España: La rebelión de los jóvenes del PP
De izquierda a derecha: Javier Martínez-Madrid, Luis F. Sánchez- Extremadura, Ignacio Toca-País Vasco, María Fuster- Madrid, Javier Santiago-León, Andrés Ferrer- Baleares, Daniel Sualdea-Burgos y Guillermo Gómez -Canarias
Tienen de 20 a 30 años, piden un código ético, primarias abiertas… Algunos envían un mensaje a Rajoy: «Su tiempo ha pasado».
Es la voz que se alza en Nuevas Generaciones, con 60.000 afiliados. Hasta el hipster del PP se suma.
Ocho dan aquí la cara. «Es hora de que nos den paso».
Guillermo es canario, diseña jardines verticales y siembra papas en sus ratos libres. Daniel es burgalés y viticultor. Andrés es asesor en el Parlament balear e hijo de un comandante del Ejército. Ninguno rebasa la barrera de los 30 y son miembros reconocidos de Nuevas Generaciones. No versos sueltos. Representan el sentir silencioso de numerosos cachorros populares que están hartos del martilleo de la corrupción y de la falta de regeneración en sus filas. La chispa saltó en las Nuevas Generaciones de las Islas Baleares. El grito era inequívoco: transparencia, código ético, democracia interna… y las palabras pronto cruzaron el mare nostrum y prendieron como un incendio entre los más jóvenes del partido de Mariano Rajoy, cuya cabeza, incluso, llegan a pedir algunos. «Es hora de que alcemos la voz y que nos den paso los de la vieja política. Rajoy debe dar un paso atrás», afirma el líder de NNGG Burgos, Daniel Sualdea. Hasta el conocido como hipster del PP reclama «tiempos de renovación».
Una auténtica rebelión. Desde las Canarias hasta Castilla y León. Varios pesos pesados de Nuevas Generaciones (organización juvenil con 60.000 afiliados) reclaman su lugar en un nuevo tablero político. Algunos de ellos dicen sentir «envidia» de esos otros miembros de su generación que negocian gobiernos mientras ellos, veinteañeros y treintañeros en su mayoría, preparan informes estériles o son palmeros en los mítines de sus mayores.
No fue baladí que la revuelta pacífica se iniciase en el seno de ese PP balear que trata de resucitar tras los saqueos de la era de Jauma Mautas. El sábado de la pasada semana, el valiente líder de la formación, Andrés Ferrer, exigió a Génova «más transparencia, un código ético, mayor diálogo con otras fuerzas y más democracia interna«. Aquel grito circuló como la pólvora en los grupos de Whatsapp de Nuevas Generaciones y otros presidentes regionales comenzaron a nivel interno a abrir un melón incómodo para la dirección del PP. Aquel murmullo llegó a Crónica de la mano de un líder regional. «Yo no puedo dar la cara porque el partido me puede echar de mi puesto y tengo que comer, pero hay muchos presidentes y afiliados de toda España que ya están hartos. Que quieren cambios como han pedido los de Baleares», dice este joven, partidario de «la marcha de Rajoy para facilitar un acuerdo de investidura con PSOE y Ciudadanos». Él prefiere el anonimato como otros presidentes favorables a la rebelión, pero otros sí quisieron dar el paso al frente a pesar de ser advertidos por Génova y aun a riesgo de perder sus puestos y emolumentos del partido.
«Por lo que nos han filtrado, están intentando montar un reportaje para debilitar la posición del PP y de Rajoy de cara a la investidura. Por favor, no participéis«, escribió el número dos de NNGG, Javier Dorado, a sus cargos. El primero en saltarse la orden fue el mismo que abrió la veda: el líder de las juventudes baleares, Andrés Ferrer (29).
