La crisis sanitaria contagió al PIB en el país más de lo esperado
Solo bastó una semana completa de cuarentena nacional, en marzo (desde el 25), para quitarle mucha de la batería a la economía colombiana en el primer trimestre del año, lapso en el que si bien se logró un mejor resultado en comparación con otras naciones del mundo, este no deja de ser una cifra débil: 1,1 por ciento.
La producción del trimestre completo fue mucho más baja de la esperada por el Emisor (2 %), porque la expectativa era que los dos primeros meses del año, con un crecimiento promedio de 4,1 por ciento, jalonaran más en comparación con lo que podía restar el último tramo de marzo.
Sin embargo, la incertidumbre que salpicó prácticamente todo el tercer mes, teniendo en cuenta que el primer caso de coronavirus en el país se conoció el 6 de marzo, pesó más de lo que se estimaba.
En la resta para todo el trimestre también aportó el hecho de que Bogotá, que representa alrededor del 26 por ciento de la economía colombiana, empezó con mucha antelación a cerrarle caminos al contagio. Por ejemplo, además de una semana de simulacro previa a la orden de confinamiento nacional, se fueron tomando otras medidas que le mermaron el ritmo a la actividad económica en la capital, como el cierre de bares y el aislamiento social preventivo de pasajeros que llegaban del exterior, lo que ocurrió antes de mitad de marzo y fue abonando terreno a la reducción del transporte aéreo.
Lo cierto es que en los datos de la producción del primer trimestre del 2020 ya está retratada toda la evolución de la crisis económica, alrededor de la cual hay una realidad muy clara y es que en el segundo trimestre (abril-junio), el cual contiene casi dos meses en confinamiento, la situación de la economía podría ser la peor en la historia del país, según advirtió Bruce Mac Master, presidente de la Andi.
Enero y marzo, con una agricultura creciendo al 6,8 por ciento, sin la ayuda del café, que se contrajo en 13,9 por ciento, mostró a la ruralidad metiendo el hombro para garantizar el abastecimiento de alimentos a los colombianos guardados en sus casas.
En el caso de la construcción, que cayó en 9,2 por ciento, principalmente por la baja en las edificaciones residenciales (-19,8 %), dejó ver a un subsector que ya venía reportando cifras negativas durante los últimos tres años, “con bajo nivel de proyectos en los segmentos medio y alto, los cuales actualmente presentan una acumulación de inventarios”, señaló el Dane. Es más, la covid-19 le dio cierto ánimo a esta rama, a través de construcciones no residenciales, pues si bien no se edificaron hoteles ni oficinas, sí se adecuaron hospitales y locales para suplir necesidades de la pandemia.
En total, 4 de 12 actividades tuvieron resultados negativos: construcción (-9,2 %), minas (-3 %), entretenimiento (-3,2 %) e industria (-0,6 %). A esta última rama también le dio la mano el coronavirus, porque algunos de los requerimientos en la emergencia, como elaboración de productos alimenticios (6 %) o fabricación de productos textiles y similares (9,5 %), le evitaron una caída mayor.
Mientras tanto, se impulsaron ramas como suministro de electricidad y gas, lo que refleja –en parte– el mayor consumo de estos servicios en los hogares en confinamiento.
El primer trimestre del 2020 evidenció que cada día de cuarentena, con una producción casi paralizada en todos los sectores, le puede restar 1,5 puntos porcentuales al crecimiento mensual del PIB, según el cálculo realizado por la firma Credicorp Capital.
Por ahora, el viceministro de Hacienda, Juan Alberto Londoño, ratificó que la expectativa acerca de la desaceleración económica en todo el año sigue siendo -5,5 por ciento. No obstante, con una pandemia aún sin conjurar, cualquier cosa puede pasar.
Recesión en América Latina
La Organización de Naciones Unidas (ONU) prevé la mayor recesión económica en la historia de América Latina y el Caribe, al estimar un retroceso del 5,4 % en 2020. Al decir del organismo, la pandemia estaría golpeando con especial dureza a Brasil, Ecuador y Perú, pese a que destacó que todos los países han tomado medidas oportunas, como el confinamiento, para contener la enfermedad, según dijeron fuentes de la ONU a Efe. Pero al efecto positivo de dichas medidas le restan “factores externos como la caída de la demanda global, precios más bajos del petróleo y los metales, una bajada de las remesas y un desplome del turismo”. La región regresaría a un crecimiento moderado, de 3,1 % en 2021, siempre y cuando el virus se contenga en el 2020.