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El dato de junio confirma que Argentina modera la subida de la inflación

El IPC crece el mes pasado un 2,7%, cuatro décimas menos que en mayo y el registro más bajo desde enero

La inflación argentina pierde fuelle. Los precios aumentaron en junio un 2,7% y rompieron por primera vez en el año el piso de los tres puntos mensuales. La foto sería materia de preocupación en cualquier otro país, pero el equipo económico prefiere ver una película de capítulos descendentes. Desde el 4,7% registrado en marzoel IPC subió 3,4% en abril  y 3,1% en mayo. Junio ha confirmado ahora la tendencia. Mauricio Macri tiene atada su reelección a un éxito aunque sea moderado en la batalla contra la subida de precios. La inflación interanual se mantuvo en el 55,8% y la semestral fue del 22,4%, pero si la desaceleración se mantiene podrá llegar a las elecciones de octubre con la situación bajo control.

El Gobierno concentró en el primer trimestre del año los aumentos en las tarifas de los servicios públicos, como electricidad, gas, agua y transporte. Por eso esperaba que junio, y también julio, mostrasen mejores índices de inflación que en el arranque del año (11,4% entre enero y marzo). La oficina de estadísticas, el Indec, atribuyó buena parte de la subida del mes pasado al encarecimiento de los rubros «salud» (3,6%), «recreación y cultura» (3,7%) y «comunicación» (7,1%), pero el rubro “vivienda” (2,7%) parece controlado después de que el Gobierno pospusiese hasta después de las elecciones las subidas programadas para mitad de año.

La gran batalla de Macri es, desde su llegada al poder en diciembre de 2015, contra la inflación y la consiguiente depreciación del peso frente al dólar. Ha sido un hueso mucho más duro del que esperaba el presidente, luego de que en campaña dijese que controlar los precios era “lo más fácil del mundo”. El costo que paga Argentina ha sido hasta ahora altísimo y las consecuencias negativas se prevén de muy largo plazo.

La estrategia oficial de contención del IPC ha sido una combinación de emisión cero, para secar la plaza de pesos, y tasas de interés de hasta 70%.La falta de pesos inhibe al pequeño ahorrista, que no tiene dinero extra para atesorar en divisa, y las tasas convencen a los grandes inversores, que a la vista de ganancias récord en moneda nacional deciden no refugiarse en el dólar. Los daños colaterales de la estrategia fueron el derrumbe del consumo minorista (7,9% solo en junio, según consultoras privadas), la subida del desempleo hasta el 10,1% y una economía en recesión.

En el último informe sobre Argentina, presentado el lunes, el FMI dijo que espera para este año una caída del PIB de 1,3% y una subida de 1,1% en 2019, la mitad de lo que había previsto en el arranque del año. Que esas cifras se mantengan dependerá de lo que el Fondo llamó “ruido electoral”, esto es, la posibilidad de que un buen resultado del kirchnerismo en las primarias de agosto anticipe su eventual triunfo en las presidenciales de octubre. Según esta lectura, semejante resultado complicaría la capacidad de Macri para aguantar la crisis, pese al rescate financiero de 57.000 millones de dólares que le ha dado el FMI, y sus aspiraciones de reelección entrarían en un terreno muy complicado.

La inflación, en tanto, “continúa alta”, pero el FMI destacó que la tendencia «a la baja», como ha mostrado ahora el Indec, ha sido la evidencia de que el plan argentino de ajuste económico “está dando sus frutos”. El peso lleva once semanas de estabilidad frente al dólar, suficientes para que haya una mejora en la percepción social de la crisis. Los últimos sondeos electorales indican que la candidatura de Macri crece y la distancia con el binomio Alberto Fernández – Cristina Kirchner se ha reducido a entre cero y cinco puntos. El desafío de Macri será que el buen clima se mantenga al menos hasta octubre.

 

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