«La sociedad no espera a nadie y tenemos que adaptarnos al mismo ritmo que lo hace ella. Tenemos que evolucionar. Si no, estamos muertos», expresa Ferrer, secretario general del PP y asesor de la formación en la Cámara balear. Cobra 2.000 euros netos al mes del partido, pero no tiene miedo. Hasta el punto de que mantiene la conversación en presencia del vicesecretario Javier Maroto. Para el joven, el futuro del PP puede pasar por las manos del ex alcalde vitoriano o por las de Pablo Casado, quien esta semana se atrevió a pedirle a Rita Barberá que meditase su marcha. Ferrer tiene más claro lo que haría con ella: «Los ciudadanos nos están pidiendo que no sólo seamos honrados, sino que lo parezcamos. Tiene que irse por el bien del partido. Me da asco la corrupción que hemos tenido en el PP«, comenta.
Su compañero Daniel Sualdea (30) es presidente de Nuevas Generaciones de Burgos y se nota que no percibe ni un «sólo céntimo» del partido. Se dedica al cultivo de la vid y durante estos años de corrupción ha tenido que despertarse muchas mañanas con pintadas en su casa: «Peperro, chorizo«, le escribieron en algún grafiti. A otros compañeros le llegaron incluso a calcinar el coche.
-¿Qué le pasa a su partido?
-Hemos perdido la esencia, los valores y principios del PP. Hemos perdido esa capacidad de aunar a todos los votantes de centro derecha, a todo aquel que tiene una ideología liberal conservadora, que es el votante tradicional del PP y el que nos ha hecho ganar las elecciones. No estamos haciendo honor a víctimas de ETA como Ortega Lara, que en su día agradeció al Gobierno de Aznar que no hubiese negociado con terroristas.
-¿Y por qué el votante joven se ha desenganchado del PP?
-Porque hemos abandonado la batalla de las ideas. El PP ha dejado todo en manos de la economía, ha olvidado ser un generador de opinión como lo había sido hasta ese Congreso de Valencia de 2008.
-¿Os escucha la cúpula de la formación?
-En muy pocas ocasiones. Me parece mal que no se cuente con la gente joven para trabajar en el partido. No digo que haya una cuota, pero sí una representación para que los jóvenes de centro derecha se sientan reflejados y vean a gente de su misma edad en el PP, como ocurre en Ciudadanos o Podemos. El PP es muy tradicional, no ha tenido cambios desde hace 10, 12, 15 años. Siguen estando los mismos porque es un partido muy rígido y ese es el motivo por el que no hay gente joven en la directiva, a excepción de Casado y Levy, que han entrado por la presión ciudadana.
En la víspera del debate de investidura, Sualdea se atreve a cruzar el Rubicón de pedir la marcha de Rajoy. Un gesto que, según la última encuesta de Sigma Dos publicada en EL MUNDO, reclaman el 48% de los votantes populares y un 82% de los jóvenes españoles. «El PP necesita ilusionar a la gente. Mariano, agradeciéndole su gestión económica, debería dar un paso atrás y ser generoso para que pueda haber un consenso de los partidos constitucionalistas en España. Él es algo que impide que el PSOE, Ciudadanos y el PP se puedan entender. Su error clave fue cuando dijo en 2008 que los liberales del PP se fueran al partido liberal y los conservadores del PP al conservador. Echó a gente que dejó de sentirse en casa en el PP», dice.
-Algunos en su formación abogan por la resurrección política de un viejo líder…
-No es bueno que volviera Aznar. El PP tiene mucha gente válida. Fue el mejor presidente de la historia de España, es alguien en quien hay que apoyarse para renovar el PP, pero no debe ser el sucesor. A mí me gusta la persona que elijamos los afiliados. Debe ser alguien que entienda cómo funciona la política de hoy y no de la década pasada.
–¿Y con Rita Barberá qué haría usted?
-No la habría metido en la diputación permanente del Senado. Se tiene que ir por generosidad. Está haciendo mucho daño al PP y debería dar un paso atrás.
-¿Siente envidia de los jóvenes de Ciudadanos y de Podemos que están negociando gobiernos?
-Envidia sana. Me parece que la gente que está en la década de los 20 se siente más identificada con esas personas que con una de 50 años. La gente de NNGG está muy desanimada. Los cargos más jóvenes cuando ven que no se les escucha y que no se tiene en cuenta su trabajo se desmotivan, y más cuando están por amor al arte.
