El relato político más chapucero de la Historia
El principal hilo conductor de las acciones del Gobierno ha sido evadir sus responsabilidades y culpabilizar a cualquiera que pasase por allí
Los seres humanos somos unos yonkis de los cuentos desde que una noche, hace miles de años y al calor de una hoguera, un cazador de mamuts lanudos consiguió mantener a toda su tribu despierta hasta el amanecer gracias a la narración convenientemente novelada de su último éxito cinegético.
Nos encantan las historias, las narraciones que nos explican lo que sucede a nuestro alrededor de forma sencilla, sin esfuerzo, sin necesidad de tener que realizar abstracciones complejas.
Nos fascinan los videojuegos, los podcasts, las novelas y las películas en las que el bueno es el bueno y viste de blanco, y el malo es malo a tiempo completo, pura vileza pata negra sin traza de bien alguno.
Nos apasionan los cuentos en los que todo es tan sencillo y ordenado que nos transporta a ese lecho cómodo y cálido de nuestra infancia en el que nuestros padres se sentaban a nuestro lado y nos leían un libro hasta que nos quedábamos dormidos. Esa es su potencia evocadora.
Tras universalizarse la democracia liberal como forma de gobierno en el mundo occidental, las campañas electorales se volvieron masivas y realmente competitivas
Una fuerza que sorprendentemente no fue usada de forma masiva por el mundo del marketing y la comunicación hasta bien pasada la Segunda Guerra Mundial, cuando tras universalizarse la democracia liberal como forma de gobierno en el mundo occidental, las campañas electorales se volvieron masivas y realmente competitivas, transformándose en carreras en las que ya no bastaba la ideología, el candidato o un buen programa para ganar, se necesitaba un extra, una chispa que integrase todos esos elementos en un pack, articulados por un hilo conductor comprensible y movilizador para el elector: el relato.
Un relato que, para funcionar, no podía dibujarse de cualquier manera, sino que debía componerse de diferentes narrativas fraccionales pero convenientemente trenzadas bajo su paraguas, debía ser repetido sin complejos, debía interpelar a los ciudadanos para integrarlos como actores del mismo y sobre todo ( y esta es su característica más importante) debía ser coherente durante todo el tiempo de su vigencia.
La chapuza narrativa
Como verán, nada más lejos de la chapuza narrativa incoherente y tacticista que nos lleva endilgando el ministerio de las ocurrencias sito en el palacio de la Moncloa desde el comienzo de la crisis del COVID19.
Pero analicemos las nueve diferentes fases de este relato de garrafón que nos ha tocado sufrir hasta ahora con el desapasionamiento de un entomólogo del siglo XIX:
-FASE 1: Se descubre la infección en China
-Declaración del Gobierno: El virus no nos afecta, es una cosa lejana, son cuentos chinos
-FASE 2: El virus salta a Europa y entra por Italia
-Declaración del Gobierno: No hagan caso de la prensa de la derecha, están sobreactuando, esto es como una gripe.
-FASE 3: Gran salto dramático, la covid llega de forma masiva a España y estalla
-Declaración del Gobierno: Esto es una catástrofe global, el gobierno de España no tiene la culpa de nada. Haremos caso a la ciencia.
– FASE 4: Primera ola, estado de alarma y confinamiento
-Declaración del Gobierno: Esto solo se puede arreglar otorgando al gobierno poderes excepcionales. Todo el poder para Moncloa
-FASE 5: Fin de la primera ola y desescalada
-Declaración del Gobierno: Hemos vencido al virus
-FASE 6: Final de la desescalada. No se aprueba el estado de alarma
-Declaración del Gobierno: Que se ocupen las CCAA
-FASE 7: Estalla la segunda ola
-Declaración del Gobierno: La culpa es de las CCAA.
-FASE 8: Llegan las vacunas
-Declaración del Gobierno: El gobierno ha traído las vacunas y Pedro Sánchez ha vencido al virus
-FASE 9: Estalla la tercera ola
-Declaración del Gobierno: La culpa es de los ciudadanos, que son unos irresponsables.
Las conclusiones de este breve ejercicio forense son tan tristes como evidentes:,
1.- O bien estamos ante la narrativa política más chapucera de la historia o bien no ha habido relato alguno en la gestión comunicacional y estratégica de la crisis por parte de “Pirotécnicas Moncloa”, solo parches, improvisación y tacticismo.
2.- El principal hilo conductor de las acciones del Gobierno ha sido evadir sus responsabilidades y culpabilizar a cualquiera que pasase por allí (científicos, oposición, CCAA o ciudadanos de infantería) de sus propios errores, dejaciones e incomparecencias.