El naufragio tecnológico de Venezuela
Venezuela ha sufrido una involución en los últimos años, también en tecnologías. (EFE/Archivo)
«¿Tira la palanca y endereza? Que la guagua va en reversa». El merengue del dominicano Juan Luis Guerra sirve para ilustrar la involución de la calidad de vida del venezolano y en el ejercicio de sus derechos relacionados con el acceso a internet durante los últimos años de la llamada Revolución bolivariana.
La imagen continua del dinosaurio que aparece en las pantallas cuando no hay Internet es un claro recordatorio de los problemas de las conexiones en Venezuela. Miles de usuarios tratan de comunicarse con Cantv (esta empresa estatal es el principal proveedor de internet en el país, con cerca del 80% de los suscriptores) para presentar su queja, apenas alcanzan a tener un número de reporte que no se solventa.
Adriana es una diseñadora gráfica que trabajó por mucho tiempo para un diario de circulación nacional, hasta que el devaluado sueldo no le permitió continuar allí. Entonces encontró en el trabajo freelance una oportunidad. «Ahora mi gran problema es internet. Trabajo desde mi casa, pero casi nunca hay conexión o es muy lenta la velocidad de descarga. Me cuesta cumplir con los tiempos de entrega», destaca.
Mientras la velocidad de navegación en internet en América Latina y el Caribe para el año 2016 era de 5,3 megabits por segundo (Mbps) y mejoró a 5,6 en 2017, en Venezuela pasó de 1,9 Mbps a 1,3 a partir de enero de 2018
Un estudio reciente del Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) -que puede ser consultado en su web- suministra explicación científica a las continuas fallas en la red en todo el territorio nacional. Mientras la velocidad de navegación en internet en América Latina y el Caribe para el año 2016 era de 5,3 megabits por segundo (Mbps) y mejoró a 5,6 en 2017, en Venezuela pasó de 1,9 Mbps a 1,3 a partir de enero de 2018. Es decir, Venezuela es de los colistas del continente en ese ámbito.
Esta es apenas una de las razones por la que la ONG Freedom House -con sede en Washington- en su último informe sobre el estado de la libertad de internet calificó por primera vez a Venezuela como «No Libre», el mismo estatus que tiene Cuba. En 2016, Venezuela estaba en la categoría de «parcialmente libre».
«Varios elementos influyeron en esta calificación: el deterioro del acceso y de la calidad de los servicios de telecomunicaciones, los bloqueos selectivos de algunas webs, las detenciones arbitrarias de reporteros y activistas, así como los mayores niveles de violencia física y técnica registrada contra periodistas, medios digitales y portales de organizaciones ciudadanas», señala el informe.
Para tener una idea del estado de las telecomunicaciones en Venezuela con respecto al resto del mundo, los estudios de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones pueden aportar algo de luz. Esta agencia de la ONU, especializada en las Tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC), emite desde 2009 un reporte anual en el que analiza 11 indicadores.
El porcentaje de hogares con computadoras, con conexiones a internet, suscriptores de telefonía móvil son algunos de los elementos que la organización toma en cuenta para el cálculo.
Según la clasificación más reciente, publicada en 2017, de 35 países de América Latina, Venezuela ocupa el puesto número 17 por detrás de Trinidad y Tobago (11), Granada (12), Antigua y Barbuda (13), Dominica (14) y San Vicente y las Granadinas (15).
En el ámbito mundial, de 176 países, Venezuela ocupó el puesto 86, con un índice de desarrollo de las TIC de 5,17 puntos. En 2016 estaba en el puesto 82 con 5,22 puntos. Cuba pasó del puesto 135 al 137, aunque mejoró su índice en un exiguo 0,11 puntos, obteniendo 2,91.
Orígenes del naufragio
La periodista y académica venezolana Raisa Uribarri, autora del informe de Freedom House, explicó a El Nacional los orígenes del naufragio tecnológico venezolano.
Las políticas del Gobierno entre 2000 y 2006 apuntaban hacia la masificación de la red. Producto de ellas se establecieron zonas de acceso a conexiones inalámbricas (wifi) libres, la creación de infocentros y la entrega de computadoras Canaima en escuelas y liceos.
