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 Entrevista a Argelia Melet, ex Ruptura PRV, ex esposa de Douglas Bravo pero venezolana del presente

Raúl Ochoa Cuenca

Esta que les presento, es una entrevista que realizó la periodista Mauren Morillo del semanario La Razón al inicio del año 2004, a sólo cuatro años desde que Chavez había tomado el poder. Esta entrevista nos sorprende por su crudeza, que ofrece la doctora Argelia Melet, ex esposa de Douglas Bravo, militante revolucionaria ella también desde su juventud, como lo fue el ex guerrillero hoy fallecido a causa de este nuevo flagelo llamado Covid 19.

Esta entrevista es de una clarividencia extraordinaria al presentarnos aquel presente y el futuro en lo que se convertirían aquellos farsantes que se hicieron pasar como venezolanos que luchaban, como lo afirmaban por una Venezuela mejor. Bueno, 17 años después tenemos a la vista la porquería en que convirtieron nuestra patria.

Ya en el 2004 la médico Argelia Melet  nos decía que Chávez cuando siendo oficial de nuestras fuerzas armadas militaba en el Partido de la Revolución Venezolana (PRV-Ruptura) y  participaba en actividades proselitistas con ese partido bajo el seudónimo de Jose Antonio.

Es importante dejar claro que ni Argelia Melet  ni Douglas Bravo, de quien se dice que fue el maestro de marxismo y de teorías políticas revolucionarias del muerto de Sabaneta, nunca participaron del gobierno de Chávez. Esta pareja desde el inicio coincidió que Chavez y sus aliados se habían convertido en muy poco tiempo en una banda de desalmados delincuentes, quienes a toda prisa estaban convirtiendo a Venezuela en algo diametralmente opuesto a lo que conversaban en las largas horas que pasaron con el teniente coronel. Ya para finalizar esta nota introductoria confieso que me impresionó la claridad de una definición que da del poder ejercido por personas sin el debido carácter para ejercerlo. Se refiere a Tarek W. Saab.  Impresionante.

ROC.

 

 

                        Chávez se dejó pervertir por el poder

                            Mauren Morillo S. / Semanario La Razón No. 476 del 22/02/04

Entrevistar a Argelia Melet fue una gran satisfacción profesional. Faltaría espacio en esta página para intentar al menos resumir los sesenta y cuatro años de la vida de esta luchadora social, profesional de la medicina y ex esposa del ex comandante guerrillero Douglas Bravo, con quien además compartió la clandestinidad y la militancia en el Partido de la Revolución Venezolana (PRV-Ruptura).

Con su aguda, certera y ácida escritura ha atacado a la injusticia en el país, a través de múltiples artículos en el desaparecido periódico Ruptura, vocero del PRV. Ella es, además, médico siquiatra, profesora de postgrado, dedicada en cuerpo y alma a asistir a las mujeres con cáncer de mama, una mujer llena de historias, de compromiso, de verdadero sentido revolucionario, de lucha. Conoció de cerca al actual presidente Hugo Chávez, cuando éste siendo militar activo se vinculó al PRV y participó en sus actividades políticas bajo el seudónimo de «José Antonio».

LA LUCHA CONTRA PÉREZ JIMÉNEZ

«Comencé a estudiar medicina a los dieciséis años y me gradué a los veintidós. Me recuerdan como una buena estudiante. Estudié en colegio de monjas en el San José de Tarbes de Valencia. Nací en el año 1940 en Canoabo, Carabobo, atendida por una comadrona. Fue un parto larguísimo, según dijo mi mamá, Duilia. Mi padre, Federico. ( Mi abuelo era anarquista, catalán, vivió la guerra española. Mi mamá venezolana, hija de italianos. Mi papá también venezolano, de origen catalán. Su origen europeo marco su imagen muy criolla, pero alta, fuera de la estatura común de la mujer venezolana, muy blanca y un porte poco frecuente», recuerda Argelia Melet.

El dominio de varias idiomas, tales como el italiano, inglés, portugués, francés y español, le permitió una mejor proyección de sus ideas y de intercambio con el mundo.

– ¿Cómo conoció a Douglas Bravo?

