La MUD se está jugando su credibilidad y liderazgo participando en la mesa de diálogo. Consideran un error haber suspendido las acciones de calle. “Quienes participan en la mesa son vistos con recelo”, afirmó Félix Seijas
La gran mayoría de los venezolanos no tiene fe en que el diálogo sea una salida para los problemas de la población, señaló Félix Seijas, director del Instituto Delphos. “Consideran que el gobierno jamás cederá en los puntos neurálgicos para destrancar el juego”. Su opinión coincide con la de otros especialistas que advierten, además, que una parte importante de los opositores ve como un error la suspensión de las acciones de calle y desde la Asamblea Nacional. “La mayoría lo resiente y cree que se perdió un tiempo valioso y que ese hecho decretó la muerte del referéndum revocatorio en 2016”.
Seijas precisó que en los sectores C y D sí se ve como una vía expedita para solucionar la situación económica. Especificó que la oposición se divide en partes prácticamente iguales entre quienes creen que debe considerarse el diálogo como una opción, aunque en la práctica no sirva de mucho, y aquellos que piensan que la Mesa de la Unidad Democrática no debería sentarse. “Ahora bien, de estos últimos los que piensan que la MUD es incapaz e incluso traidora son minoría”.
Reveló que el nivel de confianza en los dirigentes de la oposición disminuyó desde que se sentó en la mesa de diálogo, mas no el apoyo electoral. Tampoco logró identificar un actor político opositor que se haya beneficiado con el diálogo. “Quienes participan en la mesa son vistos con recelo”.
A su entender, la gran mayoría de las personas percibe desunión en la coalición opositora. “El sentimiento general es de desconcierto. Por tanto, si la alianza opositora no muestra cohesión, así como victorias concretas en el diálogo, y no mejora en el tema comunicacional, el sector ‘ninguno’ debe seguir aumentando y volviendo más frágil el apoyo electoral de la MUD y su capacidad de convocatoria”.
Marcos Hernández López, director de Hercon Consultores, coincidió en que la percepción del diálogo en los opositores es negativa. “La mayoría advierte una ganancia estratégica-situacional de un gobierno agotado, sin proyección de gestión eficiente, pero que le ha permitido ganar tiempo para conservar el poder”.
Indicó que las dos reuniones realizadas por la mesa del diálogo no han producido las señales que espera el 80% de los venezolanos. Destacó que la MUD debe fijarse plazos para decidir si continúa en este proceso. “Se está jugando su credibilidad, liderazgo y su trascendencia como actor para el cambio político en este complejo momento histórico. El 6 de diciembre (fecha de la próxima reunión) debe haber un resultado concreto en cuanto al cronograma electoral y los presos políticos”.
Aseguró que el gobierno baraja fórmulas estratégicas que le permitan dividir a la oposición y debilitar los liderazgos como, por ejemplo, presentar a Voluntad Popular como el ala radical y a Un Nuevo Tiempo como el conciliador, pero traidor a la MUD. Lo mismo intenta con Henri Falcón, quien repuntó en los sondeos de su encuestadora, ubicándose como la cuarta opción en unas eventuales primarias con 8,8%, detrás de Leopoldo López (25,1%), Henry Ramos Allup (13,6%) y Henrique Capriles (11%).
“La MUD no debe perder de vista que su objetivo es salir del gobierno, que la paciencia es limitada en un contexto nacional lleno de ansiedad”, recalcó el director de Hercon Consultores.
Relevante desmovilización
Edgard Gutiérrez, coordinador de Venebarómetro, subrayó que lo que se percibe en la opinión pública es muy claro: desconcierto y frustración, por lo que con respecto al futuro cree que la oposición deberá afrontar lo que pudiera ser una relevante desmovilización de sus electores. “Ya esos efectos los hemos vivido: ante escenarios de derrota como los de 2012 y 2013, la abstención conspira contra las oportunidades de los candidatos de la MUD. Debe explicarse muy bien la nueva estrategia para que la gente se mantenga firme y movilizada”.
A su juicio, la tensión social aumentará, pero todavía no es claro cómo la oposición capitalizará ese descontento. “No hay evidencia hoy que sustente que la gente piense que se hipotecó la voluntad popular, pero podemos partir de la premisa de que si la oposición no alcanza lo prometido puede ser el inicio de un proceso de desmovilización que va a costar mucho cambiar. Ese es uno de los retos en lo inmediato para la dirigencia opositora, que hoy es cuestionada y que deberá revisarse a profundidad”.
Para el coordinador de Venebarómetro, los liderazgos más duros, como el de María Corina Machado, podrían salir beneficiados a mediano plazo, solo si proponen una ruta alternativa de conducción política. “Los liderazgos que apoyaron el diálogo podrían definitivamente irse a la baja”.
El dato
Hinterlaces es la única encuestadora cuyos resultados indican que la población está a favor de las negociaciones entre gobierno y oposición. Un trabajo de campo hecho entre el 4 y el 15 de noviembre mostró que 79% de los venezolanos está de acuerdo con que haya diálogo.