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Juan José Monsant A. / Palestra: Como en el Líbano

Si alguno pregunta si se puede vivir en la ingobernabilidad, la respuesta sensata sería que no. Seguramente se procedería a darnos explicaciones lógicas, sobre las diferentes teorías del estado y de gobiernos, trasladándose a la antigüedad en las primeras expresiones civilizatorias, que conllevaría la organización social  garante de la supervivencia del grupo humano.

 

De inmediato, pasaría a narrar cómo desaparecieron civilizaciones enteras por el efecto de la dispersión, sumisión o desorganización; incluso aquellos imperios que dominaron buena parte del mundo antiguo y moderno como el egipcio, babilonio, persa, romano, griego,  inglés, español.

 

En nuestra era, tres propuestas socioculturales marcaron buena parte del siglo XX, representada en el comunismo de la Unión Soviética, el nazismo de Alemania y el fascismo de Italia que, en términos históricos, fueron efímeras. Quizá deberíamos agregar el caso de los Estados Unidos de América, consolidado como única potencia económica y militar a raíz del fin de la Segunda Guerra Mundial, políticamente sustentado en una sólida Constitución que garantiza seguridad y unidad a la federación. No obstante, a pesar de su dominio tecnológico y económico, comienza a dar señales de inquietud en la paz interna y solidez institucional.

 

Ello nos conduce a preguntarnos si es posible incorporarnos a los nuevos tiempos aun por descifrar, sin haberse consolidado la gobernanza interna bajo reglas democráticas y unidad nacional; por ejemplo en los casos del Líbano, el Estado de Palestina o el de Venezuela. El Líbano, desde su refundación como república independiente en 1943, luego de más de cuatro siglos de dominio turco musulmán (y unas décadas posteriores como protectorado francés) en un momento considerado la Suiza del Medio Oriente, se enfrascó en una serie de guerras internas entre cristianos y musulmanes, árabes palestinos y cristianos, sunitas y chiitas, y luego con Israel, concluyendo relativamente en una triple gobernanza acordada: un presidente cristiano maronita, un Primer Ministro musulmán suní, y un Presidente de la Asamblea musulmán chiita. Y en medio de todos ellos, la presencia de Irán a través del Partido chiita Hezbollá.

 

El Estado de Palestina como tal no existe, su antigua denominación fue Autoridad Palestina y, antes, Organización de Liberación Palestina; las tres han sido asumidas por las Naciones Unidas desde 1964 cuando se creó la OLP. No obstante, de facto y administrativamente, está asentado en dos porciones territoriales dentro de Israel: la Franja de Gaza al oeste lindando con el Mediterráneo y, Cisjordania que comprende parte de la ciudad de Jerusalén. Gaza esta controlada por el partido Hamás o Movimiento de Resistencia Islámico que dirige Yahya Sinwar, y Cisjordania por Mahmud Abbas, jefe de Al Fatah, y presidente reconocido del Estado de Palestina. No se entienden, se excluyen, se diluyen. Y cada uno en su dominio, a su manera, se inmola, mientras la sociedad árabe palestina sufre y se disuelve.

 

El caso de Venezuela es sintomático, es la única manifestación de esta singular dispersión conocida en el continente, y quizás en el mundo occidental.

 

En el presente, luego de 21 años de chavismo, Socialismo del Siglo XXI, o mera dictadura convertida en tiranía militar sustentada en el crimen internacional organizado, con visos ideológicos convenientes, se presenta ante el mundo de la siguiente manera: 1.- tres presidentes actuando cada uno como tal: a) Nicolás Maduro, señalado de ilegitimo, b) Juan Guaidó, reconocido por una buena cantidad de países democráticos y, c) Leopoldo López, actuando como comisionado presidencial en el exterior, quien es recibido como Jefe de Estado. 2.- Dos Asambleas Nacionales (ambas ilegitimas). 3.- Una solicitud de revocatorio presidencial, que asume el reconocimiento a la legalidad del régimen. 4.- Ir a elecciones. 5.- no ir a elecciones. 6.- Rebelión cívica-militar, que nadie ha planteado abiertamente y, 7.- Negociaciones con la tiranía que apuntan a varios sentidos aún no conocidos.

 

A todas ellas se agrega que un grupo de soldados capturados por la guerrilla colombiana, en territorio venezolano, se dirigió al capitán Diosdado Cabello, que no es capitán sino teniente retirado, para que negocie su liberación, desconociendo de facto la autoridad y línea de mando del Ministro de la Defensa, y del Comandante en Jefe,  de las Fuerzas Armadas, que es el presidente Maduro. ¡Vaya scrabble a descifrar!

 

 

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