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La izquierda latinoamericana prefiere criticar a EE.UU. y Europa

Abonados al discurso antiimperialista, los países latinoamericanos no han salido en defensa de la agresión rusa sobre Ucrania

Abonados al discurso antiimperialista, los países latinoamericanos no han salido en defensa de la agresión rusa sobre Ucrania, pero algunos han mostrado más interés en denunciar el ‘imperialismo’ de EE.UU. –y de Europa– por su política de sanciones contra el Kremlin que el de Moscú. Los países más alineados con Putin se abstuvieron en la votación de condena aprobada en marzo por Naciones Unidas (Cuba, Nicaragua y Bolivia, a los que se sumó El Salvador, cuyo presidente, Nayib Bukele, admira el carácter autoritario del líder ruso; Venezuela se ausentó de la votación, pues no quería enfrentarse a EE.UU., con quien negociaba la reanudación de contratos petroleros).

Luego el Kremlin ha exhibido sus relaciones militares con Nicaragua, donde varios cientos de tropas rusas tienen autorización de presencia rotatoria, y también con Venezuela, donde estos días tienen lugar las maniobras conocidas como ‘Juegos de Guerra’, en la que participan muchos países afines y que por primera vez Rusia organiza fuera de su territorio.

Seguridad alimentaria

Pero los mayores países de la región también están sirviendo a los intereses de Moscú. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, evita cualquier crítica a Putin. «No estamos de acuerdo con invasiones, pero no queremos participar en conflictos internacionales. Hemos optado por la neutralidad», afirma.

Por su parte, Argentina y especialmente Brasil están interesados en mantener abierto el suministro de fertilizantes, muy necesarios para su industria agrícola y ganadera. Jair Bolsonaro, que como dirigente de derecha constituye una anomalía en el frente pro-Putin, ha insistido en que Brasil debe priorizar su seguridad alimentaria, y también la energética, pues está negociando la compra de combustible diésel ruso, ahora que está a mejor precio por la reducción de compradores. Ni Bolsonaro ni Alberto Fernández, quien como presidente argentino fue invitado a la reunión virtual de los BRICS de mayo, dejaron de saludar amistosamente a Putin en ese encuentro, en el que no salieron en defensa de Ucrania.

El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha criticado la invasión rusa, pero sugiriendo que Europa tiene parte de la culpa. «¿Cuánta responsabilidad en esta guerra le cabe a la incapacidad europea de sustentarse en energías limpias?», señaló. Perú, por su lado, es el segundo comprador de armas de Rusia en la región, tras Nicaragua (ambos a distancia del gasto que solía hacer Venezuela, ahora en bancarrota).

 

 

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