco del Granma, “gran amigo de Raúl en cuyo despacho ocupa un lugar de honor la foto del muchacho de los grandes espejuelos negros.”
El gobernante reiteró que la Revolución, que necesita hoy librar una batalla por la Defensa y la Economía y tiene que defenderse del enemigo, “precisa al mismo tiempo que fortalezcamos en nuestra gente la puntualidad, el civismo, la esencia de la solidaridad, la disciplina social y el sentido del servicio público”.
Para hacer un retrato de la situación que vivía el país en los tiempos previos al asalto del Moncada apeló a “un estudio que la ley Helms-Burton nos provoca a desempolvar”, realizado por la Fundación Católica Universitaria en 1956 donde se habla de la necesidad de hacer en el país una reforma agraria.
Díaz-Canel, para rebatir los argumentos de quienes hoy reclaman propiedades, enfatizó la diferencia que hay entre las confiscaciones hechas contra “los malversadores de la dictadura de Batista” y las nacionalizaciones, “derecho que la comunidad internacional reconoce a todas las naciones soberanas”, aunque omitió el detalle de las propiedades incautadas a miles de particulares cubanos ajenos a la dictadura batistiana.
La frase “No, nos entendemos”, extraída de una cita de Antonio Maceo durante la Protesta de Baraguá, fue repetida retóricamente para referirse al diferendo con el Gobierno de Estados Unidos y a supuestas propuestas de reconciliación que implican “abandonar a los amigos”.
La frase “No, nos entendemos”, extraída de una cita de Antonio Maceo durante la Protesta de Baraguá, fue repetida retóricamente para referirse al diferendo con el Gobierno de Estados Unidos
El dirigente cifró en 4.343 millones de dólares el daño económico que han causado al país las restricciones económicas impuestas por Estados Unidos a Cuba desde marzo de 2018 hasta abril de 2019, aunque advirtió que ese dato no incluye las pérdidas ocasionadas por las últimas medidas de la Administración de Donald Trump “que limitan las licencias de viaje, prohíben el atraque de cruceros y refuerzan las restricciones financieras”. A esos fenómenos atribuyó el desabastecimiento y la falta de piezas de repuesto.
Refiriéndose a los asuntos internos y a los desafíos en que hay que concentrarse, mencionó “en primerísimo lugar la invulnerabilidad económica y militar del país, el ordenamiento jurídico, la adecuada respuesta a cuanto obstáculo interno exista, sea el burocratismo, la insensibilidad o la corrupción que no pueden aceptarse en el socialismo”.
Díaz-Canel también se refirió al reciente aumento de salarios que tanta polémica ha despertado entre economistas. “Puestos frente a la vieja disyuntiva de subir salarios ya o esperar a resultados productivos para respaldar esas elevaciones decidimos elevarlos, no una sino varias veces el valor de lo que se estaba pagando”, expuso.
A continuación añadió: “pero para sostener esas y todas las medidas de beneficio social que sea posible es preciso producir más y elevar la calidad de los servicios. Nuevas medidas propuestas por el pueblo deberán aprobarse en las próximas semanas y meses.”
Díaz-Canel anunció que asistirá a las reuniones del Foro de Sao Paulo para llevar los mensajes de la Revolución
No le faltó la solidaridad con el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela ni la condena a quienes denuncian sus desmanes. Anunció que asistirá a las reuniones del Foro de Sao Paulo para llevar los mensajes de la Revolución y “fortalecer la integración de las fuerzas de izquierda y su movilización frente a la ofensiva imperial que se ha propuesto quebrarnos, dividirnos y enfrentarnos”.
Finalmente los tres octogenarios que participaban como espectadores en el acto, Raúl Castro, Ramiro Valdés y Machado Ventura subieron a la tribuna para escenificar la foto final de brazos levantados en señal de victoria. En ese mismo momento se anunciaban en La Habana el fallecimiento del cardenal Jaime Ortega y, en Washington, nuevas sanciones económicas contra Cuba.