Horror en el fondo oceánico
Kerim Sabuncuoglu fotografió el grito silencioso de una anguila víctima de una línea de pesca abandonada. Grito silencioso se titula la obra del turco Kerim Sabunguoglu en el puerto de Bodrum, premiada en la reciente edición del concurso de Fotografía Oceánica patrocinada por la revista OCEANOGRAPHIC como denuncia de la llamada “pesca fantasma” que siembra los fondos marinos de líneas, anzuelos y otros desechos deportivos e industriales que dañan a la fauna durante un tiempo infinito.
Es un grave problema, afirma The Observer, porque representa hasta un 10% de la basura marina, al punto que el servicio de pesca de los Estados Unidos reportó entre 2000 y 2012 un promedio anual de once ballenas asfixiadas en redes abandonadas, y es imposible determinar los millones de especies víctimas del olvido irresponsable de instrumental pesquero.
Un ejercicio cada vez más conmovedor gracias a los notables avances tecnológicos de la fotografía subacuática que permiten iluminar rincones remotos hasta ahora fuera de nuestro alcance, y delicado porque, a fin de cuentas, intenta despertar en el espectador una reacción emocional ante hermosas imágenes que al mismo tiempo son reveladoras del horror que yace en los fondos oceánicos, ignorado por la mayoría de gente que en muchos casos es responsable de la depredación.
Un progreso técnico insospechado hasta hace diez años, que ahora permite descender a mayores profundidades con cámaras cada vez más económicas y favorece la labor de un número creciente de profesionales motivados tanto por el lado artístico del oficio como por la conciencia más y más arraigada de los destrozos en un medio ambiente que está más próximo que el cosmos e incide mucho más en nuestra vida cotidiana que las galaxias lejanas.
Varsovia, septiembre 2021.