Espectacular redada de la policía política contra la principal organización disidente cubana
Han detenido a 10 de sus principales dirigentes, incluido su líder, José Daniel Ferrer.
La policía política cubana desplegó ayer sus fuerzas en Santiago de Cuba para asaltar la sede principal de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y para detener a 10 de sus principales dirigentes, incluido su líder, José Daniel Ferrer. El activista santiaguero, uno de los disidentes que se reunió el año pasado con Barack Obama en la Embajada de Estados Unidos en La Habana, está considerado el dirigente emergente con mayor liderazgo interno en la isla.
La espectacular redada, que se realizó al amanecer y en la que también se registraron otras cuatro viviendas de opositores, recrudece aún más el hostigamiento casi permanente que sufre Unpacu en el oriente de la isla. Esta organización se ha convertido en la más popular del país, dentro de las gigantescas restricciones informativas, gracias a sus acciones sociales y al liderazgo de Ferrer.
«Fueron unas detenciones totalmente arbitrarias y violentas. No sabemos ahora cuál es el paradero de los detenidos, se los llevaron a unidades policiales», denunció el dirigente Ovidio Martín, que se salvó de la redada. «Se lo llevaron todo, los alimentos, las laptops, todo», añadió la activista Yadira Betancourt a Radio Martí. Uno de los detenidos es su esposo, David Hernández.
La policía cubana decomisó todo lo que encontró en los locales, desde la comida que sirve para alimentar a los militantes y a los vecinos con necesidades, hasta ordenadores, teléfonos, una televisión y una impresora. Un «saqueo», puntualizaron compañeros de los detenidos.
Desde hace unas semanas, Unpacu mantiene un pulso con el Estado, tras anunciar que investigará la muerte de Hamell Maz, uno de sus activistas, en la prisión Combinado del Este de La Habana. La versión oficial indica que el preso, que contaba 45 años, murió de un infarto de miocardio.
Pero la organización disidente no cree la explicación gubernamental: «La Unpacu viene denunciando las condiciones infrahumanas, golpizas, torturas y otros tratos crueles y degradantes que afectan la dignidad, la salud y hasta la vida de nuestros presos políticos».
Hamell es el segundo militante de la Unión Patriótica que muere en prisión. Le precedió Wilman Villar, quien falleció en 2012 tras permanecer en huelga de hambre. La propia organización disidente calcula que 50 de sus militantes, incluida una decena de mujeres, están presos actualmente en las cárceles castristas.
Ferrer, quien también fue preso político y que ya fue detenido en diciembre durante varias horas, se ha convertido en uno de los principales objetivos de la represión de la Seguridad del Estado, que no se ha ahorrado herramientas para actuar contra él. Entre ellas una «campaña de desprestigio y difamación mediante la usurpación de su identidad en redes sociales», como han subrayado organizaciones de derechos humanos.
El gobierno cubano no ha cejado en su hostigamiento contra sus disidentes, tras romper records el año pasado. En febrero se realizaron 482 detenciones, según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN). También se registraron 16 agresiones físicas. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) volvió a alertar de que buena parte de los arrestos, 372, se efectuaron contra mujeres, «resultado de la sistemática opresión a la que el régimen somete a toda la población cubana desde hace más de medio siglo».
El deshielo entre Cuba y EEUU trajo una resaca inesperada en 2016: el aumento de la represión, con más de 10.000 detenciones durante los 12 meses, un 10% más a las realizadas en 2015.