Guaidó pedirá decretar el ‘estado de emergencia’ por el apagón, que ha causado al menos 17 muertos
Venezuela sufrió este domingo la cuarta jornada entre tinieblas «en la tragedia más extensa de eliminación de energía en la Historia de países que no hayan sido afectados por guerras». Así lo especificó el experto José María de Viana en el Parlamento nacional, en el día que sus ciudadanos confirmaron la gran paradoja que aflige su vida: «Aquí no hay quien viva», la serie favorita del líder revolucionario que rige sus destinos, se ha confirmado como una realidad criolla más allá de la ficción.
De los 23 estados del país, 16 se mantenían apagados desde que el jueves comenzara la gran pesadilla. En el resto, más Caracas, la luz va y viene en una especie de ruleta rusa en la que el venezolano siempre sale perdedor.
Los aplausos y gestos de alivio que brotaban al encenderse las luces se transformaban en insultos y hastío horas después, a lo que sumaba la convicción de que el gobierno es incapaz de recomponer el sistema eléctrico nacional, resquebrajado durante 20 años de desinversión, mala gestión y corrupción desatada. Y todo ello después de una noche marcada por la oscuridad, con pequeñas protestas en algunos puntos del país y rumores de saqueos que saltaban de barrio en barrio. Cuando llega la noche no sólo se abate la oscuridad, también lo hace el miedo.
Al megaapagón eléctrico se suma el ‘blackout’ de las comunicaciones, que el sábado alcanzó al 96% de los usuarios y que ayer afectaba a entre el 60% y 70%, según la Asamblea Nacional. Un estado de alarma nacional en la práctica y que desde hoy también lo será en forma de decreto, según adelantó Juan Guaidó. «Esta catástrofe debemos atenderla de inmediato», clamó el presidente encargado, a sabiendas que una vez más el gobierno nacional impedirá su ejecución.
Nicolás Maduro se conformó, por su parte, con ordenar la distribución de los productos básicos a través del CLAP (versión bolivariana de la libreta cubana de racionamiento), pese a que estos sólo llegan al porcentaje de población que dispone del carnet de la patria, la sofisticada herramienta de control social puesta en marcha con ayuda de la tecnología china. El jefe chavista exigió también el suministro del servicio del agua potable e insumos necesarios para el pueblo y los hospitales del país», comunicó Nicolás Maduro esta mañana. La gran pregunta en Venezuela es saber cuántos ciudadanos leerán el anuncio presidencial, tras saberse que el sábado el 96% de las telecomunicaciones estaban caídas.
Las reactivaciones del servicio durante unas pocas horas daban paso a nuevos apagones, que desesperaban aún más a los caraqueños. Las colas enormes junto a las gasolineras que disponen de plantas generadoras independientes crecían por toda la ciudad, así como los «parkings» improvisados en torno a las otras de las grandes compañías telefónicas, donde sí se captaba algo de señal.
La gente se lanzó a la calle para comprar, en dólares o bolívares en efectivo, cualquier alimento perecedero y, sobre todo, agua. Las fallas en la distribución del agua agobiaban ayer a todo el país.
El billete verde del Imperio, otra gran paradoja, servía para pagar recargas de teléfono, hielo, taxis y lo que esté a mano, en una competencia a toda velocidad para obtener lo que salía a la venta.
«Aquí en casa no tememos agua, se nos está dañando los alimentos en la nevera. Hemos comprado para tener comida durante varias semanas antes de que subieran los precios y ahora se están dañando. Se me ha descongelado y vamos a sancochar (guisar o hervir). Y cada vez menos agua con este calor. Esto es una loquera. Si tuviera en frente a Maduro, le diría tantas cosas», se queja amargamente María Espinoza, 24 años y dos niños pequeños. Niños que durmieron muy poco «porque anoche esto se puso feo, puro cacerolazo y hasta plomazos (disparos). La gente gritaba muchas coas feas contra el presidente», añadió la joven, que vive en uno de los barrios populares de El Valle, la zona en la que creció Maduro.
Las primeras cifras de víctimas mortales en hospitales superan la treintena, según reportes independientes. El diputado y médico José Manuel Olivares, que forma parte de Médicos por la Salud, asegura que al menos 17 personas ya han muerto en hospitales públicos, una cifra confirmada por el especialista Julio Castro, quien asegura que se trataba de pacientes agudos que estaban en hospitales y murieron por causa de la falla.
«Hemos monitoreado 23 de 40 hospitales, que cubren al 80% del país. Están confirmados 17 asesinatos, no podemos llamarles muertes. Pero hay información extraoficial de que la cifra pueda superar 40 ó 60″ víctimas mortales, concluyó Guaidó. La ong Codevida suma 15 pacientes renales fallecidos durante la paralización de los servicios de diálisis.
Muertes que el ministro de Salud de Venezuela, Carlos Alvarado, ha negado. «La derecha internacional esperaba y a pocos minutos de que ocurrió la falla eléctrica ya anunciaban una cantidad de muertos que no ocurrieron ni van a ocurrir porque el pueblo venezolano y el gobierno revolucionario y el equipo de salud está trabajando arduamente para garantizar la vida de todos», dijo Alvarado.
El ministro, que ofreció estas declaraciones al canal estatal VTV, indicó que el Gobierno de Nicolás Maduro tiene activado un plan de contingencia para atender a todos los hospitales del país y que el 90% de las plantas eléctricas de los centros de salud se encuentran en funcionamiento.
«Por esta razón no tuvimos consecuencias mayores en relación a lo que ocurrió el pasado jueves a las 5.00 de la tarde (21.00 horas GMT)», agregó, al tiempo que detalló que las plantas eléctricas están funcionando para atender las áreas de mayor interés: «las emergencias, terapias intensivas y unidades de diálisis».
SUSPENDEN LAS CLASES Y LAS ACTIVIDADES LABORALES
El Gobierno de Maduro anunció domingo una segunda suspensión de las clases y las actividades laborales por el apagón. «Queremos informar que mañana 11 de marzo quedan suspendidas las actividades laborales y quedan suspendidas también las clases en todos los niveles de la educación», dijo en declaraciones al canal estatal VTV el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez.
El pasado viernes la jornada laboral y las clases también fueron suspendidas por el fallo eléctrico que ha afectado a la principal hidroeléctrica del país, el Guri, y que el Gobierno atribuye a «sabotaje» y a un «ataque cibernético«.
El también vicepresidente de Comunicación dijo que el gobernante Nicolás Maduro, quien solo ha hecho una declaración pública desde que ocurrió el apagón, «está a la cabeza de todos los procesos que implica derrotar» lo que calificó como un «ataque terrorista» que ha afectado a todo el territorio nacional.