El interferón decepciona en Nicaragua después de pagar casi 6 millones de dólares a Cuba
El fármaco ha salido de los protocolos del ministerio del país centroamericano
Las autoridades sanitarias de Nicaragua han dejado de incluir el interferón alfa 2b de fabricación cubana entre los tratamientos contra el covid-19. Después de que el régimen de Daniel Ortega apostó por el fármaco, en la práctica clínica no ha cumplido las expectativas, según el diario La Prensa.
En abril pasado un avión de la línea aérea venezolana Conviasa, proveniente de La Habana, aterrizó en Managua con 8.000 dosis de interferón alfa 2b, un fármaco desarrollado en 1979 en Suiza y fabricado en la Isla.
Ortega aseguró entonces que el medicamento podría servir para «combatir el coronavirus», por lo que llegó a Nicaragua un equipo de científicos y médicos cubanos «con la intención de producir interferón en un laboratorio local con propósitos de exportación a Latinoamérica».
Ortega aseguró entonces que el medicamento podría servir para «combatir el coronavirus», por lo que llegó a Nicaragua un equipo de científicos y médicos cubanos
«Como parte de la brigada de asesores estamos también presentes la Organización BioCubafarma, que en Cuba está asegurando al plan nacional para atender esta epidemia con 22 medicamentos, uno de ellos es interferón alfa 2B recombinante, que ha sido utilizado por las autoridades de salud de China y también se ha colocado en la guía de otros Ministerios de Salud», dijo en esa ocasión Marta Ayala, vicedirectora del Centro de Investigación de Biotecnología de Cuba.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) autorizó una partida de 11,7 millones de dólares para atender la pandemia en el país centroamericano y un poco más de la mitad de esos fondos (5,9 millones de dólares) se destinaron a la compra de 49.715 inyecciones de interferón.
En el más reciente protocolo del Ministerio de Salud nicaragüense no aparece el interferón en ninguno de los tratamientos. «El ministerio ha ido actualizando lo que ellos llaman su algoritmo de tratamiento. El primer algoritmo que publicó recomienda el Interferón Beta-1B para los casos graves y me llamó la atención que el último algoritmo, que es un poco más complicado porque da muchas medicinas, ya no pone el interferón. Hay como una modificación a sus propias pautas», señaló el doctor Jorge Cuadra, neumólogo nicaragüense.
«No está incluido en ningún protocolo internacional», aclara el doctor Cuadra. «Más bien se desaconseja su uso, excepto si se hace en ensayos clínicos. No es un medicamento que, dentro de las opciones, venga a generar muchas expectativas».
Según el último informe del Ministerio de Salud, hasta el martes pasado, Nicaragua registraba 1.118 casos confirmados de covid-19 y 46 muertos por esta causa, aunque el independiente Observatorio Ciudadano registró hasta el 3 de junio 5.027 contagios y 1.114 muertes por la pandemia.
Otra voz escéptica fue la del doctor Carlos Quant, un infectólogo nicaragüense recientemente despedido del hospital público Roberto Calderón, de Managua, donde trabajaba desde hace más de 20 años, por sus críticas a la gestión oficial de la pandemia.
No sé de dónde sacaron esas conclusiones maravillosas. Yo creo que los intereses son de otra naturaleza, más comerciales, y no médicos. Venir y hacerlo aparecer como que es la panacea o la solución al coronavirus está muy lejos de la realidad»
«La mayoría de los médicos hemos sido escépticos con eso del interferón», dice. «No sé de dónde sacaron esas conclusiones maravillosas. Yo creo que los intereses son de otra naturaleza, más comerciales, y no médicos. Venir y hacerlo aparecer como que es la panacea o la solución al coronavirus está muy lejos de la realidad».
Aunque se ha presentado como un fármaco «victorioso» en la campaña contra el covid-19 en China, solo se han mostrado dos estudios sobre la eficacia del interferón. «No son estudios conclusivos. Son muy pequeños. Uno fue hecho en China, con 126 pacientes de los cuales 86 incluían el uso de interferón combinado con otros dos medicamentos. Y el otro fue hecho en Irán. Demostró que sí había una reducción de la mortalidad, pero el estudio es muy pequeño, con 42 pacientes solamente».
Quant advierte que «la OMS lo que dice es que no hay ningún tratamiento eficaz contra el virus y tampoco está comprobado que el interferón implique riesgo para la salud del individuo. Ningún país ha puesto su énfasis principal solo en este fármaco. Fue una apuesta arriesgada la de Nicaragua».