– Douglas me lleva ocho años de edad, lo conocí en la época en que se estaba fraguando la lucha contra Pérez Jiménez. Yo estudiaba bachillerato. En esos momentos la gente que estaba metida en la lucha contra la dictadura, buscaban ‘conchas’. Douglas llega así a mi casa donde se guardaban papeles y hacían reuniones. Mi papá siempre fue urredista, pero muy antigobierno, por lo menos contra Pérez Jiménez. Era jovitero, como se decía en la época. Mi papá y mi mamá, aceptaron que se reuniera en casa la Junta Patriótica y el comité de huelga. Se hacían contactos telefónicos, se guardaban los papeles llamando a la huelga insurreccional.

Luego agrega: «Douglas marcó mi vida. Tuvimos cuatro hijos. Él llegó a mi casa siendo miembro del comité de huelga. Yo tenía diecisiete años. Douglas estaba metido a fondo en el proceso de esa época, trabajaba como obrero en la fábrica de cemento en La Vega y él estaba allí organizando la huelga general contra Pérez Jiménez».

YO ERA UNA JOVEN COMUNISTA

Narra Argelia que su papá también era actor principal dentro de ese movimiento que derrocó a Pérez Jiménez: «Lo tumbamos, yo siento que participé también en esa tumbada. Ese día me fue a buscar un amigo, Jaime Pinto, y nos fuimos para la calle a pegar gritos y a correr. Salió la ballena roja que marcaba a la gente. No me acuerdo dónde me metí. Estaba estudiando bachillerato en el Liceo Aplicación y llego al PCV (Partido Comunista de Venezuela) con gran desagrado de mi papá. Ya era clandestina en mi propia casa con las reuniones del PCV. Ingreso a ese partido, como la mayoría de la gente en la efervescencia de esos momentos».

Argelia prosigue: «Freddy Cárquez estudiaba medicina y nos conocía. A uno se le salía la clase de anti perezjimenista, de luchadores. Freddy nos convoca un día a una reunión y nos dice: ‘Ustedes pertenecen a la juventud comunista’. Llego a ser comunista casi por decreto. En un momento me sentí ‘soy comunista’. Nos dijeron «vayan a vender Tribuna Popular, vayan a los barrios y a las reuniones». La situación era absurda. Mi papá me tenía muy controlada por ser una niña muy delicada y muy decente, así argumentaban. No me dejaban ir sola a las reuniones del PCV así que él me llevaba. Todavía hay amigos que me recuerdan como una mujer delicada».

LA LUCHA CONTRA BETANCOURT

«Viene luego la revolución cubana en 1959. Me empato con Douglas cerca de 1960 y me caso. Él venía de un matrimonio anterior. Se estaba gestando la lucha contra el gobierno de Rómulo Betancourt. Con la influencia de la revolución cubana viene la ida para las montañas, se forman los focos guerrilleros. La gente llegaba de las montañas, en Cuba y regresaban triunfantes, victoriosos tomando el poder. Eran situaciones que calaban mucho dentro de la juventud comunista, dentro del partido comunista que en esos momentos era parte de la guerrilla», afirma.

LA LUCHA ARMADA

-«En 1961 comenzó el frente guerrillero. En ese medio político, subversivo, nace mi relación con Douglas. Me caso con una boda horrible. A mi mamá le dio un ataque de nervios, no quería que me casara. Mi padre no estaba de acuerdo y lo aguantó muy estoicamente. Fue una boda civil nada más, no quería una boda por la iglesia. Fue en mi casa, nos casamos y nos fuimos a desayunar al «Cada» de Las Mercedes. Después nos fuimos a Cuba en plena efervescencia cubana. No conocí a Fidel en esa oportunidad, ni después cuando fui para la conferencia de «OLAS» (Organización Latinoamericana de Solidaridad), porque a Fidel no le dio la gana, no quiso conocerme a mí. En esos momentos había cierta tensión entre la guerrilla venezolana. La corriente de Douglas no fue nunca fidelista, en realidad, él siempre dijo que la guerrilla era venezolana y no tenía que aceptar imposiciones desde el punto de vista doctrinario, ni de cómo hacer las cosas en el proceso venezolano».

FIDEL ES UN DICTADOR

Aclara Argelia, en relación al proceso cubano, que hubo una mala interpretación de lo que fue. Al final de cuenta la victoria de los cubanos se produce por el liderazgo que estaba representado por la guerrilla, pero por la parte insurreccional que se produce en las ciudades de Cuba. La interpretación que le da Fidel es la del foco guerrillero. El foco es el que triunfa. Los cuatro gatos que estaban en la montaña, porque no eran demasiados, llegan y son los héroes. Y todos esos héroes anónimos que estaban metidos ahí y que participaron en la insurrección, que muchos fueron fusilados después, esos se olvidaron.

