El general de mayor rango de EE.UU. cree que Trump enloqueció tras perder las elecciones
Mark Milley llamó a China dos veces para dar garantías de que no iba a atacarla, según un nuevo libro
El militar de mayor rango en Estados Unidos temió que en sus últimos días en el cargo Donald Trump llevara al país a un conflicto armado. Eso le llevó a contactar a su cuenta y riesgo con China para darle garantías de que impediría cualquier ataque. Esas revelaciones, efectuadas en un nuevo libro sobre la salida de Trump del gobierno del prestigioso periodista Bob Woodward, han llevado a destacados republicanos a pedir la destitución del general Mark Milley, al que Joe Biden ha mantenido en el cargo de jefe del Estado Mayor Conjunto.
Es más, según dicen los autores del libro, Milley habló con los comandantes y otros generales de alto rango, y les dijo claramente que no debían ejecutar ataque alguno sin antes hablar con él. Según dijo Milley en una reunión secreta en el Pentágono: «No importa lo que les digan, ustedes siguen el protocolo. Y yo soy parte de ese protocolo».
La revelación más escandalosa es que al margen del presidente —que es comandante en jefe de las fuerzas armadas— el general Milley hizo dos llamadas telefónicas a su homólogo en Pekín, el general Li Zuocheng, para darle garantías de que EE.UU. no atacaría a China. Las dos llamadas, según revela Woodward, que destapó el caso Watergate, y el también periodista Robert Costa en el libro «Peligro», tuvieron lugar el 30 de octubre de 2020, antes de las elecciones, y el 8 de enero de 2021, dos días después del saqueo del Capitolio.
El libro cita partes de las conversaciones del general Milley con el general Li. En la primera, Milley llamó a Pekín porque disponía de informes de inteligencia que revelaban que China temía un ataque inminente en su contra. «General Li, quiero asegurarle que el gobierno estadounidense es estable y que todo va a ir bien… No vamos a atacar ni realizar ninguna operación bélica en su contra», dijo Milley, quien además prometió que le alertaría si Trump ordenaba un ataque. La segunda llamada fue para asegurarle a China que a pesar del saqueo del Capitolio, EE.UU. seguía estable: «Estamos 100% seguros, todo está bien, pero la democracia puede ser caótica a veces».
El influyente senador republicano Marco Rubio le escribió una carta al presidente Biden pidiendo que releve al general Milley de sus responsabilidades. «Estas acciones del general Milley demuestran una clara falta de buen juicio, y le insto a que lo releve de inmediato», dice Rubio. «Este es un precedente peligroso que el general Milley u otros podrían reeditar en cualquier momento en el futuro. Amenaza con destrozar el antiguo principio de control civil de las fuerzas armadas de nuestra nación».
Milley fue elegido para el cargo por Trump, y la relación entre ambos se quebró en junio de 2020 después de que el expresidente hiciera al general acompañarle, vestido de combate, a hacerse una foto ante una iglesia que había sido vandalizada ante la Casa Blanca, después de que los antidisturbios desalojaran con gases asfixiantes y granadas aturdidoras las calles aledañas. El presidente solo puede movilizar al ejército dentro de EE.UU. en casos de insurrección. Trump se enfrentaba a disturbios generalizados tras un nuevo estallido de protesta racial por la muerte de George Floyd bajo custodia policial.
Según revela este nuevo libro, el general Milley está convencido de que Trump padeció un deterioro cognitivo y mental tras perder las elecciones, algo que además habló con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. Según el libro, Milley «estaba seguro de que Trump había entrado en un serio declive mental después de las elecciones, con Trump en estado casi maníaco, gritando a funcionarios y construyendo su propia realidad alternativa sobre interminables conspiraciones electorales».
El libro cita a Pelosi, quien le dijo al general Milley: «Usted sabe que [Trump] está loco. Ha estado loco durante mucho tiempo». Milley respondió: «Señora presidenta, estoy de acuerdo con usted en todo».
También trató Milley estos problemas con la directora de la CIA, Gina Haspel, quien según los autores le dijo al general que temía «un golpe de estado de extrema derecha».