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Espacio para la Memoria en Argentina: un homenaje a las víctimas de la dictadura en Venezuela

En Buenos Aires, Argentina, se inauguró un lugar que será conocido a partir de ahora como el “Espacio para la Memoria de las víctimas de la dictadura de Venezuela”. Un mural con los colores de la bandera venezolana se alza como un abrazo que expresa mucho simbolismo. Dentro del espacio de la obra se colocó una placa con 294 nombres de inocentes asesinados en las protestas entre los años 2014 a 2022. El primer nombre de esa placa es el de Bassil Da Costa.

“Un mural inmenso, con los colores de la bandera venezolana, se alza como un abrazo que simboliza dos significados poderosos”

 

Entre el sector de Medalla Milagrosa, ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, y la Avenida México, donde se encuentra el edificio del Ministerio Público en Caracas, Venezuela, hay 7.275 kilómetros de distancia, según Google Maps. Pero desde el pasado lunes 17 de julio, esta distancia se ha acortado de manera significativa, adquiriendo un nuevo y profundo significado.

En la plazoleta de Medalla Milagrosa, justo frente a la estación del subte, se inauguró un lugar que será conocido a partir de ahora como elEspacio para la Memoria de las víctimas de la dictadura de Venezuela. Un mural inmenso, con los colores de la bandera venezolana, se alza como un abrazo que simboliza dos significados poderosos. En primer lugar, representa la desgarradora despedida entre una madre y su hijo antes de que este saliera a protestar. Y en segundo lugar, encarna la fraternidad entre los argentinos, quienes entienden la importancia de la memoria, y los venezolanos que desesperadamente necesitamos cultivarla más que nunca.

Dentro de ese mural se ha colocado una placa con 294 nombres de inocentes asesinados en las protestas entre los años 2014 a 2022. Cada nombre fue seleccionado con meticulosidad por aquellos que idearon y promovieron esta maravillosa iniciativaElisa Trotta Gamus, defensora de derechos humanos venezolana-argentina y Waldo Wolff en representación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en colaboración de las ONG venezolanas Provea y Encuentro, Justicia y Perdón (JEP). Esta placa lleva consigo un mensaje que merece ser conocido por todos los venezolanos, tanto dentro como fuera del país:

 

“Estas 294 víctimas, símbolos de coraje y determinación, perdieron sus vidas luchando por la libertad, la justicia y la democracia en Venezuela. Sus nombres quedarán grabados en la memoria colectiva como parte de la resistencia contra la opresión y como un grito de libertad.

Que esta placa conmemorativa sirva como recordatorio eterno de su valentía y como inspiración para las generaciones venideras, muchas de las cuales viven y vivirán en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Que sus voces nunca sean olvidadas y que su sacrificio nos impulse a trabajar incansablemente por un futuro donde reine la justicia, la igualdad, la democracia y la paz”.

 

El primer nombre de esa placa es el de Bassil Da Costa, quien fue asesinado por el régimen chavista precisamente frente al Ministerio Público, ese12 de febrero de 2014 que no se puede olvidar, mismo día en el que horas más tarde conoceríamos el nombre de otro joven también asesinado por quienes dicen con orgullo “defender la revolución”: Robert Redman.

Los siguientes nombres son de aquellos que salieron a protestar también en ese 2014 y en los años siguientes. La mayoría, sabemos, murieron a manos de militares, policías y los grupos paramilitares pro régimen conocidos como “colectivos” durante las protestas del año 2017. Se trata de casi 300 personas, de casi 300 familias, de casi 300 historias. Porque ese es el punto, no son un número, sino personas.

