La expulsión de un diplomático cubano sugiere la mano de La Habana en la violencia en Colombia
La cancillería colombiana aseguró que Omar Rafael García Lazo desarrollaba en el país "actividades incompatibles con la Convención de Viena"
El Gobierno colombiano declaró el pasado jueves persona non grata al primer secretario de la embajada de Cuba en Bogotá, Omar Rafael García Lazo, según informó la propia cancillería de la Isla este viernes.
Por su parte, la cancillería colombiana aseguró, en un comunicado, que el diplomático estaba «desarrollando en el país actividades incompatibles con la Convención de Viena».
Bogotá no dio mayor información sobre esas actividades, pero insistió en que, a pesar de su decisión, el propósito de Colombia es «privilegiar la relación diplomática y de cooperación con la República de Cuba».
«Convocamos hoy al Embajador de Colombia para trasladar mediante nota verbal nuestra enérgica protesta», escribió en un hilo de Twitter Eugenio Martínez Enríquez, director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, para quien la decisión es «infundada» y constituye «un acto inamistoso y afecta el normal funcionamiento de la Embajada de Cuba en Colombia».
Martínez Enríquez aseguró también que «los diplomáticos cubanos cumplen con seriedad y rigor sus obligaciones derivadas de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas» y demanda que «se expongan los supuestos motivos para esta insólita decisión».
El senador Carlos Felipe Mejía ha asegurado que detrás de los hechos de violencia «están los tentáculos del narcocomunismo» orquestados por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, los servicios de inteligencia cubanos y sus aliados guerrilleros
Colombia vive una intensa semana de protestas que han dejado al menos 24 muertos y 800 heridos. Para discutir posibles soluciones a la crisis que vive el país, el presidente Iván Duque tenía previsto reunirse este sábado con líderes de la Coalición de la Esperanza, una alianza de centroizquierda formada para las elecciones del próximo año.
Estos han pedido este viernes un «diálogo genuino, concreto y eficaz con el comité del paro». En un comunicado leído antes de la reunión con Presidencia por Humberto de la Calle, precandidato presidencial, la Coalición puntualizó que van a la reunión con el jefe de Estado sin el propósito de «sustituir a quienes han enarbolado la bandera de la inconformidad».
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, declaró este miércoles en Miami que había alertado a Duque del apoyo del régimen de Nicolás Maduro a los sectores violentos en las protestas colombianas.
La revista Semana señala que el senador Carlos Felipe Mejía, miembro del Centro Democrático (en el poder), ha asegurado que detrás de los hechos de violencia «están los tentáculos del narcocomunismo» orquestados por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, los servicios de inteligencia cubanos y sus aliados guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El mismo miércoles, la Federación Estudiantil Universitaria de Cuba (FEU) publicó una «declaración en solidaridad con los estudiantes y el pueblo colombiano». En su comunicado, se refiere al Gobierno colombiano como «narco Estado», denunciando que «ha arremetido con la violencia y asesinatos constantes contra líderes sociales».
La FEU, que no se ha pronunciado aún sobre el estudiante detenido en la manifestación del pasado viernes en La Habana Vieja, a pesar de los reclamos de algunos de sus miembros, profundiza: «La reforma tributaria que pretenden imponer y el auge de las políticas neoliberales son motivos por los cuales hoy protestan nuestros hermanos colombianos».
Este viernes, ‘Granma’ atribuye en un artículo las «protestas populares» a «las arbitrarias vías» de la Administración de Iván Duque «para escapar a la crisis financiera generada por la pandemia»
Sin embargo, los disturbios han continuado a pesar de que el Gobierno colombiano retiró esa reforma tributaria.
La prensa oficial cubana también se ha manifestado al respecto. Este viernes, Granma atribuye en un artículo las «protestas populares» a «las arbitrarias vías» de la Administración de Iván Duque «para escapar a la crisis financiera generada por la pandemia».
Citando a la Casa de las Américas dice, además, que «pasan los días y el escándalo del crimen crece sin que ceda el justo reclamo del pueblo, que apunta ya claramente a la cabeza del régimen», refiriéndose al Gobierno colombiano, al tiempo que recuerda que «están siendo ignorados de manera vergonzosa los acuerdos de paz entre el Gobierno colombiano y las guerrillas, que se lograron en la capital habanera en el año 2016, tras largas y meticulosas discusiones».
Un informe de funcionarios colombianos publicado por la revista Semana el pasado enero aseguraba que existía un plan del Gobierno cubano para interferir en las elecciones colombianas de 2022 y «desestabilizar al país». Unos días después y sin citar específicamente a Cuba, el presidente Iván Duque declaró que procedería a «la expulsión, conforme a la Convención de Viena, de quienes pretendan, en el ejercicio de la función diplomática, venir a nuestro país a tratar de interferir en el sano desarrollo del curso institucional colombiano».
«¿Por qué La Habana se ha dedicado a conquistar Colombia?», se preguntaba entonces Carlos Alberto Montaner. «Por, al menos, tres razones. Porque ya dominan Venezuela y el país ha sido minuciosamente saqueado y destruido. Cuba necesita un reemplazo en las fuentes de suministro de petróleo y de fondos económicos. La Isla tiene un sistema absolutamente parasitario e improductivo al servicio de los militares y no quiere cambiarlo».
El largo brazo de Cuba en Colombia no es una novedad. El ELN fue fundado por estudiantes que viajaron a la Isla becados por Fidel Castro en 1963 y tampoco han ocultado nunca su afinidad con la Revolución cubana, las FARC, que consiguieron que los diálogos de paz con el Gobierno colombiano fueran en La Habana. Además, el propio Fidel Castro reconoció que su participación en el llamado bogotazo, los disturbios desatados tras el asesinato del presidente Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, le sirvió de inspiración para su futuro movimiento guerrillero.
Por otra parte, el Gobierno colombiano hizo público este viernes su rechazo a unos comentarios del presidente argentino, Alberto Fernández, que había manifestado su preocupación por la «represión» a las protestas, y los calificó de «intromisión arbitraria».
La «Cancillería, en nombre del Gobierno de Colombia, rechaza firmemente las declaraciones del presidente Alberto Fernández, que desconocen que miles de colombianos han tenido, conforme a nuestro Estado de derecho, todas las garantías para ejercer la protesta pacífica a lo largo y ancho del país», señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores en su cuenta de Twitter.