Pero eso comenzó a cambiar a partir del año 2007 -según explica Uribarri- con políticas de hegemonía reveladas por el entonces ministro de Comunicación Andrés Izarra, la nacionalización de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) y en 2010 con la reforma de la ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos.
«Se empieza a constreñir las libertades de acceso a Internet a través de varios mecanismos: sanciones de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, Conatel,hackeos a sitios personales, detención de infociudadanos o periodistas, pero eso es lo visible, pues hay una censura invisible que obra por la vía de una burocracia gubernamental», comenta.
La censura invisible consiste, en opinión de la experta, en el desmantelamiento de la infraestructura de las telecomunicaciones
Esa censura invisible consiste, en opinión de la experta, en el desmantelamiento de la infraestructura de las telecomunicaciones. Primero con la toma de Cantv, que maneja el 80% de las comunicaciones y tiene operador de telefonía móvil: Movilnet. Ninguna de las dos empresas estatales reinvirtió sus ganancias en la modernización de equipos y procesos.
Del lado del sector privado, el cinturón estrecho de la burocracia ha impedido hacer las adecuaciones tecnológicas. Por una parte, se impide la actualización de las tarifas a precios competitivos, por la otra, el estricto control cambiario no ha permitido a los operadores de telecomunicaciones tener acceso a suficientes divisas.
En una entrevista a finales de 2017, Mario Seijas, directivo de la Cámara del Sector de las Telecomunicaciones (Casetel) explicaba que apenas de había asignado al área 3,5 millones de dólares a través de subastas a lo largo del año, una cifra que contrasta con la que se otorgó 17 años atrás, que excedía los 1.000 millones de dólares.
Sitios bloqueados
El hecho de que un ciudadano tenga Internet activo y, con suerte, una velocidad de descarga apropiada para navegar, no significa que pueda ingresar al portal de su gusto. La censura opera de diversas formas.
Entre el año 2015 y 2016 el Instituto Prensa y Sociedad documentó los incidentes en torno a los principios de acceso y neutralidad de la red. Este monitoreo y diagnóstico permitió tener una medición exhaustiva durante la campaña electoral parlamentaria de 2015 en cuatro momentos esenciales: en los días de cierre de campaña, los previos a los comicios, el día de las elecciones y las jornadas posteriores a la votación.
Los resultados obtenidos se fundamentaron en la medición que se realizó de manera sistematizada en cuatro estados del país: Aragua, Bolívar, Táchiray Área Metropolitana de Caracas. La medición abarcó 48 días (del 25 de noviembre de 2015 hasta el 14 de enero de 2016), en los que se obtuvieron 6,4 millones de pruebas que fueron analizadas y sistematizadas.
Se encontraron entonces 43 casos de webs objeto de bloqueo sistemático por parte de uno o más proveedores de internet que operan en Venezuela
Se encontraron entonces 43 casos de webs objeto de bloqueo sistemático por parte de uno o más proveedores de internet que operan en Venezuela. Las categorías más proclives a ser bloqueadas fueron: sitios relacionados con el mercado paralelo del dólar (44,19%), medios de comunicación (18,60%) y blogs de crítica al chavismo (11,63%). El bloqueo de los sitios no se ejecuta únicamente a través de Cantv, otros operadores como Movistar y Digitel también lo emplean.
Por otra parte, el costo de un dispositivo para navegar es otra de las limitaciones. En Venezuela una tableta se puede conseguir en el portal de compras Mercado Libre por 20 millones de bolívares (15 salarios mínimos), un teléfono inteligente de los más económicos cuesta alrededor de 12 millones de bolívares y una computadora usada básica el mismo precio (nueve salarios mínimos), sin contar el costo del modem y los planes de servicios de datos.
En Venezuela, el salario mínimo es de 1.307.546 bolívares, incluyendo el bono de alimentación, eso es menos de 6 dólares mensuales, insuficientes para comprar dos kilos de queso al mes.
La producción
El limitado acceso a internet no repercute solo en la falta de información que sufren los ciudadanos, también es un dolor de cabeza para el sector privado productivo.