El hecho de que el primer espacio conmemorativo de este tipo para las víctimas venezolanas se encuentre en Argentina no es una casualidad. Nos encontramos en un país que celebrará 40 años de democracia ininterrumpida este 2023, justo los mismos años que Venezuela vivió en libertad, hasta que el reloj se detuvo cuando el padre de la desgracia juró ante “la moribunda Constitución”. También hablamos del país en el que “Memoria, Verdad y Justicia” no es solo un lema, sino un valor arraigado en las generaciones que han experimentado de primera mano la dictadura, así como en aquellas que solo han conocido la democracia. Sin lugar a duda, Argentina ha sido el país que mejor ha acogido a los venezolanos. Ya somos más de 250 mil viviendo aquí, compartiendo, abrazando la cultura argentina y haciendo que también la cultura venezolana sea amada en cada rincón de esta nación.

Por supuesto, este mural y esta placa se encuentran en la Ciudad de Buenos Aires, pero pertenecen a todos los venezolanos en el mundo. Son un legado para todos aquellos que alguna vez marchamos, lloramos por las víctimas fatales y creemos que solo habrá paz cuando también haya justicia. Son un tributo a las víctimas que aún están con vida y a los familiares de aquellos que ya no lo están.

“Se trata de casi 300 personas, de casi 300 familias, de casi 300 historias. Porque ese es el punto, no son un número, sino personas”.
“Se trata de casi 300 personas, de casi 300 familias, de casi 300 historias. Porque ese es el punto, no son un número, sino personas”.Recordar estos momentos, para muchos de nosotros, es doloroso y angustiante. Hoy sabemos que una de esas balas o bombas lacrimógenas lanzadas de manera indiscriminada (como sucedió con Juan Pablo Pernalete) podría haber sido para cualquiera de los cientos de miles de personas que salimos a las calles. Sin embargo,no podemos permitirnos olvidar. No podemos consentir que aquellos que buscan halagar al opresor vendiendo una falsa paz a expensas del olvido, logren su cometido. No debemos abandonar aquello por lo que estos 294 inocentes lucharon en cada manifestación: la búsqueda de la democracia, la libertad y un país distinto que no expulse a millones.

Este mural también es un llamado a la acción, tanto para los venezolanos como para los defensores de la democracia en todo el mundo. A nosotros, los venezolanos, nos insta a alzar cada vez más la voz. Si la tiranía y sus aliados propagan mentiras, nosotros debemos gritar con más fuerza la verdad, recordando lo ocurrido y lo que sigue ocurriendo. A aquellos que viven fuera de nuestro país, les pedimos que repliquen estas acciones, que conviertan cada lugar donde ha emigrado un venezolano en un espacio para la memoria y en un grito de libertad. Permitamos que cuando llegue el momento de construir docenas de Museos de la Memoria dentro de nuestro país, como la ESMA en Argentina, ya tengamos muchos ejemplos en diferentes naciones.

Y a los líderes políticos, gobernantes, defensores de los Derechos Humanos y académicos de todo el mundo, que este abrazo amarillo, azul y rojo los impulse a acompañar a los venezolanos que hoy luchan por la libertad, la justicia y para evitar que padezcan lo que hemos vivido bajo el yugo de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. “No juzgar y no condenar el crimen sería fomentar la impunidad y convertirse, de algún modo, en su cómplice”, dijo una vez Jorge Luis Borges. No hay cabida para la neutralidad cuando nos enfrentamos a un régimen que tortura, desaparece, persigue, reprime y asesina. Es necesario posicionarse: o estás en contra, o estás a favor.

Que, como en Argentina, podamos decir en algún momento: Nunca Más.

 

Un video que se inicia con el acto de inauguración de la plaza:

 

 

En la plazoleta de Medalla Milagrosa, justo frente a la estación del subterráneo, se inauguró un lugar que será conocido a partir de ahora como el “Espacio para la Memoria de las víctimas de la dictadura de Venezuela”.
En la plazoleta de Medalla Milagrosa, justo frente a la estación del subterráneo, se inauguró un lugar que será conocido a partir de ahora como el “Espacio para la Memoria de las víctimas de la dictadura de Venezuela”.

*Las fotografías fueron facilitadas por el autor, Walter Molina Galdi, al editor de La Gran Aldea.


WALTER MOLINA GALDI: Politólogo de la Universidad Central de Venezuela, @WalterVMG

 

 

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