El ministro de Exteriores de Taiwán: «Una guerra interrumpiría más del 40% del comercio mundial»
Tras las maniobras militares de Pekín, el ministro de Exteriores de Taiwán alerta de la catástrofe que sería una invasión china, que equipara al expansionismo nazi
Firmada por soldados que combaten contra Rusia, una bandera de Ucrania destaca en la sala de reuniones del ministro de Exteriores de Taiwán, Joseph Wu. A su lado, dos urnas lucen los guantes de boxeo del alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, y su hermano Wladimir, también dedicados para transmitirle su «espíritu de lucha». Bajo la amenaza de China, que reclama su soberanía, a Taiwán le va a hacer bastante falta. Independiente ‘de facto’ y con su Gobierno elegido democráticamente, esta isla permanece separada del continente desde el final de la guerra civil en 1949. Con el reconocimiento de solo 13 países, su titular de Exteriores hace malabarismos para conservarlos por la presión de Pekín. Justo después de su viaje a Estados Unidos con la presidenta Tsai Ing-wen, que provocó nuevas maniobras militares de China cercando Taiwán, Wu recibe a ABC.
-Dichos ejercicios han sido menores que en verano por la visita de Pelosi. ¿Se está acostumbrando Pekín?
-Pekín no debería amenazar a Taiwán. Los viajes al extranjero de nuestros presidentes han sido muy regulares, pero China los usa como pretexto. Como país soberano ‘de facto’, la República de China (nombre oficial de Taiwán) tiene derecho a relacionarse con sus amigos y aliados. Si se fija en las últimas maniobras, son muy amenazadoras. Durante esos tres días, hemos detectado más de 220 incursiones de aviones, una docena de barcos y su portaaviones Shandong.
-¿Cómo se ha tomado las declaraciones de Macron pidiendo que Europa se desmarque de EE.UU. sobre Taiwán?
-Lo que dijo tras su viaje a China ya ha sido clarificado por el propio Macron y por el Gobierno francés, asegurando que su política con Taiwán no ha cambiado. Continúa apoyando la paz y la estabilidad. El Gobierno francés ha publicado su Estrategia del Indopacífico, que da una gran importancia a la paz, estabilidad y prosperidad en esta zona y a tener más relaciones con Taiwán. Estamos muy confiados en que la política francesa hacia Taiwán continúa siendo la misma.
-¿Y también sigue confiando en la Unión Europea (UE), donde hay potencias con fortísimos intereses comerciales en China?
-La Unión Europea está compuesta de países muy diferentes y algunos pueden tener su agenda. Sin embargo, si se fija en las declaraciones de líderes como Von der Leyen y Borrell, siguen contemplando la paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán como algo muy importante. La ministra de Exteriores de Alemania, cuando visitó China, habló en los términos correctos respaldando una resolución pacífica en Taiwán y rechazando un cambio unilateral del ‘statu quo’.
-¿Puede sufrir Taiwán una invasión china como la de Rusia sobre Ucrania?
-Si China ataca o no a Taiwán es una decisión de sus líderes y esperamos que no suceda. La mayoría de países confía en que no ocurrirá porque sería un desastre no solo para Taiwán, sino para China y el mundo. El impacto económico sería inmenso. Mire la ubicación geográfica de Taiwán: más del 40% de los productos que se transportan al mundo atraviesan el Estrecho. Además, Taiwán produce más del 60% de los chips del mundo y el 90% de los semiconductores más avanzados. Una guerra en Taiwán interrumpiría más del 40% del comercio mundial. Es muy importante decirle a China que no recurra nunca al uso de la fuerza. Lo crucial es el ‘statu quo’, que debe ser mantenido. Espero que no suceda, pero podría estallar la Tercera Guerra Mundial. Si viajamos atrás a la Segunda Guerra Mundial, los nazis señalaban territorios y decían que eran suyos. China hace lo mismo con Taiwán. Y no es solo Taiwán la amenazada por Pekín, también los mares del este y sur de China.
-Si hay guerra, ¿enviará EE.UU. su Ejército?
-Lo que pedimos a EE.UU. es que nos proporcione herramientas defensivas y nos ayude a formar a nuestros soldados para que seamos capaces de defendernos. No pedimos a EE.UU. que intervenga en una guerra directamente. La autodefensa es la mayor disuasión contra la agresión china.
-Pero el presidente de China, Xi Jinping, ha cambiado las reglas perpetuándose en el poder y ha prometido solucionar la cuestión en la ‘nueva era’, como llama a su mandato… ¿Teme que cambie también la situación sobre Taiwán?
