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Kaja Kallas, flagelo de Putin, a punto de sustituir a Borrell en la UE

La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas.
La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas. MUNDO

 

 

La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, una de las críticas más duras de la invasión de Rusia a Ucrania a nivel internacional, está a punto de sustituir al socialista español Josep Borrell como jefe de la diplomacia europea.

Los 27 líderes de la Unión Europea han apuntado el nombre de la liberal de 46 años para el cargo de alto representante, que actualmente ocupa Borrell, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

La decisión final debe llegar esta semana. Si este jueves los líderes de la UE formalizan su nombramiento y la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo lo aprueba, Kallas se convertirá en la primera estonia y la primera persona de Europa del Este en asumir uno de los cargos más importantes del bloque, señala Euronews.

Kallas ha sido una de las voces que con más fuerza ha exigido sanciones contra Moscú por la agresión a Ucrania y es una de las mayores defensoras de la entrada del país agredido en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

La llamada «dama de hierro» de los países bálticos planea junto a Lituania y Letonia la construcción de una línea de defensa conjunta a lo largo de las fronteras de los tres países con Rusia y Bielorrusia por la amenaza de una eventual agresión procedente del Kremlin.

Las acciones de Kallas, que no se han limitado a pronunciamientos contra lo que Moscú llama «operación militar especial» y a pedir sanciones, le han traído represalias del mandatario ruso, Vladimir Putin.

La abogada ha buscado que sean retirados los monumentos soviéticos en el báltico. En 2022, cuando ya era primera ministra, fue derribado el Monumento a la Victoria en Riga, que conmemoraba el triunfo soviético sobre la Alemania nazi. Para las autoridades letonas, se trataba de una glorificación a la ocupación soviética.

Esos esfuerzos, que el Kremlin considera  «acciones hostiles contra la memoria histórica» de Rusia, le valieron que Vladimir Putin la pusiera en una lista de búsqueda y captura, en febrero pasado.

La respuesta de la primera ministra estonia fue que no se dejaría silenciar y seguiría defendiendo con firmeza a Ucrania y la seguridad de Europa, y luchando contra la propaganda rusa.

La archienemiga de Putin es vista como una política pragmática. Sin embargo, no se le considera una voz tan autorizada en temas como África, Medio Oriente y América Latina, por lo que no se puede anticipar con certeza cuál será su posición hacia el régimen de Cuba. No obstante, es probable que en su postura pese el hecho de que La Habana es aliada de Putin y justifica la agresión a Ucrania.

Borrell, a quien reemplazaría Kallas, había anunciado en abril que no repetiría como cabeza de lista del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las elecciones europeas.

El socialista español de 76 años ha recibido duras críticas por su postura contradictoria al sancionar a Rusia y estrechar relaciones con el régimen de Cuba, que no solo viola los derechos humanos, sino que es aliado de Moscú y apoya la invasión a Ucrania.

Pese que el régimen cubano continúa reprimiendo el disenso, lo que constituye un fuerte argumento para la suspensión del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre La Habana y la UE, Borrell ha insistido en mantener abiertos los canales de comunicación con ls autoridades de la Isla.

En mayo de 2023, el diplomático español arribó a Cuba para cumplir una visita oficial. Mientras varios activistas y familiares de presos políticos eran reprimidos, Borrell expresó su respaldo a las MIPYMES, aprendió jugadas de dominó y comió pasteles de guayaba, según contó en sus redes sociales entonces.

Al final de su viaje, anunció la visita a Cuba del alto representante de la UE para derechos humanos, Eamong Gilmore, pero adelantó que el bloque no impondría su voluntad en la Isla.

La visita de Gilmore, en noviembre de 2023, también se desarrolló en un ambiente represivo para activistas y familiares de cubanos presos por motivos políticos. El régimen cubano insistió todo el tiempo en negar la existencia de prisioneros políticos en la Isla.

 

 

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