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Juicios, detenciones e intimidación: gobierno cubano aplasta aspiraciones de 175 candidatos opositores

Una mujer deposita su boleta en un colegio electoral de La Habana en octubre del 2012. Alejandro Ernesto EFE

Mientras la atención de los medios se centraba en el extraño caso de los ataques sónicos en La Habana, el gobierno cubano trabajó discretamente para impedir que más de un centenar de opositores fueran nominados como candidatos a las elecciones municipales.

Ni uno solo de los 175 candidatos independientes agrupados en la iniciativa #Otro18 logró incluirse en las listas de candidatos que serán votados el próximo 26 de noviembre como delegados del Poder Popular en sus comunidades.

Juicios exprés, detenciones e intimidación son algunas de las estrategias empleadas por el gobierno de Raúl Castro para impedir que la disidencia llegue a las urnas, denuncian los opositores.

El gobierno cubano y la policía “violaron de cabo a rabo la ley electoral de mil maneras”, dijo a el Nuevo Herald Manuel Cuesta Morúa, coordinador de la campaña #Otro18. El activista denunció la intervención sistemática en las llamadas “asambleas de nominación” de candidatos, en la que los vecinos en una circunscripción electoral proponen a los candidatos a delegados que irán en la boleta. Se espera que 12,215 delegados sean elegidos en el todo el país.

“En algunos casos han detenido a los candidatos el mismo día de la asamblea, se los han llevado lejos del lugar y eso ha creado un clima de presión y de intimidación en los electores”, dijo. “En otros casos han invalidado [a los candidatos]. No pudiendo intimidar a la comunidad, optaron por inhabilitar a los candidatos”.

La ley electoral cubana no permite la postulación de personas con antecedentes penales. Al menos en cuatro casos, las autoridades habrían realizado “juicios exprés” para impedir la postulación de candidatos independientes, informó el opositor.

A José Casares Soto lo condenaron a cinco años por una causa que tenía “archivada” desde el 2012 por supuesto desacato a la policía. Por su parte, Armando Abascal intentaba presentar su candidatura en Perico, un municipio de Matanzas, pero fue identificado como el líder de una protesta por la demora en el restablecimiento de los servicios de agua y electricidad después del paso del huracán Irma en septiembre.

“Los vecinos le pidieron que los representara [en las negociaciones con las autoridades] y una vez que restablecieron el agua y la electricidad, los vecinos pasaron por su casa y le prometieron su voto el día de la nominación. Rápidamente se movieron las autoridades y lo encausaron por incitación para delinquir”, continuó Morúa.

Estas elecciones son relevantes porque concluirán con elecciones generales y el nombramiento por la nueva Asamblea Nacional de un nuevo jefe de Estado en febrero del próximo año. Si no hay sorpresas, ese jefe de gobierno no tendría el apellido Castro, pues el líder cubano Raúl Castro dijo que se retiraría al cabo de sus dos mandatos.

Por primera vez, organizaciones opositoras vinculadas a las campañas #Otro18 y Candidatos por el Cambio, entre otras, habían desplegado un amplio esfuerzo para presentar a candidatos independientes a unas elecciones que otros disidentes, como Antonio Rodiles y Ailer González, califican de “farsa electoral” en un reciente video.

En teoría, los que sean elegidos delegados municipales podrían aspirar a un escaño en la Asamblea Provincial e incluso a la Asamblea Nacional. Pero las “comisiones de candidatura” —formadas por miembros de organizaciones de masas controladas por el Partido Comunista— escogen a los candidatos a nivel provincial y nacional, y muchos diputados ni siquiera provienen de los delegados electos a nivel local.

En Cuba, el único partido legal es el comunista. “Aunque… la ley prohíbe que el partido respalde a los candidatos, tiene la capacidad de influir en las elecciones al movilizar a sus miembros contra los candidatos que considera disidentes”, escribió en World Politics Review el profesor de American University y experto en temas cubanos, William LeoGrande. “Eso fue lo que hizo [el Partido Comunista] en 2015, cuando dos disidentes designados por sus vecinos como candidatos para las asambleas municipales en La Habana fueron fácilmente derrotados.”

Pero incluso bajo estas reglas, una fracción de la oposición quería intentar el camino de las elecciones, ya sea para obtener legitimidad popular o para demostrar que el proceso no es justo, dijeron varios opositores a el Nuevo Herald.

A pesar de las escasas posibilidades de éxito, el gobierno cubano se tomó muy en serio el reto de una oposición legitimada por los votantes.

En un video filtrado de una reunión con militantes del Partido Comunista en febrero, el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, posible sucesor de Castro, dijo que el gobierno intentaría “desacreditar” a candidatos “contrarrevolucionarios”. “En esta batalla que ya estamos echando, en el segundo semestre del año estamos metidos en todo este proceso”, agregó.

Miembros de Candidatos por el Cambio, otra organización para promover candidatos independientes del Partido Comunista y el gobierno, también reportaron detenciones para impedir que sus miembros se postularan en las asambleas de nominación.

Zelandia de la Caridad Pérez Abreu relató a Martinoticias que la Seguridad del Estado la citó a una unidad de la policía en el municipio Plaza, en la capital, a las cinco de la tarde del lunes 23 de octubre, el mismo día en que debía ocurrir la asamblea en su barrio. Luego, la policía la trasladó a una unidad más lejana y no la dejó ir hasta pasadas las 9 de la noche, cuando ya había concluido la reunión.

La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional reportó un aumento de las detenciones arbitrarias temporales en octubre, 578, la cifra más alta en todo el año.

Pero en otros casos, los medios usados por el gobierno fueron más simples pero igual de efectivos para frenar las aspiraciones electorales de la disidencia; tan simples como no anunciar las asambleas a tiempo.

“En Santiago de Cuba, un edificio entero de electores no fue citado porque iba a apoyar al candidato [independiente Ernesto López] que vive en ese edificio”, dijo Morúa. “En otros casos, apostaron a la policía y la Seguridad del Estado en torno a donde se iba a celebrar la asamblea de nominación para intimidar a los vecinos y todo esto es violatorio de la ley”.

“Me sorprendió que el gobierno haya trabajado tan duro para evitar que los candidatos de Otro18 fueran nominados”, dijo LeoGrande a el Nuevo Herald. “El video de Díaz-Canel indica que el Estado estaba muy preocupado por estos candidatos, y creo que indica una comprensión de cuánto descontento hay en las bases”.

Candidatos por el Cambio denunció la posposición de las elecciones para fines noviembre, de su fecha original en octubre, con el fin de no interferir en las labores de recuperación tras el paso del huracán Irma, dijo el gobierno. Pero los disidentes creen que la medida intentaba evitar que el descontento popular tras la lenta reacción del gobierno para ayudar a los damnificados se volcara a la urnas, incluso si apenas lo que estaba en juego era la elección de delegados locales del Poder Popular.

La venta a la población de artículos donados, la lentitud con la que ha llegado la ayuda a algunos de los pueblos más afectados o el hecho de que ni Castro ni Díaz-Canel han visitado a estas comunidades, ha generado “incomodidad en el pueblo” cubano, dijo a el Nuevo Herald Félix Yuniel Llerena, un joven activista asociado a la Convención Bautista de Cuba Occidental.

“Se están aguzando las contradicciones”, dijo Llerena. En las próximas elecciones “podría esperarse poca asistencia, más abstención, votos en blanco y boletas anuladas”.

Siga a Nora Gámez Torres en Twitter: @ngameztorres

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