El novelista estadounidense Richard Ford, Premio Princesa de Asturias de las Letras
Ford es el único escritor que ha conseguido el premio Pulitzer y el Faulkner por la misma obra, «El día de la independencia».
El novelista estadounidense Richard Ford ha sido galardonado hoy en Oviedo con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016, al que optaban veintiuna candidaturas procedentes de dieciséis nacionalidades, entre las que figuraban su compatriota David Mamet y el autor portugués Antonio Lobo Antunes.
Ford (Jackson, Mississipi 1944) es el único escritor que ha conseguido el premio Pulitzer y el Faulkner por la misma obra, «El día de la independencia» (1995), y toma así el relevo en los Premios Princesa de Asturias para la literatura norteamericana de Philip Roth, que obtuvo el galardón en la edición de 2012.
El Premio de las Letras, que el pasado año recayó en el cubano Leonardo Padura, está dotado con 50.000 euros y la reproducción de una escultura diseñada por Joan Miró, y será entregado en octubre, al igual que los otros siete galardones de la Fundación Princesa de Asturias, durante una ceremonia presidida por los Reyes de España.
Retratista de la sociedad de EEUU
Nacido en 1944 en Jackson, en el estado de Misisipi, tuvo una infancia dura tras fallecer su padre cuando tenía 15 años, lo que le llevó a tener que trabajar de fogonero en los ferrocarriles.
Graduado en Literatura por la Universidad de Michigan en 1966, posteriormente hizo una especialidad en escritura creativa en la Universidad de California. Ford confiesa que debido a su dislexia, de joven leyó muy poco. De adulto, mucho, pero muy lento. Pero luego se enamoró de la literatura y decidió ser escritor.
Gran aficionado a los deportes, trabajó como periodista deportivo, lo que le sirvió para escribir la novela «The Sportswriter», publicada en su país en 1986 y que le consagró como escritor. En ella contaba la vida de un escritor fracasado convertido en periodista deportivo que sufre una crisis espiritual por la muerte de su hijo, un relato por el que la revista Time la eligió una de las cinco mejores novelas del año. Además fue finalista del premio Faulkner 1987.
Novelas de aquellos primeros años son «Piece Of My Heart» (1976) y «The ultimate good luck» (1981), o «Rock Springs» (1987), una recopilación de diez narraciones que son el retrato desolado de una desconocida Norteamérica rural, donde vagan el fantasma de la desocupación y el desencanto, ambientada en el estado de Montana. Los personajes de estos relatos pertenecen a sectores marginados y pobres. Además, a menudo parecen pequeños delincuentes y matrimonios rotos. A finales de 1989 publicó otra novela, «Wid Life».
Richard Ford, hijo de un comerciante y de una campesina, está molesto por la etiqueta de heredero de Hemingway con el que le suelen comparar. Él se defiende diciendo que «se le cuelga a todo americano que escriba cuentos». Sin embargo reconoce que en su obra puede encontrarse la huella de Faulkner, lo que es «inevitable si has nacido en Misisipi», suele recordar; y de Eudora Welty, una escritora de su pueblo natal. Catalogado por la crítica en la corriente denominada «Realismo sucio», Ford afirma que nunca comprendió qué significa. «Sigo sin entenderlo, ya que lo único que los críticos logran es limar y obviar las diferencias entre autores diferentes y entre la producción de un mismo escritor», señaló en su visita a Barcelona en 1990.
Por «Independence Day» (1995) obtuvo tanto el premio Pulitzer como el Faulkner, convirtiéndose en el único autor ganador de esos dos premios por la misma obra. Esta obra, junto con «The Sportswriter» y «Acción de Gracias» (The Lay of the Land), está protagonizada por Frank Bascombe, que aparece de nuevo en «Francamente, Frank» («Let Me Be Frank With You»), en la que recoge cuatro relatos, publicada en 2014.
Su protagonista representa al norteamericano blanco de clase media, que comienza en su juventud como periodista deportivo, llega a ser vendedor de casas, y en su última obra se adentra en la vejez y la muerte. A través de Frank Bascombe el autor disecciona la vida de Estados Unidos desde mediados de los ochenta.
Richard Ford habla español, que aprendió en los años setenta ya que vivió siete meses en México. Itinerante por convicción, el escritor ha vivido además en varias ciudades americanas, como Chicago -que considera la ciudad más interesante de EEUU-, Luisiana, Nueva York y Montana.