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La disputa por la guarda y custodia de las esencias de la izquierda

El PSOE nunca ha admitido la pretensión del PCE, después Izquierda Unida y ahora Podemos, de ostentar la representación de la izquierda

El PSOE de Pedro Sánchez no es el de Felipe González; tampoco Unidas Podemos es una continuación lineal del Partido Comunista de España, pero ambas organizaciones no pueden sustraerse de sus materiales históricos y políticos. Tampoco del origen de sus dirigentes. En las vísperas de la votación de la investidura del candidato socialista, Pedro Sánchez, emerge la disputa constante y latente de los socialistas y la organización que esté a su izquierda; en estos tiempos, Unidas Podemos. Nunca ha admitido el PSOE la pretensión del PCE, después Izquierda Unida y ahora Podemos y sus confluencias, de ostentar la representación de la izquierda.

Los socialistas se presentan como la izquierda que gobierna y beneficia a la inmensa mayoría, la que “se hace cargo de la realidad para cambiarla” y no tolera guardianes del tarro de las esencias del izquierdismo, repiten en el PSOE. “Estamos asistiendo a un debate de la izquierda sacándose los ojos”. Esta llamada al orden anteayer en el Congreso del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, dirigiéndose a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias, no estaba descaminada.

“Mi partido tiene 140 años de historia, ha gobernado muchos años y las reformas que usted propone, señor Iglesias, son las que puso en marcha el PSOE. No queremos tener al lado a un policía jurado vigilándonos”. Este fue el comienzo de la réplica de Sánchez al líder de Unidas Podemos y ahí empezó el toma y daca entre ambos. El rostro de Iglesias se había ido ensombreciendo a medida que el candidato solicitaba hasta la extenuación que el PP y Ciudadanos se abstuvieran para facilitar la investidura, “Disimule un poco, señor Sánchez, diga usted algo de izquierdas”, le instaba Iglesias entre la recriminación y la ironía.

A remachar ese clavo se unió el coordinador de Izquierda Unida, Alberto Garzón, que consideró “decepcionante” las llamadas de Sánchez a la derecha. “Es mejor transitar el camino de la izquierda. Tiene que respetar a los aliados y es un error su veto a Pablo Iglesias”, encadenó Garzón. No mostró Sánchez la menor voluntad de aflojar sus recriminaciones a Podemos. “Señor Iglesias, el mundo no empieza con usted. Mi partido, con 140 años…”. No se quedó en la superficie ya que le reprochó haber dinamitado el acuerdo del Pacto de Toledo sobre pensiones y su posición resistente a defender la actuación del Estado en Cataluña, lo que hizo extensivo al representante de Catalunya en Comú, Jaume Asens.

“Venimos de tradiciones distintas, señor Iglesias, aunque compartamos el ámbito de la izquierda, pero tenemos visiones distintas sobre muchos temas y su forma de abordarlos”, dejó dicho Sánchez. Esa diferenciación del secretario general del PSOE recorre la historia y los discursos de socialistas y de la fuerza que haya habido a su izquierda a lo largo de los años. Es el recordatorio de la pugna histórica entre las tradiciones socialista y comunista.

Sí, no se oculta desde Unidas Podemos que, en efecto, hay diferencias de calado entre el PSOE y esta organización. No las tapa sino que proclama que, cuando el PSOE no tiene contrapeso por la izquierda, sus reformas se quedan a medio camino. “El PSOE suele hacer propuestas muy sensatas en campaña electoral, pero luego rara vez las cumple”, reprocha Pablo Iglesias. Esta fue su línea argumental en las elecciones generales del 28 de abril en el intento de conseguir el máximo apoyo posible y parar la inclinación de votantes anteriores de Podemos hacia el PSOE.

De los sondeos previos a la realidad de sus 42 diputados sí hubo una mejora que se atribuye a la buena valoración que obtuvo Iglesias por sus intervenciones en los debates electorales. Muy moderado en las formas pero con el aguijón constante a Pedro Sánchez. Por qué el PSOE no ha querido derogar totalmente la reforma laboral; por qué no ha sido audaz en la reforma de las pensiones; por qué no ha regulado los precios del alquiler de las viviendas, pregunta Podemos.

En el programa de Pedro Sánchez figuran estos asuntos pero no con la extensión que Podemos quiere. Entre la izquierda que hace y la que sueña el PSOE “está en la primera sin renunciar a la segunda”, señalan en el entorno de Sánchez. Y rematan: “Con la izquierda de salón se hacen grandes discursos pero no se consigue nada”.

Lo mismo pensaba Felipe González, que siempre optó por completar mayorías con los nacionalistas, en materias socioeconómicas y no con Izquierda Unida. “Respeten a este centenario partido porque ustedes no son la prueba del algodón de la izquierda de mi partido”, exigió a Podemos la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, en el debate de investidura. “En este partido que tanto ha hecho, hace y hará por una sociedad más justa y más libre, no necesitamos guardianes de las esencias de la izquierda, sino socios leales”, demandó. Unidas Podemos sí cree imprescindible la vigilancia.

 

 

 

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