El hijo de Raúl Castro no podrá ser presidente. ¿Y Mariela?
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Tras meses de especulación sobre quién sucederá a Raúl Castro, algo ha quedado claro esta semana: Castro no podrá pasar la jefatura del gobierno a su hijo, el coronel Alejandro Castro Espín.
Al menos, no legalmente.
El coronel Castro Espín no fue nominado como diputado a la Asamblea Nacional, lo que según las leyes cubanas, impediría que llegara a la jefatura del gobierno. El jefe de los Consejos de Estado y de Ministros debe provenir de la Asamblea y ser ratificado por ella. Castro Espín, sin embargo, podría conservar gran poder, si se mantiene al frente de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional, una entidad creada recientemente y de la que poco se sabe, pero que tiene control sobre ministerios y fuerzas de seguridad dentro de la isla.
Con un Castro fuera, disminuyen las probabilidades de que el nuevo jefe de gobierno, que sustituirá a Raúl Castro en abril, lleve el mismo apellido de la familia que ha estado gobernando el país por 60 años. Pero aún queda otra posibilidad: la hija del actual gobernante, Mariela Castro Espín, sí ha sido nominada como diputada.
Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual, ha fungido como una vocera de facto del gobierno, sobre todo en el extranjero, pero ha dicho que no tiene intenciones de acceder a un puesto político. En abril del año pasado, sorprendió con unas declaraciones en las que sugería que había varios contendientes para suceder al actual gobernante, quien dijo que se retiraría tras dos mandatos.
“¿A quién quiero para el futuro del país? No tengo la menor idea. En todos los que yo miro veo virtudes y defectos, incluyendo en mi papá”, dijo. “El pueblo es el que tiene que decidir. No tengo un preferido pero hay varias personas con cualidades. Todavía no me voy a pronunciar, estoy observando.”
Las elecciones para constituir una nueva legislatura, originalmente planificadas en febrero, fueron aplazadas hasta abril en medio de un contexto ecónomico y político complicado para una transición política. Cuba necesita compensar las pérdidas en subsidios de Venezuela y exportación de servicios médicos, así como buscar nuevos inversionistas en un momento en que las relaciones con Estados Unidos se encuentran en un punto de gran tensión.
El actual gobernante, de 86 años, también fue nominado como diputado y se espera que se mantenga al frente del Partido Comunista. En la lista de nominados se encuentran, además, el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, el candidato más visible para suceder a Castro, pero también otras figuras dentro del grupo de dirigentes “históricos” más conservadores como José Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdés.
La nominación de los vicepresidentes Machado Ventura —también segundo secretario del Partido—, de 87 años, y de Valdés, de 85, llama la atención por ir en contra de las ideas expresadas por el propio Castro en el pasado congreso del PCC en abril del 2016. Castro propuso límites de edad para los cargos en el Partido y el gobierno.