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El caso Odebrecht da un giro más dramático, y pone en la mira la campaña de Peña y del PRI en 2012

Andrés Manuel López Obrador se preguntó ayer si los sobornos supuestamente entregados por Odebrecht a Emilio Lozoya fueron a dar a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en 2012, quien envió un mensaje a través de su cuenta de Twitter. Lo anterior porque el director de Odebrecht en México, Luis Alberto de Meneses Weyll, declaró que “los pagos comenzaron en marzo de 2012, cuando Lozoya era uno de los principales integrantes del comité de campaña del actual Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto”. El escándalo parece estar concentrado en algo que el Gobierno de México no querrá hablar: el financiamiento de la campaña 2012.

Ciudad de México, 14 de agosto (SinEmbargo/Infobae).- Los tentáculos del escándalo Odebrecht amenazan con alcanzar a la campaña electoral de 2012 de quien es hoy Presidente de México, luego de que se hiciera público que uno de los integrantes del equipo que lo llevó a Los Pinos habría recibido sobornos de la empresa durante el tiempo en el que Enrique Peña Nieto buscaba el voto de los mexicanos.

Investigaciones en México y publicaciones del diario brasileño O’Globo revelan que Emilio Lozoya Austin, quien coordinaba el área Internacional de la campaña de Peña Nieto, habría recibido distintos pagos de la compañía a través de empresas off shore entre las primeras y las últimas semanas de la campaña electoral.

En plena contienda electoral de 2012, la constructora Odebrecht transfirió USD 3 millones 140.000 dólares a una empresa establecida en Islas Vírgenes, ligada a Emilio Lozoya Austin, quien en aquellos días fungía como Coordinador de Vinculación Internacional en la campaña del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Peña Nieto.

Lo depósitos se hicieron entre los meses de abril y junio, cuando arrancaba y cuando terminaba la campaña.

La organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) obtuvo copia de estados de cuenta del Meinl Bank de Antigua –propiedad de Odebrecht- en los que aparecen siete transferencias a favor de Latin American Asia Capital Holding, señalada por uno de los delatores de la constructora brasileña como la firma a través de que se pagaban los sobornos a Lozoya Austin, quien ya una vez ganadas las elecciones pasó a ser director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), la estatal petrolera y principal generadora de empleos en el país.

El dinero habría sido enviado desde la cuenta 244006 del Meinl Bank, ubicado en la isla de Antigua, a nombre de la compañía “fachada” Innovation Research Engineering and Development Ltd. (IRED), que era utilizada por Odebrecht para ocultar el pago de sobornos a políticos latinoamericanos.

Tras destaparse el escándalo de sobornos de Odebrecht, en diciembre de 2016, salió a la luz cómo la empresa financió campañas políticas en Chile, Colombia, Perú, Brasil, Argentina y El Salvador, sólo por mencionar algunas; en esos países diversos funcionarios están bajo investigación, han tenido que renunciar a sus puestos o, incluso, están en la cárcel.

LAS FINANZAS YA FUERON REVISADAS

Los gastos de la campaña de Peña Nieto fueron sumamente controversiales al existir denuncias por la supuesta compra de votos a través de un sofisticado sistema de monederos electrónicos canjeables en una cadena de supermercados, así como el excesivo gasto en publicidad y el uso de vuelos privados.

El reporte oficial señaló que el equipo de campaña de Peña Nieto habría gastado 327 millones 527 mil 020 pesos (USD 18.195 millones). Un informe presentado en 2014 por una comisión legislativa que investigó el tema reveló que el gasto habría sido 13 veces mayor de lo permitido.

En el caso de México, Luis Carlos Ugalde, ex presidente del desaparecido Instituto Federal Electoral (IFE) –responsable de la organización de los procesos electorales- dijo a Infobae que la Ley local prohíbe que empresas privadas donen recursos para campañas políticas. En el caso que la campaña presidencial del oficialista PRI informó que sus finanzas ya fueron auditadas como lo contempla la ley.

Consideró prematuro que se ligue los presuntos sobornos que recibió Lozoya Austin a la campaña presidencial del oficialismo, pues antes de hacerlo, afirma, primero debe investigarse si recibió esos sobornos, a través de quiénes y para qué se usaron.

Pero para Eduardo Huchim Mae, ex consejero electoral en la capital mexicana y actual analista de temas políticos, el señalamiento de que estos presuntos sobornos se hayan hecho durante la época de campaña debería ser motivo suficiente para que el Instituto Nacional Electoral (INE, que sustituyó al IFE), la Fiscalía especializada en delitos electorales y la Fiscalía Federal ya estuvieran buscando la forma de encontrar un mecanismo que les permita volver a revisar las finanzas de la campaña del ahora partido oficial.

“Los gastos fueron inverosímiles. Estamos ante un escándalo mayúsculo que tiene que ver con el gasto en la campaña presidencial; en su momento hubo quienes denunciamos este gasto frente a lo cual el IFE determinó que fijo el gasto en unos 327 millones, pero sin rebasar el tope de gastos, en cambió determinó que quien sí había rebasado el límite de gastos era el candidato de la oposición Andrés Manuel López Obrador, con una campaña muy modesta, eso fue inverosímil”, dice Huchim a Infobae.

Para Huchim, el escándalo de Odebrecht confirma lo que en su momento no quiso hacer el órgano electoral en México.

“Me parece muy evidente que una aportación a un personaje que formaba parte del equipo de campaña hecho por una multinacional corruptora parecería claro que ese dinero fue aportado para la campaña”, afirmó.

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