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La coalición conservadora en el poder gana las elecciones de Japón

Con su promesa de frenar las desigualdades sociales surgidas con la pandemia, el primer ministro Fumio Kishida revalida la mayoría, pero pierde algunos escaños

Ni el rechazo al Gobierno por la gestión contra el coronavirus ni los casi diez años que lleva en el poder pueden con el Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón, que se ha alzado con la victoria junto a sus socios budistas del Komeito en las elecciones de este domingo a la Cámara Baja del Parlamento.

Tres horas y media después del cierre de los colegios electorales a las ocho de la tarde, el recuento ya le daba a la coalición gobernante los 233 escaños que le aseguraban la mayoría en dicha Cámara, según informa la agencia Kyodo. Con el escrutinio aún sin concluir durante la madrugada, el PLD y el Komeito contaban ya con más de 260 diputados, lo que les permite controlar todos los comités parlamentarios. Mientras la coalición gobernante se acercaba a los 305 escaños que tenía en la anterior legislatura, el bloque opositor aumentaba ligeramente sus 156 diputados. Para el primer ministro, Fumio Kishida, no perder demasiados escaños es fundamental con el fin de disponer de más autonomía y llevar a cabo su programa más cómodamente.

Elegido hace un mes por votación interna de su partido tras la dimisión de Yoshihide Suga, Kishida ha prometido un «nuevo capitalismo» que redistribuya mejor la riqueza para atajar las crecientes desigualdades económicas en la tercera economía del mundo. Para acabar con dichas disparidades, Kishida ha anunciado su intención de alejarse del neoliberalismo de los «Abenomics» y aumentar las ayudas sociales para los más vulnerables y desprotegidos. Pero no está claro que pueda aumentar los impuestos al gran capital porque eso espantaría las inversiones. Además, ha prometido una lluvia de «decenas de miles de millones» para reactivar la economía, que este año y el próximo crecerá en torno al 2,5 por ciento si la pandemia no obliga a imponer nuevas restricciones.

Haciendo frente a las críticas por la gestión del coronavirus, que se hicieron especialmente notables en el rechazo este verano a los Juegos Olímpicos de Tokio y acabaron forzando la renuncia de Suga, Kishida también se ha comprometido a aumentar el número de camas en los hospitales en previsión de una sexta ola. Dentro de sus paquetes de estímulo de la economía, el nuevo Gobierno destinará una partida para los negocios y comerciantes más castigados por el Covid-19.

Entre las medidas sociales, sus socios del Komeito proponen distribuir un pago único de 100.000 yenes (760 euros) por cada hijo menor de 18 años. Curiosamente, coincidían en esta idea con la principal fuerza de la oposición, el Partido Constitucional Democrático de Japón (PCDJ), que ofrecía 120.000 yenes anuales (910 euros) a las familias más pobres.

Las amenazas de China

Encabezado por el progresista Yukio Edano, el PCDJ tenía antes 110 diputados y concurría a estos comicios junto a otros cuatro grupos políticos, entre ellos el Partido Comunista de Japón. Su derrota ya se veía venir porque, salvo sus dos breves intervalos en el poder en los 90 y entre 2010 y 2012, Japón lleva desde el final de la II Guerra Mundial regido por los conservadores del PLD.

En el plano medioambiental, la coalición gobernante pretende lograr la neutralidad de emisiones de carbono en 2050 reactivando las centrales nucleares y aumentando las energías renovables. Para hacer frente a las amenazas de China y al auge de China, que le disputa las islas Senkaku (Diaoyu), el PLD quiere doblar el presupuesto militar del 1 al 2 por ciento del PIB, alcanzando así los 100.000 millones de dólares (86.500 millones de euros). Un incremento que el Komeito no ve con buenos ojos por su pacifismo budista y sus buenas relaciones con Pekín, lo que podría generar tensiones en la coalición gobernante junto a la reforma de la Constitución para relanzar el papel de las Fuerzas de Autodefensa como un auténtico Ejército.

La jornada electoral quedó empañada por el ataque con cuchillo perpetrado por la tarde en el metro de Tokio, que desató el pánico al saldarse con al menos diez heridos y un incendio en uno de sus vagones. Tal y como recoge Reuters, la Policía detuvo a un joven de 24 años que, vestido al parecer con un disfraz del «Joker» por las fiestas de Halloween, apuñaló a los pasajeros y roció el vagón con ácido para provocar el fuego. Entre los heridos hay un hombre de unos 60 o 70 años que se encuentra en estado grave tras ser apuñalado, mientras que el resto sufrió lesiones menores o inhalación de humo. Grabados por testigos del incidente, que ocurrió en parada de Kokuryo de la línea Keio, los vídeos que circulan por las redes sociales muestran a los pasajeros del tren huyendo aterrorizados mientras a sus espaldas se perciben las llamaradas.

 

 

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