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Héctor Abad Faciolince: Viendo las Olimpiadas

 

Siempre me ha emocionado ver el espectáculo de esfuerzo, salud, belleza y juventud que representa el desfile inaugural de los Juegos Olímpicos. Es triste, pero esperanzador, que hoy la salud resulte en entredicho por las mascarillas que todos los atletas, autoridades y emperadores deben llevar en esta edición aplazada. Que tengamos que ocultar medio rostro nos recuerda lo vulnerables que seguimos siendo a la enfermedad. El personal médico, vestido de verde claro, desfila como un grupo de atletas más, los más necesarios del momento.

Fue un gran acierto que el primer himno no haya sido el de ningún país, sino una de las canciones más bonitas de la historia, Imagine, compuesta por John Lennon y Yoko Ono. “Si los Juegos Olímpicos fueran una canción, sería Imagine”, dijeron los japoneses. En sus líneas se dice algo tan sencillo como revolucionario: “imagina que no hay países / y tampoco religiones, / nada por lo que haya que matar o morir, / imagina a todo el mundo / viviendo la vida en paz”. Como dijo Lennon, su canción es “antirreligiosa, antinacionalista, anticapitalista, pero como viene envuelta en azúcar, todos se la tragan”. “Imagina que no hay cielo / ni infierno bajo nuestros pies. / Sobre nosotros solo el firmamento. / Imagina a todo el mundo / viviendo al día”. Imagine es una carga de profundidad. “Dirán que soy un soñador / pero no soy el único”.

Otro gran acierto es que el último ascenso de la llama olímpica, hacia un simbólico Monte Fuji, para encender el pebetero con la imaginaria semilla de un cerezo, lo haya hecho la tenista mestiza, de madre japonesa y padre haitiano, Naomi Osaka. Sin planearlo, uno de los países más pobres y aporreados del mundo, Haití, recibe una caricia de ánimo en este momento trágico de su historia.

Volvamos a las olimpíadas, al deporte. Hace poco más de medio siglo, en 1964, hubo otros Juegos Olímpicos en Tokio. No hay un solo récord de esos juegos que haya quedado en pie 56 años después. Los 100 metros, en el 64, los corrió Robert Hayes en 10,00 segundos. El récord de hoy lo tiene un jamaiquino, Usain Bolt, en 9,58 s. El récord nacional colombiano en esta misma distancia está en 10,43 s, apenas seis centésimas de segundo más rápido que la mujer más rápida, Florence Griffith (10,49s). Con los varones de hoy, no habríamos logrado esa medalla de oro ni en el 64; eso nos da medida de que todavía corremos muy despacio.

Una de las atletas más impresionantes de estos Juegos es la nadadora estadounidense Katie Ledecky. Para que se hagan una idea de su técnica y fortaleza, vean esto: tiene la marca mundial femenina en estilo libre en los 400, 800 y 1.500 metros. El récord colombiano masculino para el estilo libre en 1.500 m lo tiene Mateo de Angulo con 15:24. Ledecky hizo 15:20,48, cuatro segundos menos. Antes se pensaba que esta carrera era demasiado larga para las mujeres. Por fin este año la prueba se va a realizar en unas olimpíadas, y Ledecky le ganaría al más rápido de nuestros hombres en esa especialidad. Juan Manuel Morales, nuestro récord nacional, le ganaría en los 800 metros, pero no por mucho. La marca de Morales es 8:02,29; la de Ledecky, 8:04,79, dos segunditos largos por detrás.

En atletismo no ocurre casi nunca que las mujeres de hoy, 2021, les ganen a los varones de 1964. En natación, el deporte olímpico que más sigo porque es el que más practico, sí. (Entre paréntesis: a mí me ganan nadando casi todas las mujeres, incluyendo a muchas mucho más viejas que yo). Miren esto: en 1964, en los 100 m libres, ganó un gringo, Schollander, con 53,40 s. La sueca Sarah Sjöström paró el reloj en 51,71 s… Habría sido oro absoluto hace medio siglo, incluso entre varones. También el récord nacional de natación varones, 50,26 s, habría ganado oro en el año 64. Pero en 2021 podría competir con éxito solo entre las mujeres.

Muchas veces la gente se pregunta si existe el progreso. No sé si en todas las cosas, pero en la medicina (vacunas) y en el deporte lo hay.

 

Veamos ahora a Katie Ledecky, en 800 m estilo libre, una de sus tantas victorias con medalla de oro y récord mundial, y con una asombrosa ventaja sobre la rival que llegó en segundo lugar: ¡22 segundos!!!

 

 

 

 

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