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El ‘8-M’ de Italia: la Justicia busca respuestas en Bérgamo, zona cero del coronavirus en Europa

El presidente de Italia, Giuseppe Conte, ya ha comparecido ante la Fiscalía, aunque todavía no hay ningún imputado.

Italia busca más respuestas acerca de cómo arrancó el coronavirus en el país, sobre todo en la provincia de Bérgamo. Por eso, igual que en España se elaboró un informe sobre la posible influencia de la celebración del 8-M en la propagación del virus, la Justicia transalpina está llevando a cabo una investigación para saber si hay o no responsables entre los miembros del Ejecutivo nacional del primer ministro Giuseppe Conte o entre las autoridades de la región de Lombardía, uno de los principales focos de la epidemia.

Aunque todavía no hay imputados, los magistrados de la Fiscalía de Bérgamo, en Lombardía, están investigando sobre la base de “epidemia imprudente”. Un importante grupo de familiares de víctimas, reunidos bajo el nombre del comité Nosotros Denunciaremos, se suman a las acusaciones que, todavía, son contra desconocidos.

¿Por qué son los jueces de Bérgamo los responsables del caso? Oficialmente, la pandemia en Italia –y en Europa– se inicia el 21 de febrero, cuando las autoridades transalpinas decretan el cierre de los pueblos de Codogno (Lombardía) y Vo’ Euganeo (Véneto) para declararlos como zonas rojas, es decir, áreas confinadas, tras haberse registrado los primeros contagiados por coronavirus en el Viejo Continente. Pero cuando ni siquiera se había cumplido la primera semana de epidemia en Italia; los pueblos lombardos de Alzano y Nembro, en provincia de Bérgamo, empezaron a registrar un gran número de contagios sin que ninguna autoridad, ni nacional ni regional, decretara una nueva zona roja.

Con el pasar de las semanas y tras el empeoramiento de la crisis sanitaria, la provincia de Bérgamo se convirtió finalmente en una de las zonas más golpeadas por el coronavirus en Italia y en Europa. Las imágenes de los camiones del ejército italiano trasportando ataúdes fuera del hospital de Bérgamo fueron el símbolo visual de la tragedia, como ocurrió con Madrid, que se vio obligada a utilizar el Palacio de Hielo para guardar los cadáveres.

Actualmente, las cifras lombardas representan la mitad de los fallecidos y un tercio de los contagiados en Italia por Covid-19. Los jueces, por el momento, no están haciendo presión sobre ningún colectivo o cargo en concreto, pero su estrategia se está centrando en escuchar a las principales autoridades vinculadas con los hechos investigados.

Militares en Bérgamo.

Militares en Bérgamo. Reuters

Comparece Giuseppe Conte

En los últimos días, los fiscales de Bérgamo lograron algo fotográficamente sorprendente, es decir, interrogar al propio presidente del Ejecutivo italiano, Giuseppe Conte; quien en ningún momento ha querido hacer polémica acerca de su obligatoriedad de declarar ante los magistrados.

Al contrario, el premier se ha sentido cómodo en todo momento, admitiendo no estar “preocupado” y asumiendo el deber de testificar: “Soy responsable de las decisiones y siguiendo la máxima precaución”, ha declarado el jefe del Ejecutivo italiano el pasado viernes tras tres horas de interrogatorio frente a los jueces de la Fiscalía de Bérgamo, quienes se desplazaron personalmente al Palazzo Chigi, en Roma.

El presidente del Consejo de Ministros italiano asegura haber “aclarado todo”, sobre la base de una total “responsabilidad política” y estando completamente convencido de que no acabará imputado. A día de hoy, también han sido interrogados la ministra de Interior, Luciana Lamorgese; el ministro de Sanidad, Roberto Speranza; y el presidente de la región Lombardía, Attilio Fontana.

Zona roja el 8 de marzo

¿Dónde radica, concretamente, el problema? Todo se centraría a partir del día 25 de febrero, 4 días después del arranque de la epidemia en Italia. A partir de tal fecha, supuestamente, se producen dos hechos distintos. Por un lado, las autoridades locales habrían empezado a notificar acerca de un posible nuevo foco en la provincia de Bérgamo.

Por el otro, el presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, quien niega haber sido informado en relación a dicha situación. En medio, la región de Lombardía, presidida por Attilio Fontana, hombre de referencia del soberanista Matteo Salvini –líder de la Liga y que no ve la hora de arrebatarle al moderado Conte la presidencia del Gobierno–.

 

Matteo Salvini lidera una protesta contra el Gobierno.

Matteo Salvini lidera una protesta contra el Gobierno. Reuters

 

Diez días después, en torno al 5 de marzo, Conte habría optado –de ahí, según él, su elección “responsable”–, por no aumentar el número de zonas rojas aisladas, aunque las fuerzas del orden ya estuvieran sellando los territorios bergamascos como si, de facto, lo fueran. La razón de todo ello, radica en que, para el 8 de marzo, ya estaba en marcha la idea, luego concretada, de declarar buena parte del Norte de Italia toda una única zona roja. Lo mismo pasará, finalmente, con el resto del país, desde el momento en el que Italia a partir del 12 de marzo fue el primer país de Europa en aplicar el confinamiento generalizado a toda su población.

Conte asegura que la decisión de no cerrar fue suya, pero que la región de Lombardía podría haber solicitado una zona roja para Bérgamo, en cualquier momento: “Nunca aparté mi responsabilidad ni ataqué Lombardía. Ellos me preguntaron si se podía cerrar y les dije que sí. El Gobierno o la región, podía haber tomado la decisión”. Para el presidente de Lombardía, Attilio Fontana, “la decisión de establecer una zona roja era del Gobierno”.

Cuarto país con más fallecidos

Según los últimos datos aportados por la Protección Civil Italiana, actualmente en el país hay todavía más de 25.000 positivos por coronavirus, pero se trata de una cifra con clara tendencia a la baja en las últimas semanas. Del mismo modo, pero de forma opuesta, en lo que se refiere a los números de curados, que cada día son más, y que a día de hoy superan ya las 177.000 personas. Con más de 34.000 víctimas mortales, Italia se sitúa como el segundo país de Europa y el cuarto del mundo con más fallecidos por Covid-19. Según se aprende de las autoridades transalpinas, en el país se han efectuado ya casi 4.700.000 test diagnósticos.

 

Entrada al Palacio Ducal de Venecia.

                     Entrada al Palacio Ducal de Venecia. Reuters

La noticia acerca de las deposiciones del Gobierno italiano ante los fiscales de Bérgamo llega en un momento en el que los transalpinos, poco a poco, tratan de convivir con el coronavirus. Muchos llevan mascarillas, otros no. Hay quien siempre usa geles desinfectantes en la calle, otros no. Hay quien está preocupado acerca de si podrá volver todo a la normalidad en el trabajo, mientras otros temen por la normalidad de sus vacaciones.

Las novedades acerca del interrogatorio de los jueces lombardos a Conte surgen casi cuatro meses después del origen de la epidemia en el país, en un clima en el que el primer territorio europeo golpeado por ella trata de pasar página, al menos a pie de calle. Pero en los pasillos del poder, en un contexto en el que las fuerzas soberanistas están tratando, por todos los medios, de volver al poder; la “tregua” política, si es que en algún momento ha habido una durante la Covid-19, no perdonará a aquellos que tuvieron en sus manos el poder frenar, algo más, la epidemia.

 

 

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