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El incierto rumbo del diálogo venezolano en México

El pedido del gobierno para que Alex Saab –presunto testaferro de Nicolás Maduro y quien estaría a un paso de ser extraditado a EE UU– participe en la negociación está ahora en el panorama

El inicio de la segunda ronda de diálogo entre la delegación del gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana en México está previsto para este viernes. Pero el rumbo de las conversaciones es incierto, según analistas.

El chavismo pidió esta semana la incorporación de Alex Saab –supuesto testaferro de Maduro y quien estaría a un paso de ser extraditado a EE UU– a la mesa de diálogo, una solicitud que le complica el panorama a la Plataforma Unitaria, que agrupa a la oposición.

El pedido, hecho por Jorge Rodríguez, jefe de la delegación oficialista, ha sido calificado como un mecanismo dilatorio del proceso auspiciado por el Reino de Noruega. Pero, a pesar de la solicitud, los opositores afirmaron en un comunicado que continuarán en la mesa de negociación.

Sin embargo, expertos señalan que al parecer no depende de ellos levantarse y tampoco cuentan con muchas opciones.

De acuerdo con la profesora Carmen Arteaga, doctora en ciencia política de la Universidad Simón Bolívar, en este punto hay que preguntarse si los representantes de Juan Guaidó tienen el “poder y la autonomía” para levantarse. “Creo que no es el caso”, asegura.

La oposición, haciéndole contrapeso al gobierno, se ha permitido mantenerse en la escena e incluso se ha librado de rendición de cuentas. “La Plataforma no está en capacidad de decidir si se levantan o no y continuará como contraparte legitimadora”, agrega.

Contra esta posición, la delegación chavista tiene dudas de si los representantes de Guaidó continuarán en el diálogo. “Lamentablemente siempre es una posibilidad, ya lo hemos visto como ha ocurrido en el pasado. La oposición en República Dominicana teniendo listo la totalidad de un acuerdo se retiró de la mesa”, le dijo a El Tiempo Francisco Torrealba, diputado oficialista e integrante del equipo negociador en representación de Maduro.

Para Torrealba, el gobierno “sigue esperando” que la oposición se “meta” en el carril democrático y deje los “atajos inconstitucionales y las formas de asalto al poder como los intentos de magnicidio”.

Cautela en la oposición

En el comunicado de la oposición se hace un llamado al Reino de Noruega para que “garantice” el cumplimiento por parte “de la delegación del gobierno” de las normas acordadas en el proceso, insisten en que siguen apostando al diálogo y que la incorporación de Saab es una estrategia de defensa ya vista en el proceso de paz colombiano. El mismo Guaidó declaró que se sentían “cautos”, pero que la idea es llegar a soluciones concretas.

Miguel Velarde, economista y asesor político, cree que desde el inicio ya reinaba la incertidumbre y el camino estaba lleno de obstáculos porque la mesa no cuenta con tres variables fundamentales: la primera, que el mediador sea neutro, en el caso de México. La segunda, que los actores representen a la mayoría de los ciudadanos; y la tercera, que se negocien asuntos realmente útiles.

A todas estas variantes se suma el tema de la justicia internacional, que complica el escenario, pues la extradición o no de Saab a EE UU no depende de la oposición, sino del sistema de justicia y parece que ahora el foco para el gobierno de Maduro no es el levantamiento de las sanciones sino la presencia del empresario. “Obviamente el régimen va a forzar y presionar”, enfatiza Velarde, quien cree que los factores adversarios a Maduro no deberían continuar en el diálogo. “Va a terminar en un nuevo fracaso, como los anteriores”.

La presión internacional tampoco ha cesado. Rusia cuestionó las acciones contra Saab, mientras que EE UU sigue intentando la extradición no solo del empresario colombiano, sino también de Hugo «el Pollo» Carvajal, detenido en España. “Apoyamos negociación y en paralelo los esfuerzos para llevar a Alex Saab a la justicia”, dijo el jueves el embajador de EE UU para Venezuela, James Story. Además, reiteró que el fin último de las conversaciones deben ser las elecciones presidenciales con garantías.

Por el momento el diálogo no se ha detenido, pero ha sido el gobierno el que ha mostrado fuerza. De hecho, Arteaga recuerda como desde 2013, a pesar de las denuncias de fraude o declaratoria de usurpación del cargo, Nicolás Maduro sigue en la presidencia.

 

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