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Elegir la libertad

En medio del huracán económico, de la pandemia y de la peor crisis humanitaria de la historia venezolana, se supone que hay una campaña electoral. Y aunque los venezolanos saben que no hay posibilidades ciertas de elegir, es su inmenso deseo poder cambiar el rumbo y sacar al país del abismo. Y para expresar su opinión cualquier oportunidad es buena.

Si Venezuela no hubiera vivido años de democracia en los cuales cada ciudadano podía votar periódicamente, no extrañaría tanto la libertad que da elegir. Escuchar ideas y escoger la que mejor le pareciera le daba al ciudadano de entonces la sensación de estar a cargo de su propio destino.

Las nuevas generaciones no han tenido esa posibilidad, pues solo han vivido comicios pintados de rojo; solo han escuchado discursos cargados de odio por el contrario; solo han presenciado repartición de cargos y no un verdadero gobierno consagrado a garantizar el bienestar de todos.

Esa necesidad de expresar lo que se piensa sin miedo a retaliaciones, que es posible solo en el juego democrático, es lo que debe buscar la oposición con la consulta que prepara para diciembre. A pesar de la desesperanza, del desánimo y del dolor de toda la tragedia que el venezolano ha tenido que enfrentar, abrir un canal para la participación es de suma importancia.

Tener la posibilidad de decirle al mundo que 80% de los venezolanos no están de acuerdo con el régimen y sus manejos delictivos es una pequeñita luz al final del túnel. Sobre todo porque al alzar nuestra voz también tendrán que darse por enterados los que ilegítimamente detentan el poder. Nadie los quiere.

Han sido los responsables de miles de muertes, familias separadas, dolor, pérdidas, hambre y es bueno que sepan que los ciudadanos los hacen responsables. No se trata de una encuesta más. Con esta consulta puede obtenerse un mensaje claro y conciso que deje sin lugar a dudas el deseo que tienen los venezolanos de poder elegir un nuevo gobierno.

Hay que aprovechar la oportunidad porque el clamor de los venezolanos merece respaldo. El país entero está seguro de que una vez que se haga la consulta, todos los líderes que se oponen al régimen remarán hacia un solo lado para evitar que el barco termine de hundirse.

Lo que no puede la ciudadanía es sentarse a esperar a ver si algo pasa. La acción hará posible la unión. No perdamos la esperanza. Elijamos la libertad.

 

 

 

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