Elecciones en América Latina en 2017
(Infolatam).–El año que comienza será intenso en citas electorales en América Latina. Habrá elecciones presidenciales en Ecuador, Chile y Honduras y podría celebrarse la segunda vuelta en Haití, dependiendo del dictamen del Consejo Electoral Provisional (CEP). El calendario incluye otras convocatorias: parlamentarias en Argentina o jurisidiccionales en Bolivia, sin olvidar las previstas en cuatro estados mexicanos. Su resultado afectará la evolución política de los países implicados e incluso algunos tendrán un notable impacto regional. Sin embargo, serán los comicios a celebrar en 2018 los que aporten evidencias definitivas sobre los cambios que están ocurriendo en el continente y confirmen si estamos en un nuevo ciclo político. El año próximo habrá seis elecciones presidenciales: Costa Rica, Paraguay, Colombia, México, Brasil y Venezuela.
En Haití continúa, al menos de momento, el culebrón electoral de un proceso complicado y tortuoso. En noviembre pasado, y tras cuatro aplazamientos, se celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales y legislativas. Según los cómputos provisionales se impuso Jovenel Moise, del Partido Haitiano Tet Kale, con el 55,67 % de los votos. El segundo fue Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana, con el 19,52%. De confirmarse estos resultados no sería necesaria la segunda vuelta, prevista para el 29 de enero, aunque la postergación de la proclamación de los resultados por el CEP ha renovado la incertidumbre.
El proyecto nacionalista de Rafael Correa se examina en Ecuador sin la presencia de su caudillo. Aludiendo motivos familiares Correa no encabezará las listas del Movimiento Alianza País a las elecciones presidenciales y legislativas del 19 de febrero. Las dificultades económicas ecuatorianas, agravadas por el descenso del precio del petróleo, le aconsejaron eludir el riesgo de una derrota pública que no sólo acabaría con su carrera política sino también liquidaría su legado. La principal incertidumbre es si el partido gobernante revalidará su victoria encabezado por el ex vicepresidente Lenin Moreno.
Para evitar el balotaje, Moreno debería obtener más del 50% de los votos, algo actualmente improbable según las encuestas, o sumar más del 40% con una diferencia superior al 10% respecto al segundo candidato más votado. La ventaja del oficialismo es que se enfrenta a una oposición dividida en siete candidaturas, cuyos tres principales referentes son Guillermo Lasso (CREO), Cynthia Viteri (PSC) y Paco Moncayo (ANC). De momento las encuestas vaticinan un elevado número de indecisos, de 45 a 47%, y colocan en ventaja a Moreno (35,6% o 28,6% según las mediciones), mientras Lasso y Viteri se disputarían el segundo puesto y el eventual paso a la segunda vuelta, cuya realización podría ser amenazada por la fragmentación opositora. Coincidiendo con estas elecciones, Correa impuso la celebración de un referendo para prohibir a los cargos electos tener empresas o cuentas bancarias en paraísos fiscales.
El 4 de junio habrá elecciones a gobernador en los estados de México, Nayarit y Coahuila y municipales en Veracruz. De cara a las presidenciales de 2018 serán decisivos los comicios del estado de México, que permitirán medir el respaldo popular de los cuatro partidos en liza (PRI, PAN, PRD y Morena) y comenzar a descartar a algunos precandidatos que aún esperan encabezar las listas de sus partidos. Andrés Manuel López Obrador es un caso especial, pese a no tener competidores internos, ya que los resultados de junio permitirán calibrar sus verdaderas opciones.
Mauricio Macri se juega en las elecciones legislativas de octubre (se renueva la mitad del Congreso de los Diputados y un tercio del Senado) la segunda mitad de su mandato. El gobierno confía que se materialice la recuperación económica y que los buenos datos refuercen sus opciones electorales. Un mal resultado reforzaría a la oposición peronista y complicaría la gobernabilidad. De momento Macri se enfrenta a un peronismo dividido en tres grandes fracciones (la de Sergio Massa, el peronismo “ortodoxo” encabezado por algunos gobernadores provinciales y el kirchnerismo, acosado por la corrupción que afecta a Cristina Fernández). En agosto se celebrarán las PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias), un test importante para el resultado posterior.
El 19 de noviembre Chile elegirá al sucesor de Michelle Bachelet, tras designar a los candidatos en primarias a celebrarse en julio. Entonces sabremos si se mantienen las dos grandes coaliciones de centro izquierda y centro derecha y también la identidad de los aspirantes a ocupar el Palacio de la Moneda. Pese a que ya suenan algunos nombres (Sebastián Piñera por un lado, Ricardo Lagos y Alejandro Guiller por el otro), todavía es pronto para saber cómo quedarán las candidaturas en un ambiente de creciente desafección popular con la política y los políticos. A esto se suma el proceso de reconstitución que viven los principales partidos, acorde con las transformaciones que están ocurriendo en Chile.
El 26 de noviembre habrá elecciones en Honduras. Previamente, en marzo, aquellos partidos que tengan más de un precandidato celebrarán sus internas. Confirmado el fallo de la Corte Suprema que permite la reelección, un tema sumamente polémico en el pasado reciente, en noviembre podrán participar el actual mandatario Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, y el ex presidente Manuel Zelaya, destituido por el ejército en junio de 2009, al frente del partido Libertad y Refundación (Libre).
Finalmente Bolivia elegirá en noviembre a los integrantes de los tribunales Constitucional, Supremo de Justicia y Agroambiental y del Consejo de la Magistratura. Si bien estas elecciones tienen un alcance puramente jurisdiccional, permitirán conocer el apoyo con que cuenta Evo Morales tras haber decidido volver a intentar la reforma de la Constitución para aspirar a una nueva reelección en 2019.
América Latina afronta 2017 con citas electorales claves. Si bien todas se caracterizan por su componente nacional, sus resultados arrojarán más luz sobre el rumbo futuro de la región. La suerte de los proyectos populistas en Ecuador y Honduras o de la Nueva Mayoría en Chile podrán decirnos dónde estamos y, sobre todo, qué se vislumbra en el horizonte que ahora comienza a abrirse.