Ricardo Cusanno, primer vicepresidente de la principal central de empresarios del país, Fedecámaras, indica que han recibido muchas quejas sobre el servicio de internet desde las distintas regiones del país. Explica que recientemente convocaron una reunión a distancia de las cámaras regionales y»el 50% de los representantes no pudieron conectarse por problemas con el servicio o de energía eléctrica».
Para quienes viven en alguna de las ciudades más habitadas del país y la calidad del servicio a internet sea mala, ignoran que en provincias la realidad es aún peor. «Las diferencias de acceso a internet entre la capital y los centros menos poblados, sobre todo en las áreas rurales, persisten», resalta el informe del año pasado de Freedom House. «Las ofertas de banda ancha móvil se concentran en ciudades con poblaciones de más de 50.000 habitantes y en zonas de altos ingresos», añade el reporte.
Esto explica los argumentos de Cusanno, quien destaca que hay poblaciones de algunos estados, como Falcón, que no cuentan con servicio bancario por problemas en internet. Esta realidad se expresa a través de las redes sociales que dan cuenta de las innumerables quejas provenientes del interior del país. Por ejemplo, la usuaria de Twitter identificada como @lmedinar denuncia desde Tucupita: «tengo un mes con reporte y miles de llamadas, y aún sin respuesta, sin aba ni tono». El usuario @Sarmientodan escribió desde Falcón: «Sectores de Pueblo Nuevo de Paraguaná sin servicio de aba y teléfono».
Para el sector comercial también es un inconveniente –apunta el dirigente empresarial- ya que por la falta de efectivo muchas de las transacciones se deben realizar con transferencia electrónica. Sin Internet esta opción tampoco es viable.
Otros afectados son las personas que trabajan desde sus casas. «Hay muchos procesos que pueden ser manejados de manera remota. Por ejemplo, en las agencias de viajes se usa la figura del freelance y se vende todo a través de internet», lo que es imposible si la red no está disponible.
Las deficiencias tecnológicas dificultan también los trámites en línea, como las declaraciones de impuestos.
Portales y redes sociales
Un asunto medular es que el mal servicio también está impidiendo que la gente se informe. Según el reporte anual de Tendencias Digitales, más de un 80% de los internautas usan la red para ver noticias o entrar en las redes sociales.
Raisa Uribarri destaca que producto de la censura en los medios tradicionales como la televisión, la radio y prensa, gran cantidad de ciudadanos buscó en la red la información a la cual no podían acceder por otra vía, pero los bloqueos de páginas web y la imposibilidad de conexión están limitando la alternativa digital.
Por ejemplo, durante las jornadas de protestas en Venezuela del año 2014 y de 2017, los ciudadanos se enteraban de lo que ocurría en las calles únicamente a través de la prensa digital o de las redes sociales. «Lo que se está haciendo es censurar. Cuando se caen las telecomunicaciones, lo que se cae es la comunicación de los ciudadanos», señala Uribarri.
En el mundo académico se ha acuñado el término brecha digital para explicar cómo puede marcar a un país o grupo humano la imposibilidad de tener a la mano las herramientas de las tecnologías de la comunicación e información con respecto a otros grupos que sí tienen acceso.
El término brecha digital explica cómo puede marcar a un país o grupo humano la imposibilidad de tener a la mano las herramientas de las tecnologías de la comunicación e información con respecto a otros grupos que sí tienen acceso
La profesora Pippa Norris de la Universidad de Cambridge publicó en 2001 un trabajo con el título Compromiso civil, pobreza de la información e Internet, en el que explica que la brecha opera en un sentido global, social o en la democracia (entre quienes participan y quienes no participan de los asuntos públicos en la red).
Norris cita un extracto del discurso del exsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, quien advirtió del peligro de excluir a los pobres del mundo de la revolución de la información. «Las personas carecen de muchas cosas: trabajos, refugio, comida, cuidado de la salud y agua potable. Hoy, estar desconectado de los básicos servicios de telecomunicaciones es una dificultad casi tan aguda como estas otras privaciones y, de hecho, puede reducir las posibilidades de encontrar remedios para ellos».
Se entiende entonces que los rezagos en el acceso a las tecnologías de la comunicación de los grupos humanos ocasionará que sean más pobres, los países más atrasados y las sociedades menos democráticas. «Tira la palanca y endereza. Que la guagua va en reversa».