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La improvisación, una ventaja inesperada para la animación cubana

«Invertebrados», dirigida por el Muke, es uno de los primeros cortos animados que se hicieron en Cuba. Credit El Muke

Puede que Cuba aún esté bajo embargo y el acceso a internet sea escaso, pero ese déficit tecnológico no ha impedido que algunos de los artistas del país se aventuren a hacer animación por computadora.

Esa forma de arte era una rareza hace apenas una década y la falta de recursos y dinero sigue siendo un problema. “La mayoría de los animadores cubanos son estudiantes de escuelas de diseño o arte”, dijo Ermitis Blanco, fundador y animador principal de ÑOOo Producciones en La Habana. “Una vez graduados, no es fácil continuar. Hay pocas personas que siguen adelante”.

Aun así, muchos animadores han resuelto sus problemas de internet y de equipamiento gracias a la improvisación. “El software que tenemos es pirata; aquí no hay licencias”, dijo Blanco. “Hacemos la mayor parte de nuestro trabajo en Adobe. Desconozco de qué país vienen algunos programas”.

Una toma de «Otro animado que no es para niños». Credit El Muke

Durante los años tempranos de la Revolución cubana, el gobierno hizo sus primeras inversiones en la incipiente industria cinematográfica del país. Esto permitió que un artista como Juan Padrón, la versión cubana de Walt Disney, tuviera los medios para hacer filmes propagandísticos cortos y películas sobre un héroe cubano de la clase trabajadora, Elpidio Valdés, así como la popular Vampiros en La Habana, una obra alegórica en la que los capitalistas son criaturas de la noche. No obstante, después de años de crisis económicas, el financiamiento para las artes se desaceleró y eso también contribuyó a un retraso en la introducción de la animación por computadora. No fue sino hasta 2014 cuando un grupo de animadores que obtuvo apoyo del Estado lanzó su primer largometraje: Meñique.

En abril, el cine cubano estará bajo los reflectores en muchos festivales de cine, entre ellos Muestra Joven, un evento en La Habana dedicado a jóvenes directores, así como el Festival de Cine de La Habana en Nueva York, que rinde homenaje a Padrón. Aquí echamos un vistazo a algunos cortos recientes provenientes del mundo improvisado de la animación cubana:

Invertebrados

Tres invertebrados —una pulga de agua, una hidra verde (parecida a una medusa) y una lombriz planaria— entablan una lucha de cadena alimentaria después de que la hidra trata de comerse a la pulga. Aunque es uno de los primeros cortometrajes animados por computadora de Cuba, la película de 2011 es sofisticada en movimiento y puesta en escena. El director, el Muke (Harold Díaz-Guzmán Casañas), da a cada combatiente sonidos distintos para que, aunque no se diga nada, se puedan escuchar los personajes. “Nunca fui a la escuela de animación ni de cine”, dijo el Muke, quien cita a Pixar como una gran inspiración.

Amy Mitchell-Smith, productora que trabaja con el Muke en su próximo proyecto, dijo: “Él es capaz de cambiar de forma en su estilo. La apariencia de Invertebrados es completamente diferente a su otra obra”.

‘Otro animado que no es para niños’

Este corto de 2014 del Muke mezcla estilos viejos y nuevos para presentar una mezcla extraordinaria de imágenes computarizadas, animación 2D y fotografía. Ambientada en hogares cubanos, la película se asoma a las ventanas para revelar personajes rudimentarios animados por computadora o cuadro por cuadro.

En otra escena, las dos monedas cubanas, el peso CUP y el peso convertible CUC —que usan los turistas—, se arrastran afuera de un edificio mientras se ve que un viejo francés está detrás de una ventana con barrotes; el billete tiene impresa una figura de El principito.

Ese homenaje rápido da lugar a una caricatura sobre una chica que canta con una margarita, lo cual desafía el título del corto durante un breve momento. La siguiente ventana revela a dos adultos desnudos que se abrazan y entonces cada detalle de ese mundo mezclado se separa. Los ojos se separan de las cabezas; la margarita, de sus pétalos. Depende del animador que el caos tenga sentido al crear algo con los sobrantes.

‘No Country for Old Squares’

Una toma del corto «No country for old squares» Credit ÑOOo Productions

Mientras el Muke hace lo que puede con un equipo y acceso a internet limitados en Santa Clara, Blanco y su equipo en ÑOOo Producciones a menudo incorporan el paisaje urbano de La Habana en su obra.

Pero su más reciente creación, que ganó el premio al mejor cortometraje animado en el festival Muestra Joven de 2016, es un cuento orwelliano acerca de un dictador que les grita a unos trabajadores que viven en apartamentos monótonos e idénticos y todos visten igual.

El uniforme militar verde del dictador es inconfundible y justo resulta que el protagonista de la historia desafía al dictador y gana, solo para convertirse en otro dictador. Se compone de imágenes computarizadas, así como pinturas y dibujos a lápiz; las texturas de la película chocan para crear una distopía deprimente a partir de este escenario escaso pero colorido. “Antes de hacer animación, dibujé cómics”, dijo Blanco. “Me interesan los cómics estadounidenses de los años 70 y 80, que son reconocidos mundialmente, y también estoy influido por los cómics japoneses y franceses”.

«Ven, ven» es otra de las producciones de ÑOOo. Credit ÑOOo Productions

‘Ven, ven’

Puesto que es difícil encontrar dinero para la producción, los artistas a menudo aceptan otros trabajos para financiar sus propios proyectos. Este video de 2014 de Blanco retoma varios estilos para crear imágenes que son tan alegres como la música.

La trama es simple: hay un joven; su novia lo invita a una fiesta en su casa y, gracias a las desventuras a lo largo del camino, se queda sin dinero al llegar. Pasa por algunos lugares emblemáticos de La Habana como el faro en lo alto del Castillo de los Tres Reyes del Morro y por el Malecón, la explanada frente al mar; todo está empapado de colores vivos, como si la fiesta hubiera comenzado en cuanto salió de la ducha.

“Somos un grupo que se reúne porque nos gusta hacer animaciones, pero no tenemos estructura; no tenemos una empresa ni una cuenta de negocios en el banco, porque eso no está permitido”, dijo Blanco acerca de su estilo libre.

‘El último acto’

Como sucede con gran parte de la industria cinematográfica cubana, no todo es familiar. Este cortometraje animado de Harold Rensoli, que se proyectó en Muestra Joven en 2013, analiza lo que podría llevar a una persona a considerar el suicidio. Una botella de píldoras sale de la estantería y todas las pastillas se vuelven una sola píldora mortal. La palabra “Tómala” atrae a un personaje solitario del corto para que tome el medicamento y las palabras “Buen viaje” muestran que ya ocurrió la tragedia.

Por si quedaban dudas, unas gotas animadas de sangre salen de la oreja del personaje conforme se muestran los créditos.

“Cualquier acto que hacemos puede ser el último”, dijo Rensoli. “Por lo tanto, no hay tiempo para sutilezas o perfeccionismo. Solo tienes que expresarte”. Aunque está hecha en gran parte con animación cuadro por cuadro, la película incorpora animación por computadora para representar la mentalidad nebulosa del personaje.

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