‘Elecciones’ en Cuba: Representatividad falsa y toneladas de propaganda
Que en la lista de candidatos a diputados haya personas de todas las provincias y municipios no significa que todos los territorios están representados en el Parlamento cubano.
El régimen asegura, para presentar las «elecciones» de Cuba como democráticas, que en la lista de candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) están representados todos los territorios del país. Sin embargo, que haya personas nominadas por todas las provincias y municipios no significa que todos los territorios están representados en el Parlamento cubano. Un análisis de los 470 candidatos para los 470 escaños lo demuestra.
¿Cuándo fue la última vez que el primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz, residente en La Habana desde hace años, visitó el municipio Gibara, de la provincia de Holguín, por donde es candidato a la Asamblea Nacional del Poder Popular (AMPP)?
Este es apenas uno de los ejemplos de candidatos a la AMPP nominados por provincias en las que no viven –todos residen en la capital– pero a las que se supone van a representar en la asamblea cuando sean, como ya sabemos que serán, electos.
En el mismo caso están Raúl Castro Ruz, candidato por el municipio Segundo Frente Oriental, que desde 1959 reside en La Habana; Ramiro Valdés Menéndez, actual viceprimer ministro de la República de Cuba es candidato por Artemisa; José Ramón Machado Ventura, natural de Vueltas, Villa Clara, funge como comandante del Ejército y es candidato por Guantánamo. Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, actual presidente de la República de Cuba y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), es candidato por Santa Clara cuando lleva más de dos décadas sin residir en este lugar. Lázaro Alberto Álvarez Casas, actual ministro del Interior, entra a la ANPP por Unión de Reyes. Teresa María Amarelle Boué, actual secretaria General de la FMC, es candidata por Puerto Padre sin residir efectivamente es este lugar. Oscar Manuel Silvera Martínez, actual ministro de Justicia, antes vicepresidente del Tribunal Supremo, candidato por Bayamo, ciudad a la que dejó de pertenecer hace más de dos décadas.
Estos son solo algunos de los nombres que se repiten periodo tras periodo en la ANPP.
¿Más allá de que la Ley Electoral cubana no exige que los candidatos residan en las provincias por las que fueron «nominados», resulta verosímil que quienes sí viven en esos territorios no hayan pensado en proponer a algún conciudadano para representarlos?
Antes de responder esa pregunta hay que recordar que los cubanos residentes en esas provincias no postularon a esos candidatos. Lo hicieron la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el Comité de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y las asambleas municipales del poder popular en la cifra que les corresponde, siempre con la medicación del criterio de una Comisión de Candidatura Nacional oficialista, que se ubica bien distante de la base.
Como admitió la prensa oficial en enero pasado, la CCN prepara las propuestas de candidatos a diputados a la ANPP. Dicho organismo constituye un filtro que brinda una mayor garantía de que los cubanos voten, si deciden hacerlo, por los candidatos preseleccionados por ella.
La propaganda del régimen cubano se llena la boca diciendo que sus «elecciones» son transparentes y democráticas porque el Partido –dice solo el Partido, porque es el único legal en Cuba– no postula candidatos. Y dice la verdad, porque en realidad no necesita postular… directamente.
Todas las organizaciones que nominan a los candidatos están subordinadas al Gobierno y sus dirigentes pertenecen al PCC. El régimen las presenta como una prueba de la representatividad de la sociedad cubana en las elecciones, cuando la pertenencia a estas organizaciones no es opcional, sino automática y prácticamente obligatoria en puntuales casos.
Otra prueba de que la representatividad territorial es falsa es lo que sucede cuando queda vacante un asiento en la Asamblea por el fallecimiento o cese de funciones del diputado que lo ocupaba. Ante esta situación, «el Consejo de Estado dispone, si así lo considera, que los delegados a la Asamblea Municipal del Poder Popular correspondiente, constituidos en Colegio Electoral, elijan a otro diputado para cubrir el cargo; de adoptar tal decisión lo informa al Consejo Electoral Nacional y este a la Comisión de Candidaturas Nacional», de acuerdo al Artículo 232 de la Ley Electoral.
Como evidencia el citado artículo, esas vacantes se cubren de acuerdo a los intereses del poder. De hecho, la ANPP llega a este proceso electoral con más de 50 cargos vacantes, sobre los que no ha dado explicaciones a los cubanos.
Gracias a la propia norma, una persona (escogida por el poder) sin residir nunca en su vida en alguna de las circunscripciones de un municipio/provincia, sin tener relaciones con sus intereses y sin la aprobación directa del electorado de un territorio mediante cualquier vía de consulta democrática anticipada, puede ser propuesto como candidato y ser elegido como delegado y diputado de la Asamblea Municipal que presente una vacante.
El Artículo 233 dispone que «las comisiones de candidaturas participan en la preparación del proyecto de candidatura, que es aprobado por la Comisión de Candidaturas Nacional y presentado a los delegados por la Comisión de Candidaturas Municipal». El 234 establece que «para cubrir una vacante de diputado de quien haya accedido al cargo en su condición de delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular, la Comisión de Candidaturas garantiza que el precandidato seleccionado también lo sea».
La elección se realiza en la fecha señalada por el Consejo de Estado y el escrutinio lo realiza Consejo Electoral Municipal. El candidato, que es uno solo y no compite con otro ciudadano, se declara electo si obtiene más del 50% de los votos.
Recordemos por ejemplo el caso del ascenso del fallecido general de las FAR y zar de GAESA Luis Alberto López Calleja, nacido el 19 de enero de 1960 en el municipio de Santa Clara, ciudad distante del municipio de Remedios tanto en kilómetros (43) como en idiosincrasia y costumbre, aunque pertenezcan ambos a la misma provincia. La distancia entre los remedianos y López-Callejas se hizo también patente desde que su graduación universitaria lo llevó a La Habana, ciudad donde comenzó a hacer vida de militante y a cumplir «tareas» asignadas por la Revolución. Sin embargo, entró al Parlamento por la variante de sustitución por Remedios.
No descartemos que el periodista Humberto López arribe a tal condición por esta puerta de entrada tras finalizarse el presente proceso electoral. Muchos de los preseleccionados esperan entrar por esta puerta trasera, vía que legaliza el inconsistente sistema electoral vigente.
El régimen dice además que en las «elecciones» de Cuba no hay propaganda política, pero lo que no hay es candidatos que presenten a los electores, soluciones para resolver los problemas económicos y sociales, modelos diferentes de país.
Los candidatos no representan alternativas diferentes para los cubanos –de hecho, no representan ninguna alternativa de solución, porque el Gobierno no se propone resolver los problemas de la población, sino mantenerla subordinada– sino la continuidad del régimen.
Teniendo en cuenta que el número de candidatos coincide con el de escaños en la ANPP, no importa que alguno no reciba todos los votos o incluso que no obtenga ninguno para que se convierta en candidato. Pero justamente porque se trata de sus candidatos el régimen no puede tolerar el rechazo ni siquiera a uno de ellos.
Por eso, sus medios de comunicación se encargan antes de cada votación por los diputados de insertar en las mentes de los cubanos la idea de que deben votar por todos sus candidatos. Los dirigentes, en sus recorridos por las provincias a cuyos habitantes deben representar, hablan de los problemas de los territorios, pero no dejan de mencionar la importancia del «voto unido». De hecho, durante su visita a comunidad Antón Díaz, de Santa Clara, Miguel Díaz-Canel celebró que los electores hablaran de la necesidad de dicho voto.