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Infectólogo Medina: “Tenemos de los porcentajes más bajos de fallecidos de América Latina”

El autoconfinamiento precoz, el cierre de escuelas y de fronteras “le robó la oportunidad al virus de que se transmitiera”, dijo el experto.

Con el paso de los días Uruguay va retomando paulatinamente la actividad. Varios comercios abren sus puertas y las oficinas públicas comienzan a recibir a los funcionarios. Esto es posible gracias a que durante varias jornadas los casos nuevos de coronavirus han sido muy pocos, y al menos hasta ahora, la curva de contagios no se ha visto afectada por la presencialidad en las escuelas rurales y el comienzo del sector de la construcción.

Para conocer en qué lugar se encuentra parado Uruguay ante la pandemia y cuáles deben ser los hábitos en esta etapa de progresivo desconfinamiento, este martes fue entrevistado en En Perspectiva, de la emisora Radiomundo, el profesor Julio Medina, infectólogo y director de la cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República.

Medina explicó que ante la poca cantidad de casos nuevos del virus lo primero que surge es la desconfianza: «La gente se pregunta si los datos son reales o si era para tanto. ¿Para que hicimos todo lo que hicimos si tuvimos pocos casos? Eso tiene un nombre, es la Paradoja de la prevención. Se es tan exitoso en la estrategia y en los resultados que la gente se pregunta si no se nos fue la mano. Y la respuesta es no, no se nos fue la mano. Era lo que había que hacer y dio resultado. Hay que mirar afuera y ver que los países que demoraron en tomar medidas no les fue bien».

El infectólogo señaló que el autoconfinamiento precoz, el cierre de fronteras y el cierre de escuelas «le robó la oportunidad al virus de que se transmitiera».

Según el director de la cátedra de Enfermedades infecciosas Uruguay ha seguido la estrategia sugerida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) basado en testear, localizar y hacer seguimiento de los contactos estrechos del infectado. «Como resultado el virus tiene muy baja transmisibilidad a nivel comunitario. Si sacamos los dos picos de casos, el del Hospital Vilardebó y el del residencial venimos con un nivel de positivos muy bajos hace varias semanas», indicó.

Medina señaló que el sistema de salud tiene una capacidad de testeo «bastante intensa», dado que se logró en 45 días pasar de tener un solo laboratorio para procesar los test a tener 14 centros de biología molecular.

«Apenas empezó el contagio le cortamos la velocidad de aumento y no hubo curva. El ingreso a los CTI se mantiene como a lo largo del mundo entre 4 y 5% y los fallecidos han sido porcentualmente bajos. Tenemos de los números más bajos en América Latina. Nuestros resultados son buenos. Son números, pero traducen algo» aseguró el experto.

Con respecto a los próximos días, Medina aseguró que el foco del sistema de salud debería estar ahora en Rivera, Artigas y Cerro Largo, los departamentos con frontera seca con Brasil. Hay que rastrear los contactos epidemiológicos. No se puede decir que no va a entrar el virus por ahí por que es lo más probable. Pero sí se puede seguir cumpliendo las tres T (en inglés), testear, identificar y rastrear los pacientes para poder aislarlos.

Renovando hábitos

Medina aseguró que la reapertura de sectores de la actividad bajo protocolos sanitarios «es correcta y está funcionando», sin embargo, dijo que «los ciudadanos deben seguir teniendo mucha disciplina con el lavado de manos y el distanciamiento físico».

Con respecto al uso del tapaboca, el infectólogo explicó que «no parece necesario usarlo» si se está caminando al aire libre o si se está corriendo, y tampoco si se está manejando el auto particular. En cambio, si es necesario usarlo cuando se toma un ómnibus o un taxi o Uber. «Es importante el uso correcto de la máscara», remarcó, especialmente en no tocarla con las manos sucias y en lavarla apenas se llega a la casa.

En cuanto a las reuniones, dijo que «una reunión con uno o dos amigos es posible pero siempre con distanciamiento físico», y desestimuló las reuniones más grandes, como asados para 10 personas.

Consultado por Emiliano Cotelo por la actitud que deben tener las personas mayores de 65 años y las personas con enfermedades predisponentes a evolucionar peor en caso de ser infectado, Medina dijo que «sería bueno» que siguieran con la idea de quedarse en casa todo el tiempo posible. «Deberían ser el último grupo en salir», dijo.

«Hay situaciones puntuales, por ejemplo si hay dos abuelos que han mantenido una cuarentena estricta, y a la vez, sus nietos han mantenido una cuarentena estricta con sus padres, se puede llegar a permitir un vínculo de «burbuja». Un vínculo de apertura con la familia que no vive con ellos», culminó.

 

 

 

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