– ¿Fidel es dictador?

– Sí. En Cuba hay un régimen absolutamente autoritario. No es lo que yo siento dentro de mí como la justicia, la libertad, los derechos de las personas. No es lo que yo quisiera para mi país, ni lo que hubiera querido para Cuba. Es una copia del viejo régimen estalinista que tantas críticas despertó en muchos sectores de la intelectualidad europea y del mundo entero. Al final ¿qué pasa? (no hablo con sentido doctrinario): al pueblo lo sustituyen los comités del pueblo; al comité del pueblo lo sustituye el Comité Central; al Comité Central lo sustituye el buró político; al buró político lo sustituye el jefe único y al final, tenemos una situación donde una persona decide el destino de los demás. Todo lo que es discusión democrática, que es lo por lo que supuestamente estábamos en eso, termina siendo centralista y la democracia se olvidó.

MADRE Y LUCHADORA

– ¿Cómo logra realizarse como mujer, prepararse para ser médico, madre, esposa e hija, en fin tantos roles al mismo tiempo?

La sonrisa disminuye y habla: «Creo que no fui una buena madre. Espero que mis hijos me lo hayan perdonado. Eran momentos de hacer elecciones y creo que hice lo mejor. No puse a mis hijos a brincar de un lado para otro. Preferí sacrificar mi amor de madre y darles un hogar estable, el de mis padres. No andar brincando de un lado para otro con mis cuatro muchachos, no hubieran tenido educación, ni estabilidad. Habrían llegado a odiar no sólo a sus padres, sino aquello por lo que estábamos luchando. Tenía que elegir entre ser una buena madre, pero renunciar a todo lo demás, o sencillamente hacer lo que hice. Creo que he sido una madre como debe ser, pero ya cuando mis hijos estaban grandes. Ya no me necesitaban tanto. Sé que mis hijos sufrieron. Hay una cosa que es propia mía, es el hecho de ser muy curiosa, bastante estudiosa. Me empeño a profundidad, nada a medias. Sólo el papel de mamá que lamento mucho. Creo que todavía le debo a mis hijos. Hemos hechos las paces pero todavía salen cosas que me arrugan el corazoncito.

– ¿En su formación política influyó Douglas Bravo?

-Douglas jugó un papel muy importante en mi vida, lo admiré mucho, lo amé, asegura esta pisciana nacida el 24 febrero.

– ¿Volvería a vivir lo que vivió?

– Es muy difícil que uno no encuentre errores en lo que hizo antes. Yo no era tan importante en ese proceso de la guerrilla pero sí lo habría sido con aquello que tiene que ver con lo psicosocial, pero ese es el azar. No estoy tan segura de que uno elige su vida, ni de los caminos que toma. Uno es uno y sus circunstancias como decía Unamuno, y se aceptan.

Luego añade: «Fui religiosa, que es la disciplina. Siempre me empato con las causas que tienen que ver con el ser humano».

CAP: UN ADVERSARIO CON AGALLAS

– ¿Qué significó para usted la clandestinidad?

– Algo nada fácil, sobre todo la limpieza personal, la relación con la pareja, la familia y los hijos. Estuve clandestina desde la reunión de «Olas» en Cuba, desde 1967 hasta 1975, cuando caí presa, en el gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP).

– ¿Qué concepto tiene de CAP?

– Siempre he creído que él tiene agallas. Una cosa es tener un enemigo político o personal, y otra es que uno no reconozca los valores que el enemigo tiene. Hasta con los enemigos hay que ser leales. Una de las cosas que no puedo perdonar con la situación actual es que hay deslealtad con los amigos y con los enemigos, fui una leal enemiga de CAP. Así eran las cosas, en el fondo había respeto del uno por el otro. Fuimos leales enemigos, en campos opuestos, pero había un respeto por ciertas cosas de la legalidad, de la institucionalidad, de la constitucionalidad, a las cuales se atenía cada quien. Apelábamos a la Constitución cuando se perseguía o se torturaba o se desaparecía a la gente, y el gobierno tenía que responder a eso, porque había un Congreso en el cual se debatían esas cosas…

– ¿Eso no existe ahora?

