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La crisis de los refugiados de Venezuela pronto superará a la de Siria, según la OEA

Mientras cada refugiado sirio recibe 5.000 dólares de media, el venezolano no llega a los 480

El éxodo venezolano puede alcanzar los siete millones de personas en el primer trimestre de 2022, y pasar a convertirse en el mayor del mundo, por encima del provocado por la guerra civil en Siria, según un informe publicado ayer por Grupo de Trabajo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para la Crisis de Migrantes y Refugiados Venezolanos en la Región. A día de hoy son más de 5,6 millones los emigrantes y refugiados venezolanos en la zona. Se trata de más del 18% de la población venezolana.

Los países que más refugiados han tomado son Colombia con 1,73 millones; un millón en Perú y casi medio millón en EE.UU., Ecuador y Chile. En Brasil hay más de 260.000. México sólo ha aceptado a 102.000, Argentina a 180.000 y Canadá a 22.000. Y el éxodo no cesa. Pese a que las fronteras venezolanas están cerradas debido a la pandemia del coronavirus, unos 900 venezolanos huyen diariamente de su país de forma irregular. Antes de la pandemia, cerca de 5.000 venezolanos huían diariamente de su país. Entre marzo y septiembre, 134.000 venezolanos se vieron obligados a regresar a su país desde Colombia y otros 8.000 desde Brasil, ambos fronterizos.

Tal y como está el volumen de exiliados hoy, sólo la crisis Siria, con 6,7 millones supera a Venezuela. Por detrás está Afganistán, con 2,7 millones y Sudán del Sur, con 2,3 millones.

Elaboración del informe

Para elaborar este informe, el Grupo de Trabajo ha recabado más de 600 testimonios de emigrantes y refugiados venezolanos quienes expresan que se han visto forzados a escapar de su país esencialmente por cinco razones: Emergencia humanitaria compleja, violación sistemática a los derechos humanos, inseguridad, colapso de los servicios básicos y el alto coste de vida.

«Caminar desde Cúcuta, en Colombia, hasta Lima, Perú es equivalente a caminar desde Madrid hasta Helsinki»

Con los testimonios recabados, los expertos de la OEA identifican que estos exiliados pueden recorrer hasta 4.000 kilómetros a pie, lo que equivale a la ruta desde Cúcuta, en la frontera con Colombia, hasta Lima, en Perú. «Caminar desde Cúcuta, en Colombia, hasta Lima, Perú, como han hecho muchos, es equivalente a caminar desde Madrid hasta Helsinki o desde Nueva York hasta Salt Lake City», dice el informe.

El informe señala que las ayudas ofrecidas a los refugiados sirios son de 5.000 dólares de promedio por persona, y en contraste, en el caso de los refugiados venezolanos son de solo 480 dólares. Dice el informe que «el financiamiento a esta crisis es la décima parte de lo que se ha aportado para atender a la crisis de refugiados siria» y que «hoy un refugiado venezolano vale 10 veces menos que un refugiado sirio». El total de donaciones a los refugiados sirios desde 2014 es de 33.000 millones de dólares, y en el caso venezolano a penas se alcanzan los 2.700 millones. Dice la OEA que «sin una respuesta global ni financiamiento masivo, la crisis de refugiados venezolanos proyecta a convertirse en la más grande y menos financiada del mundo».

En abril, el Secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, otorgó a los inmigrantes venezolanos en EE.UU. un estatus de protección temporal durante 18 meses, que les exime de la deportación. Se calcula que unos 300.000 venezolanos viven en EE.UU. y se concentran sobre todo en la Florida.

Atrapados en la frontera

En los pasados meses casi 7.000 venezolanos han pasado ilegalmente desde México a EE.UU., cruzando el río o el desierto, o saltando el muro, según datos del Proyecto de Inmigración del Centro de Intercambio de Acceso a Registros Transaccionales de la Universidad de Syracuse, que reúne información sobre la justicia federal en EE.UU. Cuando Donald Trump dejó el poder a finales de enero, había 1.657 venezolanos que habían pedido asilo en la frontera, y que en virtud del llamado Protocolo de Protección a Migrantes, una normativa vigente desde enero de 2019 y ya caducada, habían sido deportados y esperaban en México una resolución judicial.

En el primer trimestre de 2021 se les sumaron otros 1.317, según datos del mismo Proyecto de Inmigración. A principio de este verano habían sido admitidos legalmente en EE.UU. otros 3.800.

El nuevo Gobierno de EE.UU. ha consumado un cambio de estrategia sobre la solución a la crisis humanitaria y ahora asume que el régimen debe ser parte de una solución negociada que lleve a elecciones libres, si es que estas se dan. Durante el mandato de Trump, este estableció que la condición a un proceso negociador era la marcha de Maduro, algo que intentó con su apoyo expreso al pronunciamiento fallido del 30 de abril de 2019. Según dijo recientemente Juan González, asesor para Iberoamérica en la Casa Blanca, la estrategia actual es «la presión sobre el régimen hasta que haya pasos concretos» en unas elecciones libres.

Por su parte, la OEA mantiene como representantes en su Consejo Permanente a los emisarios de Juan Guaidó y la Asamblea Nacional, controlada por los opositores y contra la que Nicolás Maduro ha creado un poder legislativo paralelo y ha convocado unas elecciones consideradas fraudulentas por el grueso de la comunidad internacional.

 

 

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