Por esa razón dimitió de su cargo de vicesecretaria en Nuevas Generaciones María Fuster. Esta madrileña tiene 30 años y mantiene su carné con la esperanza de que promuevan un congreso abierto. De hecho, ha creado un foro (Pensamiento y Desarrollo) para fomentar esa democracia interna que ya aglutina a más de 500 afiliados, y presentará en los próximos días una demanda contra el presidente del comité de derechos y garantías del PP, Alfonso Fernández Mañueco, por incumplir los estatutos al no convocar el congreso nacional en la fecha prevista. «Lo intenté por las buenas, mandé burofaxes a Rajoy, a Cospedal, al presidente del comité de garantías, pero obtuve la callada por respuesta. Los estatutos fijan que hay que convocar un congreso cada tres años y ya llevamos un año de retraso incumpliendo la Ley de Partidos», cuenta Fuster, que asegura que Aznar «está al corriente de sus movimientos».
-¿Qué debe hacer Rajoy?
-Dimitir. Ha fallado en tres de cuatro intentos de gobernar (2004, 2008 y ahora). No hay empresa que permita ese ratio de conversión, que se dice en el lenguaje comercial. Con él nuestro aislamiento político está garantizado. Necesitamos un Congreso también porque es incomprensible que personas como Arenas o Villalobos sigan en primera línea. El partido tiene que dejar de ser la oficina de empleo de amigos y familiares de los que manejan los hilos de la organización.
-¿Qué realidad palpó en NNGG?
-Pues que no hay crítica interna porque el 90% de los cargos de la junta directiva viven del partido y nunca han trabajado en el sector privado. No existe la meritocracia. Todo lo que hacen lo tienen que hacer con el consentimiento del partido. Ninguno se atreve a levantar el tono porque les amenazan con echarles. Y eso es inaceptable en el siglo XXI. En el PP se es más permisivo con el corrupto que con los que pensamos diferente.
-¿Por qué abandonó su cargo en Nuevas Generaciones?
-Estaba cansada de que Rajoy no nos escuchase. En tres años no se reunió ni una sola vez con la junta directiva nacional. Nosotros para él somos personas para pegar carteles, movilizar gente y aplaudir en los mítines. Ése es el papel que también quiere para los militantes rasos. Rajoy ha demostrado que como organización política no quiere que NNGG ni el partido tengan iniciativa. La iniciativa se la reserva para él y su equipo.
También piensa lo mismo Javier Martínez Fresneda (29), ex responsable de Nuevas Generaciones del distrito madrileño de Chamberí, que se enroló al partido en plena campaña del «¡No a la guerra!«. Este afiliado ha sido apoderado en los bastiones más temidos de Batasuna, pero se cansó. Su discurso es demoledor contra Rajoy. «Se tiene que ir ya. No creo que haya que declararle persona non grata como han hecho sus vecinos, pero él tiene que darse cuenta de que su tiempo ha pasado. La sociedad española y el partido le están pidiendo unas cosas que él no es capaz de dar. Él es producto de una manera diferente de entender la política. Básicamente gobernar sin dar explicaciones y ahora mismo una de las cosas que más agradece la gente es una transparencia total. Desde saber quién se ha reunido contigo, saber por qué has concedido un contrato público o por qué has nombrado a una persona. Además, él no entiende la política como la defensa de unos valores. Lo demostró cuando dijo que le tocaba ir al ‘coñazo’ del desfile de la fiesta nacional. Para muchos votantes del PP ese desfile es algo mucho más importante».
-¿A quién ve de relevo?
-Cuando tenía apenas uso de razón, mis padres decían que les gustaba un tal Aznar pero que nadie le conocía. Estoy convencido de que hay un mirlo blanco desconocido por ahí y que podría encarnar los valores de regeneración del partido. Debe tener experiencia en el sector privado, la formación académica necesaria y unas buenas dotes de comunicación. Nada de plasmas. Y la renovación también tiene que darse entre los asesores de Génova. Me he leído todos los libros de Aznar donde relata su ascenso al poder y me encuentro con los mismos nombres hoy.
