CorrupciónDeclaracionesDemocraciaDerechos humanosDictaduraPolíticaRelaciones internacionales

El Gobierno español: «Zapatero no nos representa»

El Gobierno español acogió ayer con estupor el mensaje conciliador y comprensivo con el régimen de Nicolás Maduro que lanzó el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Un mensaje contrario al rotundo rechazo que buena parte de la comunidad internacional ha expresado a la vista de que las elecciones presidenciales celebradas el domingo en Venezuela no han cumplido con ninguna de las condiciones de libertad y transparencia exigibles para el reconocimiento de los resultados.

Desde el Ministerio de Exteriores se calificó la posición del ex mandatario español como «inexplicable» y se aseguró que su intento de mediación «ha perdido toda la credibilidad« ante el propio pueblo venezolano y ante las instancias internacionales.

Fuentes autorizadas del departamento que encabeza Alfonso Dastis recuerdan que a Rodríguez Zapatero se le apoyó desde el Gobierno «mientras existía alguna posibilidad» de encauzar hacia vías democráticas la actitud de Maduro, pero esas esperanzas decayeron hace tiempo.

«Zapatero no nos representa», recalcaron ayer desde el Ministerio añadiendo, no obstante, que «no se le desautorizará porque nunca se le ha autorizado para nada».

En un comunicado emitido horas después de conocerse el resultado electoral, Exteriores afirmaba que, «en concertación con los socios internacionales», apoyará los intentos de negociación «aceptados por todas las partes» -la mediación de Zapatero es rechazada por la oposición-, «en los que se demuestre con hechos la voluntad genuina de contribuir al regreso de Venezuela a la institucionalidad democrática, al respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales y a la búsqueda de soluciones que palíen la grave crisis humanitaria que afecta a la población venezolana».

En medios próximos al ministro aseguraron que por el momento no ha existido ningún contacto del ex presidente con Dastis. Igualmente descartaron seguir el ejemplo de una docena de países que ya ha anunciado la llamada a consultas de sus representantes diplomáticos en Caracas.

Nuevas sanciones

El embajador español en Venezuela ha regresado recientemente a su puesto tras meses de ausencia, decidida en reciprocidad a la retirada del embajador venezolano en Madrid. El Ejecutivo considera que en la actual situación lo conveniente es el mantenimiento de la legación diplomática en plenitud de funciones para velar por los 200.000 españoles que viven en el país caribeño.

Ahora el Gobierno español prepara los argumentos que defenderá el próximo lunes en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea. La diplomacia española no duda de que la mayoría de los socios apostará por imponer nuevas medidas de sanción contra el régimen de Maduro.
Medidas que podrían suponer ampliar el listado de siete dirigentes chavistas a los que ya se castiga con la prohibición de entrar en territorio de la Unión y con la congelación de sus activos. Entre estos dirigentes figura ya el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello. Ahora podría añadirse al listado el nombre del propio Maduro.

La UE también mantiene en vigor un embargo de armas y equipamientos susceptibles de ser utilizados para reprimir o mantener bajo vigilancia a la ciudadanía. Todas estas medidas, que fueron decididamente impulsadas por España, se concibieron en un principio como reversibles siempre y cuando el Gobierno venezolano emprendiera el camino del diálogo y la negociación.

Medidas contra la petrolera estatal

Esta posibilidad, en opinión de las fuentes diplomáticas consultadas, ha quedado ya cegada, de manera que el Gobierno no dudará en abogar por nuevas sanciones con la única condición de que las mismas no impacten sobre la población venezolana. En este sentido se descartan medidas que afecten directamente a la industria petrolera estatal (PDVSA) porque no harían sino perjudicar aún más a la ciudadanía.

Madrid reaccionó ayer al nuevo triunfo de Maduro, plagado de acusaciones de fraude, con el mismo malestar expresado por los principales países de la Unión. El Gobierno ya albergaba pocas esperanzas de un proceso electoral que consideraba manipulado desde su origen para reeditar el mandato del heredero de Chávez. El escaso margen que había para la duda, de hecho, se esfumó cuando todas las fuerzas de la oposición, a excepción de la liderada por Henri Falcon, decidieron dar plantón a las urnas.

 

Así, después de que el Consejo Nacional Electoral diera a conocer el veredicto de la votación, el Ministerio consideraba «evidente» que en el proceso electoral venezolano «no se han verificado los requisitos indispensables» de participación en igualdad de condiciones de todos los partidos políticos y candidatos, ni la composición equilibrada del Consejo Nacional Electoral, así como tampoco un calendario electoral viable y pactado, ni tampoco las garantías técnicas requeridas para el escrutinio por los estándares internacionales. En estas condiciones, añadía, «la desconfianza de una mayoría de los ciudadanos venezolanos en el proceso electoral, se ha traducido en una elevada abstención».

Botón volver arriba