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Informes de la inteligencia de EE.UU. concluyen que China falsificó sus cifras de muertos por el Covid-19

Tres fuentes gubernamentales anónimas aseguran que la información de las autoridades chinas es «intencionalmente incompleta», recoge «Bloomberg»

Un informe clasificado de la inteligencia de EE.UU. ha concluido que China ha ocultado el alcance de la epidemia de coronavirus en su territorio, con cifras menores de las reales sobre contagios y fallecidos. El documento fue entregado la semana pasada a la Casa Blanca.

La existencia del informe fue revelada por «Bloomberg», que cita a tres fuentes gubernamentales anónimas que aseguraron que la información pública de las autoridades chinas sobre la epidemia es «intencionalmente incompleta». Dos de esas fuentes aseguran que el informe determina que los números de China son falsos.

Según los datos compilados por la Universidad Johns Hopkins, que reúne cifras gubernamentales para comparar los focos de coronavirus en cada país, China cuenta con algo más de 82.000 casos y ha sufrido cerca de 3.300 muertes. Un número muy bajo si se tiene en cuenta que la epidemia arrancó en el gigante asiático a finales de 2019 y que en países occidentales como Italia, España o EE.UU., han sobrepasado los 100.000 casos en apenas un mes con contagios. En el caso de EE.UU., se acerca a los 200.000 casos y las proyecciones oficiales apuntan a que, en el mejor de los escenarios, el saldo de fallecidos estará entre 100.000 y 240.000 al final de la crisis.

La exactitud de los datos de contagios y fallecidos ofrecidos por China se ha cuestionado desde un principio, a pesar de las estrictas medidas de confinamiento decretadas por las autoridades en el comienzo de la crisis. Imágenes con miles de urnas funerarias a las afueras de Wuhan, la ciudad donde empezó la epidemia, han reavivado las dudas, unido a los cambios metodológicos de las autoridades chinas para el recuento.

La posible inexactitud de los datos chinos está siendo también utilizada por el Gobierno de EE.UU. para justificar su reacción tibia y tardía a la crisis. Deborah Birx, la experta médica que participa en el grupo de trabajo del coronavirus de la Casa Blanca, aseguró esta semana que la interpretación de los datos chinos llevó a pensar que la epidemia era «seria, pero menor de lo esperado» y que «probablemente no teníamos buena parte de los datos, a la luz de lo que ha pasado después en Italia y en España».

El secretario de Estado de EE.UU. ha reclamado a la comunidad internacional que recopile los datos de forma realista y ha acusado a China de lentitud en compartir la información sobre la epidemia en las primeras semanas tras el comienzo del brote. También se ha criticado a países como Irán, Rusia, Arabia Saudí o Egipto por ocultar sus cifras reales. En Corea del Norte, que tiene frontera con China, no se ha detectado ningún contagio.

«Hay vidas que dependen de la capacidad de tener confianza e información sobre lo que está pasando», dijo Pompeo este martes, el mismo día en que el presidente de EE.UU, Donald Trump, cambiaba finalmente de discurso y reconocía la extrema gravedad de la epidemia para su país.

Entrega de urnas funerarias

Si EE.UU. no cree en las cifras oficiales ofrecidas por el Gobierno chino, tampoco lo hace la población china. La incredulidad se basa en el número de urnas funerarias repartidas después del levantamiento del confinamiento. Según recoge el Daily Mail, los residentes de Wuhan, foco de la pandemia, afirman que se han entregado 500 urnas a familias afligidas todos los días desde siete funerarias diferentes de la ciudad. Esto significa que las cenizas de 3.500 personas se distribuyen cada 24 horas.

Las casas, en Hankou, Wuchang y Hanyang, han dicho a las familias en duelo que recibirán las cenizas antes del 5 de abril, la fecha del festival Qing Ming, donde la gente cuida las tumbas de sus antepasados. Esto significa que 42.000 urnas podrían distribuirse en ese período de 12 días.

 

 

 

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