-Esa preocupación la tienen muchos líderes razonables. Nos preocupa que, una vez que estalle la guerra, va a ser muy difícil resolver el conflicto. Para China, para cualquier líder razonable, la guerra no es el mejor modo de desarrollar el país. Pero la cuestión es si los líderes chinos pueden adoptar la estrategia más razonable en sus políticas. Probablemente no. Otro aspecto que debemos observar ocurrirá en 2027… No digo que ese año vaya a estallar la guerra, pero Xi Jinping podría asumir su cuarto mandato en 2027. Si pretende alcanzar ese cuarto mandato, querrá dejar un legado para la historia. Por el Covid, la ralentización económica, el colapso inmobiliario y las malas relaciones con Occidente, a Xi le va a costar convencer a los chinos de su buen legado. Bajo esas circunstancias, nos preocupa que los líderes chinos puedan querer usar la guerra contra Taiwán para decirle al pueblo que es su legado. Si Xi Jinping no puede usar la fuerza contra Taiwán y resolver la cuestión en poco tiempo, se va a hundir él solo.
AYUDA DE EE.UU.
«Taiwán no le pide a EE.UU. que envíe su Ejército contra China, sino que nos ayude a defendernos solos»
-Ahora se está abriendo al mundo tras el Covid 0. Ha recibido a Lula y se deja querer como mediador en Ucrania mientras lleva a cabo maniobras contra Taiwán. ¿Le preocupa que use esta alianza con potencias emergentes para que no critiquen una invasión?
-China está forjando amistades con regímenes de izquierdas en América Latina. También tiene una influencia sin precedentes en África y mantiene a países del sudeste asiático neutrales. ¿Pero están dichos países agradecidos por lo que China está haciendo? Lo dudo. Mire a los líderes europeos. La mayoría de ellos advierte a China de que no recurra a la fuerza. Otros países del Sur Global, como Brasil, tienen buenas relaciones con China. Pero es irónico que China se posicione como mediador en la guerra de Ucrania y amenace a otros países, como Taiwán.
-El próximo año habrá elecciones presidenciales en Taiwán. ¿Serán un duelo entre la declaración formal de independencia y la unificación con China?
-Las relaciones con China serán un asunto muy importante en las elecciones presidenciales de enero de 2024. Cualquier candidato debe decirle a la sociedad su postura. Pero no sé si la independencia de Taiwán va a ser un asunto clave o una reivindicación electoral. El candidato de mi formación, el PDP (Partido Democrático Progresista), ha hecho importantes declaraciones. Su postura es la misma que la del Gobierno: mantener el ‘statu quo’ y asegurarse de que la situación actual no es cambiada a la fuerza por China. No me preocupa que la independencia de Taiwán, como concepto, se debata en estas elecciones. Al contrario, salvaguardar el ‘statu quo’ debería ser la clave de este Gobierno. No puedo hablar por la oposición, pero tiene que decirle a la gente su postura. Mucha gente de la oposición cuestiona a EE.UU. y parece más próxima a China.
-Durante su mandato, Taiwán ha perdido ocho aliados, el último Honduras. ¿Qué ha ocurrido para que cambie sus lazos diplomáticos por China?
-Honduras tiene una grave deuda y estaba buscando fuentes para financiarse. Pero la forma en que ha pedido a Taiwán ayuda financiera ha ido más allá de nuestra asistencia. Así que Honduras se ha vuelto hacia Pekín. No sé si Pekín va a ayudar a Honduras como le pide. Ha ocurrido antes con otros países, como Costa Rica, El Salvador o la República Dominicana, con los que China no ha cumplido sus promesas. El segundo punto sobre la asistencia china es que hay muchos casos de trampas de deuda y corrupción. El más claro es la presa de Ecuador (Coca Codo Sincliar).
-¿Qué espera del resto de aliados, especialmente de Paraguay, donde hay elecciones el próximo domingo y se discute cambiar los lazos con Taiwán por China?
-Tenemos buenas relaciones con los distintos actores de Paraguay. Confiamos en seguir manteniéndolas. El motivo más importante para tener aliados es que pueden hablar a favor de Taiwán en la OMS o la ONU.
-¿Y qué ocurrirá con el Vaticano, que intenta acercarse a Pekín?
-Si se fija en el modo en que el Gobierno chino está mancillando los derechos y libertades de los católicos, no creo que el Vaticano vaya a tener relaciones diplomáticas con Pekín.
-Debido a la presión de China, ¿qué dificultades tiene Taiwán para ingresar en organizaciones internacionales o firmar acuerdos de libre comercio con otros países?
-El espacio internacional es complicado porque China es poderosa. A pesar de estas dificultades, tenemos más apoyo que nunca, por ejemplo de gobiernos y parlamentarios. Si puede haber más voces, llegará el momento en que pidamos votar una moción para que Taiwán participe en la OMS. Sobre los acuerdos de libre comercio, es difícil negociarlos, pero estamos haciendo progresos con Canadá y EE.UU. y hemos pedido entrar en el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP). Seguiremos trabajando muy duro en este aspecto, para que Taiwán mejore su comercio y relaciones económicas con el resto del mundo.