La diputada más joven de la Asamblea venezolana avisa: «A Maduro le queda muy poco»
Con solo 25 años, Marialbert Barrios, es la representante más joven en la historia de la cámara. Criada en un ambiente chavista, ahora combate a un presidente al que ve agonizante
El éxito de Marialbert Barrios es el paradójico reflejo de la crisis del modelo socialista venezolano. A sus 25 años, esta joven criada en el seno de una familia chavista se ha convertido en la diputada más joven en la historia de la Asamblea venezolana, donde defiende las tesis de la formación opositora Primero Justicia. Como muchos en el país, su familia giró de la simpatía a Hugo Chávez hacia el desencanto con un gobierno que, dice, ha arruinado al país. Su triunfo en las legislativas del pasado diciembre frente a pesos pesados del oficialismo como Freddy Bernal o Ernesto Villegas en el Circuito 1 de Caracas, tradicional bastión del PSUV, dejó claro que las grietas en el edificio bolivariano van mucho más allá de la fachada.
Graduada en Estudios Internacionales por la Universidad Central de Venezuela, estuvo de visita en Madrid, donde la oposición a Nicolás Maduro mantiene una intensa actividad.
Usted viene de una zona tradicionalmente chavista y se ha convertido en la primera diputada de la oposición allí. ¿Cómo lo consiguió?
Con esfuerzo y constancia. El papel de la juventud es trascendental en todos los procesos de cambio y siento que Venezuela se acerca hacia la transición. Aunque hablar de transición suena un poco precipitado con la crisis institucional y de falta de gobernabilidad que tenemos. Fue clave el contacto cara a cara, ir a la casa del elector a conocer su situación. Otro factor es la crisis económica. Yo me admiraba el otro día cuando en la Moncloa nos explicaban cómo habían logrado reducir el déficit. Por contra, en Venezuela se vive una crisis abismal, en la que no hay alimentos básicos, ni pañales, ni leche para los recién nacidos. Estamos volviendo a ver mendicidad en las calles. El último factor ha sido la violencia política. En estos diecisiete años de chavismo hemos visto que se metía opositores en la cárcel, que caíamos en una falta total de derechos humanos y que a los funcionarios que piensan de manera diferente a la oficial se les dejaba sin trabajo. Nos esforzamos mucho, pero es indudable que la mala situación del país ayudó.
El presidente Maduro se niega a tramitar la Ley de Amnistía aprobada por la Asamblea, contra la que ya se ha pronunciado el Tribunal Supremo. ¿Qué va a suceder ahora con ella?
Nosotros seguimos abogando por una agenda social, que incluye esa ley de amnistía que impulsamos junto a Voluntad Popular. Hemos promovido medidas en favor de los beneficiarios de viviendas públicas y también de los pensionistas, porque hoy la pensión no alcanza y uno tiene que elegir entre comprar medicinas o alimentos. Mantenemos esta agenda social precisamente para que la crisis política no afecte.
Sí, pero respecto a la amnistía…
Conociendo a Nicolás Maduro y su juego político, no extraña que haya llevado la ley al tribunal para que la vetara. Pero nosotros desde la oposición seguiremos buscando las vías pacíficas y democráticas para lograr la amnistía de nuestros presos políticos y defender los derechos humanos. ¿Cuál es el verdadero mensaje de la ley de amnistía? Sin diálogo y sin reconocer al que piensa distinto el país no puede progresar. Y si hay algo cierto hoy día en Venezuela es que Maduro no puede más que 28 millones de venezolanos que esperan un cambio y saben que eso requiere la paz y la reconciliación nacional.
¿Les sorprendió la decisión del Tribunal Supremo?
Honestamente, no. Ya sabemos que todas las instituciones están absolutamente manipuladas por el Gobierno, que lo que espera es que el pueblo venezolano pierda la esperanza. Yo soy una joven de 25 años, y como tal afirmo que nuestro deber es mantenerla viva. Sabemos que la desesperación y la violencia no generan sino más desesperación y más violencia. El rescate de las instituciones va de la mano de la Asamblea Nacional, pero tiene que haber también una salida constitucional, por eso proponemos un referéndum revocatorio. Es un mecanismo legal de participación que hace que el pueblo venezolano decida.
En ocasiones da la impresión de que en la oposición no hay unidad de criterios sobre cómo derribar a Maduro.
Es normal que en democracia haya disparidad de opiniones. Quizá quien pueda dar una respuesta sea Jesús Torrealba, jefe de la Mesa de la Unidad. Yo creo que la salida es el revocatorio y celebro la diversidad de partidos.
Tampoco está claro quién será el candidato de unidad de la oposición frente a Maduro.
Debe ser el que gane las primarias. En la MUD se decidió que todos los candidatos a cargos electos sean elegidos en primarias, empezando por los gobernadores, cuyas elecciones deberían celebrarse en torno a diciembre. Mi líder es Henrique Capriles, pero como venezolana votaré al candidato que decida la Mesa de la Unidad.
¿Cuánto tiempo cree que le queda a Maduro en el poder?
Muy poco. Yo creo que este mismo año puede haber un relevo dentro del propio chavismo. Maduro no puede seguir. Nunca ha dado la cara, siempre ha ignorado las necesidades del pueblo. Diciembre de 2016 va a ser un mes trascendental, mucho más incluso de lo que lo fue diciembre del año pasado.
Con solo 25 años, ¿qué le empujo a dar el paso de presentarse como candidata a las elecciones legislativas?
Venezuela es uno de los mejores países del mundo y yo apuesto a que va a ser grande. Estando en la universidad, decidí dejar a un lado las aventuras y ser parte de la construcción de mi país. Me dedico de lunes a lunes a lograr un país libre, donde la juventud tenga oportunidades, donde el sueldo te alcance y se pueda vivir tranquilo.
¿Quién fue su modelo? ¿Quién la inspiró?
No puedo hablarle de modelos, sino de un equipo de colaboradores que apostó por mí y al que me debo. En él estaban Henrique Capriles, Liliana Hernández, Armando Briquet y otros, algunos de ellos hoy presos.