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La historia de Tupper y Lego

Mucho se ha escrito y publicado sobre el beneficio que determinadas razas caninas pueden brindar a personas con problemas de salud como diabetes o epilepsia. Desde hace años la ciencia avanza en ese sentido, y nuevas y sorprendentes sorpresas nos esperan sobre cuán útiles a los más débiles y enfermos pueden ser los perros. 

En su inmensa capacidad de ayuda hay especializaciones, como nos recuerda Jane Brody, en esta nota en  The New York Times – Jane Brody : las mascotas de terapia son distintas de las de servicio, como los perros guía para ciegos, los que detectan crisis sanitarias inminentes en la gente que padece epilepsia o diabetes, o los que estimulan el aprendizaje en niños con autismo o parálisis cerebral.

Aquí nos detenemos: ¿Qué ayuda pueden dar a los niños autistas? El autismo se presenta de maneras muy variadas, incluyendo formas severas de dificultades de socialización, sobre todo cuando no son suficientemente comprendidas,  afectando principalmente la manera en que las personas se comportan, interactúan, en su proceso de aprendizaje y de lenguaje. Frente a tales retos, los esfuerzos se concentran en maximizar las capacidades de la persona, para que logre llevar una vida lo más normal e independiente posible, dentro de los que se incluyen terapias de lenguaje, motrices, sociales.

De acuerdo a un estudio elaborado por la universidad de Missouri, los niños con autismo que poseen alguna mascota tienen mayores habilidades sociales frente a los niños que no tienen. En el caso de los niños que tienen perros, presentan un mejor desarrollo de dichas habilidades. Ello es así porque el juego con el perro termina siendo un puente para unir a las personas que componen el hogar. Los paseos y las largas caminatas terminan convirtiéndose en excusas perfectas para adentrar al niño y exponerlo a situaciones en las que se ven involucradas diferentes dinámicas de interacción y recreación.

En este hermoso video a continuación podemos ver cuán beneficioso ha sido su perro para un niño autista.  Tupper, el niño, tenía gravísimos problemas para dormir, sufría de pesadillas. Apenas dormía por muy poco tiempo, y le costaba mucho hacerlo por un periodo regular. El perro, Lego, le ha servido no solo para poder dormir con tranquilidad, sino que el perro sabe calmarlo cuando Tupper se siente estresado, y ha logrado que socialice con mucha mayor confianza, que comparta con otras personas en espacios fuera de su casa. Es evidente que Tupper adora a su perro…

 

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