Gloria Cuenca: Trastornos en la personalidad
Hace muchos años ya no recuerdo cuantos, leí un libro que se llamaba “Esos enfermos que nos gobernaron”, (no se quién es el autor) lo he buscado y no lo encuentro, quería releerlo, pues toda la literatura sobre política es insuficiente en estos tiempos. Leer sobre los líderes, sus triunfos y fracasos es, en mi opinión, fundamental. En otro escrito narré mi sorpresa de cómo en los Estados Unidos, se aprecia más a la gente que ha salido derrotada y se levanta del fracaso, para después regresar y volver a triunfar. Tiene mucha lógica este planteamiento.
Recordé el libro, sobre los enfermos, cuando veo, observo y sigo las actuaciones de algunos supuestos líderes o conductores. Por otra parte, la gran mayoría de la gente se pregunta con sorpresa y cierta ingenuidad, ¿Cómo nos pasó esto? ¿Cómo fue que llegamos hasta aquí? La pregunta para quienes hemos vivido a consciencia el desastre, resulta fuera de lugar. Lo primero que hay que recordar es ¿cómo se tomaron las decisiones que nos han llevado a esto? Se tomaron desde el hígado, jamás desde el cerebro o, con la razón. ¿Voto castigo? ¿Quiénes resultamos castigados?
Pues bien, así como quien en un juego de pelota apuesta por quien presume será al ganador, sin mirar las consecuencias. Igual ocurrió aquí. Sin duda con un alto nivel de frivolidad, en donde no se midieron, ni se tomaron en cuenta, las consecuencias de los actos. Se votó por quien en ese momento les parecía gracioso, sin analizar nada. Olvidaron nuestra terrible historia militarista, con el problema de que, se trataba de gente sin ninguna formación, muy poca cultura y hasta elemental civilización, les faltaba.
Como si fuera poco, cuando increpé a una joven sobre el desastre que nos caería encima, si votaban y ganaba ese militar golpista, con tono de auto suficiencia me dijo: “No se preocupe, que si sale mal lo sacamos, como al otro”. Se refería a Carlos Andrés Pérez. En aquellos momentos, no importó lo que se hacía, menos porqué lo hacían el grupo de resentidos que se prestaron para todo el proceso: liberación de Chávez, no inhabilitación del mismo, llamado a elecciones y construcción de un parapeto, – eso fue lo que resultó el Partido V República-.
Lo triste de todo esto es que había gente inteligente y preparada en esos momentos dentro del movimiento. Se comportaron y actuaron como humanos resentidos. Muchos de los que tenemos hoy en el poder: son resentidos y sin ninguna preparación. A estas alturas tenemos que señalar como el resentimiento es un arma, lo digo sin temor, un arma poderosa en la movilización de la gente más comprometida en sus rencores, animadversiones, molestias, envidia y varios otros adjetivos que se pueden usar en este proceso desastroso que nos trajo hasta aquí. Dice el dicho: “Mal de muchos, consuelo de tontos”.
La gente dice muchas veces, consuelo de todos, cambiando el sentido trágico del refrán, pero es que en verdad, eso de mal de muchos, consuelo de tontos es de una veracidad absoluta y la gran mayoría debe darse cuenta ahora, cómo efectivamente, un grupo de ignorantes se ha adueñado del país con la corrupción. Venezuela ha pasado a ser el país más corrupto de Latinoamérica, el más arruinado, con mayores problemas y sin una perspectiva clara en el proceso de recuperación de la democracia. La Fe y la Esperanza no nos deben abandonar, seguiremos en la lucha por nuestra recuperación democrática.
La pregunta es: ¿será que esos que nos gobiernan sufren de trastornos de personalidad? Con sinceridad no lo sé. Tienen eso si una ignorancia general y específica, no saben de nada. Por eso recurren a los fracasados líderes cubanos, sí fracasados, pues después de más de 60 años la gente sigue muerta de hambre y desesperada por salirse de allí; para lo único que sirven es para mantenerse en el poder; lo demás es miseria, hambre y corrupción. ¡Dios nos proteja y ampare!.-