– Ha desaparecido bastante, ahora hay presos políticos en San Cristóbal, en Mérida, que son negados por el gobierno. Hay un desatar de la actividad de cuerpos policiales que no tienen una respuesta desde el punto de vista de los derechos humanos, de los derechos establecidos en la Constitución que le permita a uno decir que hay un estado de derecho. No sé que pasó con la gente de Bejuma, ¿qué pasó con mi hijo? (Federico Bravo Melet, asesinado por supuestos funcionarios policiales en el año 2002). Afortunadamente hay unos fiscales que se han comprometido a imputar a las personas que lo mataron. A mi hijo, como a mucha gente y muchachos que han sido asesinados. Si aún eres un delincuente, tienes derecho a juicio, aquí no veo donde están los juicios a los corruptos.

EL PODER ES UNA ENFERMEDAD

Al referirse al tema de los derechos humanos, Argelia Melet reconoce que «José Vicente (Rangel) defendió los derechos humanos en nuestra época, pero mientras la defensa de los derechos humanos no estén en manos de las ONG, no irán para ninguna parte. Creo en las ONG, porque no están sujetas a los dictámenes provenientes de alguien que descalifique a los demás como traidores. Liliana Ortega (Cofavic) me merece mucho respeto, ella tiene años defendiendo los derechos de la gente».

– ¿Qué siente cuando sabe que algunos ex militantes del PRV-Ruptura, forman parte de este gobierno?

– He escuchado cosas muy horrorosas. Algunos están millonarios y en puestos claves. Pareciera que el único problema es acabar con AD y COPEI ¿Qué revolución es esta?, ¿dónde están los principios?, ¿dónde está la democracia?, ¿dónde están los valores?, ¿dónde está el respeto por el ser humano?

– El diputado Tarek William Saab fue defensor de los derechos humanos e integrante del PRV-Ruptura

– Fue casi mi hijo putativo, se formó en Ruptura. A mi modo de ver el poder es una enfermedad. Poder y dinero son los dos ingredientes más perversos que existen en cualquier estructura humana. Si no eres una persona que está preparada para enfrentar el poder, de manera austera, despojada del narcisismo que te confiere el poder, de la megalomanía que se te despierta. Tienes que ser una persona muy sana para que el poder no te convierta en algo perverso.

Argelia continúa argumentando: «Lo que ha pasado aquí es una perversión de seres humanos que tenían ya la semilla dentro para convertirse en lo que hoy son. Personas que menosprecian a lo que antes fueron. Se aprovechan de lo que están haciendo para envilecer a quienes están a su alrededor. Tarek no fue capaz, ni siquiera de llamar cuando mataron a mi hijo, ese es el defensor de los derechos humanos. Yo le preguntaría a Tarek: ¿dónde quedaste tú?, ¿dónde está el Tarek de hace diez años?, ¿dónde está el muchacho humilde, candoroso? Frente al Tarek de hoy, prepotente, defensor a ultranza del poder, sin ninguna capacidad crítica. Cuando uno pierde eso, así sea miembro del poder ya uno está enroscado dentro de esa maraña, ya te cuesta trabajo salir, porque si vas a salirte te la van a cobrar. Es bueno hacerse la autocrítica permanentemente de tu actuación en la vida. A mucho de ellos se les olvidó que su vidas tienen que ser una crítica de cada cosas que hacen, que no se es poseedor de la verdad absoluta. Ellos ahora creen que no hay nada que haya hecho mal, que los muertos son justificados que los robos están justificados, que la delincuencia está justificada, que el robo está justificado, sobre la bases que ahora estoy en el poder».

EL PRV EN EL PODER

Argelia Melet recuerda su época de dirigente del Partido de la Revolución Venezolana (PRV), comandado por Douglas Bravo, aparato armado, y con una cara legal que era Ruptura, un periódico orientado a dar a conocer las fallas del sistema y fomentar valores y concientizar sobre los derechos de los habitantes buscando una revolución a la venezolana. En el comité central de esa organización participó Alí Rodríguez Araque, actual presidente de PDVSA, quien antes de llegar a la Causa R y el PPT fundó un partido llamado ‘Tendencia Revolucionaria» (TS) que posteriormente se fusionó brevemente con el grupo «Paso», integrado por disidentes del MAS liderados por Tirso Pinto.

-«Alí Rodríguez, para mí, es mi amigo. No lo veo desde que lo nombraron ministro. Es Alí quien debería decir si puede hablar francamente como hace años. La gente con poder se vuelve extraña».