Jorge Schnura (25) también fue un cargo de NNGG y se fue hastiado de allí. Harto de ver que mandaba «gente poco formada«, de que no le hiciese caso «la cúpula del partido» y de que el PP «ya no representase el voto conservador en temas como el aborto o la política fiscal». Ahora está entre los 100 jóvenes más influyentes de España, según el ranking del Instituto Choiseul, por haber montado Tyba, un Linkedin para universitarios. «No creo que vuelva. Siguen prácticamente los mismos», dice. Otro caso parecido fue el de David Mejía, ex edil del PP en Cataluña. Salió del partido cansado de ver que «coqueteaba» con el nacionalismo. Ahora es diputado del Parlament y uno de los valores de Albert Rivera. «Si llego a quedarme en el PP catalán, que es un cortijo, estaría picando piedra en un pueblo», opina.
En Extremadura, los jóvenes del PP también están que trinan. Como buen aprendiz de su jefe, el barón rojo José Antonio Monago, Luis Francisco Sánchez no tiene problemas en enarbolar un discurso díscolo. A pesar de que es parlamentario y cobra 51.000 euros brutos al año, el presidente de NNGG Extremadura dice lo que piensa. «Es positivo que hablemos. Se ha montado un revuelo que no veas en Nuevas Generaciones y no lo entiendo. Cada uno tenemos que ser libres en este partido de decir lo que opinamos. En el próximo congreso tendremos que renovar la ponencia de estatutos. Estoy convencido de que se aprobará por inmensa mayoría un afiliado, un voto. Nada de que haya poderes fácticos de los presidentes provinciales que se aglutinan en los votos de los compromisarios para tenerlo todo controlado. Que vayan los 800.000 afiliados a votar», asegura este hijo de un propietario de supermercado.
-¿Qué debe mejorar su partido?
-Creo que Rajoy debería haber prestado más atención a los jóvenes. La gente que está más cerca de él no le han dejado pasar más tiempo con nosotros. Yo es lo que le hubiese pedido a Rajoy. Que nos hubiera escuchado de primera mano y no a través de segundos. Él ha hecho una gran labor por este país, es la persona indicada, pero tiene que cambiar su círculo de confianza, su aparataje. Meter a gente que venga con otras ideas.
La ola rebelde también llegó a las Islas Canarias. Allí el líder de NNGG Gran Canaria, Guillermo Gómez, se muestra partidario de un congreso con «un afiliado, un voto». «Las primarias deben de estar en todos los estamentos porque ya vamos tarde. También es hora de prohibir la presencia de imputados en listas, de que haya más flexibilidad en la disciplina de partido, de mejorar las formas de comunicar, de acercarse a todos los colectivos (eliminando nosotros mismos los complejos y estereotipos del partido)«, explica este ingeniero favorable a la continuidad de Rajoy.
Javier Santiago, alcalde de Almanza (León) y con cargo importante en NNGG, también insiste en la necesidad de que haya más democracia interna en el PP. «Tenemos que dar el máximo protagonismo a las bases, que sean ellas las que tomen las principales decisiones. Y la corrupción es un mal que hay que erradicar de raíz, de mi partido y de todos los partidos.«, explica. Tampoco se corta un pelo a la hora de criticar la corrupción en su partido Ignacio Toca (28), presidente de NNGG de Vizcaya y un joven que hasta hace unos años tenía que ir a la universidad con dos escoltas por la amenaza de ETA. «Yo también estoy hasta los cojones de ver casos de corrupción y más cuando aquí nos hemos jugado la vida», comenta Toca, una de las esperanzas del alicaído PP vasco y firme defensor del presidente en funciones. El último en sumarse a esta rebelión es el edil popular de Pizarra (Málaga) Joaquín Martín, más conocido como el hipster del PP por su famosa fotografía con Rajoy. «Sí, soy partidario de la regeneración«, dice. La líder de Nuevas Generaciones, Beatriz Jurado, entiende el malestar de los jóvenes, aunque rechaza calificar esta protesta de «rebelión». «Sería una rebelión si fuese un movimiento contra Rajoy, pero no es así. Hay jóvenes que piden su cabeza, pero la inmensa mayoría quiere que siga«, comenta Jurado. El próximo congreso nacional (sin fecha aún) lo dirá.