– ¿ El PRV está en el poder o solo una parte de ellos?

– Alguien me confesó que el poder siempre es reaccionario.

¿Qué hará frente a Chávez y su proceso?

Seguiría haciendo lo mismo: trabajar en lo que creo que soy buena: siquiatra. Trabajar a favor de los pacientes con cáncer; trabajar por los derechos de las personas que en estos momentos están siendo vulnerados porque no tienen medicamentos ni capacidad para costearse un tratamiento. Igualito como Liliana Ortega está luchando por esas personas, luchar dentro del espacio donde cada uno pueda.

-¿Hay salida?

– Sí. Si algo logró Chávez es que despertó conciencia en la gente. Antes se pensaba que los partidos eran los responsables de lo que había pasado. Ahora se piensa de otra manera. La gente se siente abrumada por este espacio que ha ocupado Chávez: la Asamblea Nacional, la Fiscalía General de la República, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría, Consejo Supremo Electoral, Tribunal Supremo de Justicia. Nos está dejando arrinconados y tiene que haber una respuesta frente a eso.

CULTO A LA PERSONALIDAD

-¿Hoy más que nunca hay adulantes medrando del poder?

-«El problema es que tal vez dentro de la estructura de la personalidad de Chávez – analiza la psiquiatra Melet – lo que existe es alguien que no podía resistir a lo que es la seducción del poder, de la gloria, del jalabolismo universal, que se presentó frente a él. Un hombre creado dentro de una estructura militar, respondió como militar. Lamentablemente la izquierda de este país que siempre abominó el culto de la personalidad a partir de Stalin, se convirtió en el más devoto cultor de la personalidad, a partir de Chávez. Es algo que no debería haber pasado. La izquierda estaba vacunada contra el culto de la personalidad, supuestamente, y a partir de Chávez se convierte en la actitud del salvador y Chávez lo explota. Se niega la existencia de las personas que marchan, los ignoran ¿Qué hacían los soviéticos con los opositores?: lo mismo que los cubanos… los declaran locos. En los procesos de Stalin hubo muchas personas que fueron declaradas locas. ‘Tienes que estar loco para no estar con algo tan maravilloso’, decían. Eso existió, el estar locos, debes recibir un electroshock, debes ser reeducado. A mí me aplicaron el electroshock pero, de verdad, eléctrico y fue cuando estuve presa. Pero, no me declararon loca».

¿Psiquiátricamente cómo podría definir a Chávez?

– No creo que Chávez, actualmente, valore la opinión de la gente. Hay un libro de Marañón que se llama Sicopatología del Poder, en donde describe el proceso de cambio de una persona que llega a una posición de poder y cambia su forma de pensar e interrelacionarse con los demás. Hay que ser Gandhi, una humildad interior que no tiene Chávez para asumirse, diferente a como él se está asumiendo. Como la espada de Bolívar, como la diosa de la venganza.

– Cuando lo vi por la televisión diciendo el ‘por ahora’, me sentí feliz y me dije ahí está «José Antonio», el joven militar que participaba en nuestras reuniones y que conocíamos como «José Antonio», qué maravilla. Chávez era «José Antonio», espero que no haya sido por José Antonio Páez a quien él odia, aunque algunos lo llamaban «José María».

-El Chávez que conocí como «José Antonio» lo veía fantaseando un poco sobre lo que sería la toma del poder que era lo que se discutía, sobre lo que iba a pasar en el país. Era una situación en donde los principios de la democracia se habían pervertido. Por cierto, Chávez usó como bandera la lucha contra la corrupción y no hay presos ni de la Cuarta, ni de la Segunda, ni de la Quinta República, ni la de Guzmán Blanco para acá.

– ¿Teme algún tipo de represalias?– Sí pero estoy clara que debemos hacer algo como ciudadanos. Si mis palabras sirven para crear conciencia en un pequeño grupo, entonces algo estamos haciendo. No creo que el chavismo sea algo homogéneo, estoy segura que no lo es. Tengo amigos dentro del MVR. Sé de gente que sigue a Chávez que está pelando bolas, que no se ha corrompido, que no se ha convertido en un corrupto más. Esa es la reserva. Creo en esa reserva de gente que estuvo en un proceso de lucha en el cual predominaban los ideales, era gente que no pensaba llegar al poder para lucrarse.

 

 

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