La justicia ecuatoriana dicta una orden de prisión preventiva contra Rafael Correa
Pero Correa desobedeció la orden este lunes y solo se presentó ante el Consulado de Ecuador en Bruselas, ciudad en la que reside desde hace un año. Ante el incumplimiento, la Fiscalía solicitó este martes endurecer la medida cautelar y la Corte Nacional emitió una orden de prisión preventiva y una alerta roja ante la Interpol para capturarlo y extraditarlo. El expresidente ha considerado la medida «un grave atropello a la justicia» y a sus derechos. «Buscarán humillarnos y hacernos pasar un mal rato, pero una monstruosidad así jamás prosperará en un Estado de derecho como Bélgica», ha asegurado en Twitter.
Correa considera que su vinculación en el secuestro de Fernando Balda, en Bogotá en 2012, es una persecución política y, por eso, había anunciado días atrás que estaba estudiando la posibilidad de pedir asilo en algún país amigo. Su abogado defensor, Caupolicán Ochoa, repitió este martes la misma idea a la salida de la audiencia en la que el fiscal general encargado (provisional), Paúl Pérez, pidió que se endurecieran las medidas cautelares. “No se trata de hacer justicia, sino de hacer venganza. No se ha respetado el debido proceso y se han violado todas las garantías”, cuestionó la defensa, que repitió la tesis de su representado de que el caso Balda está sirviendo para depositar “odio político” contra Correa y conseguir “sacar” al expresidente de la actividad política.
La orden de prisión no está aún en ejecución, dado que la defensa de Correa ha apelado la medida. “Tiene todo el derecho de apelar y solicitar asilo político en cualquier país. Pero desde hoy, anuncio que haré activismo político en las embajadas de los países donde Ecuador tiene presencia, empezando por la de Bélgica para que, con documentos, constaten que esto no se trata de una persecución política, sino de un crimen de Estado”, adelantó el exasambleísta Balda, quien desde este martes es formalmente acusación particular en el caso que investiga su secuestro en 2012.
Según las investigaciones, la implicación de Correa en el intento de rapto de Balda se justifica en que el expresidente estaba en la cúspide de una cadena de mando que ordenó secuestrar al político de oposición en Bogotá, utilizando dinero público como pago. Balda había sido previamente condenado por calumnias contra el exmandatario de Ecuador y estaba prófugo de la Justicia en el país vecino. De acuerdo con la instrucción del caso, desde el Gobierno se ordenó capturarlo pese a que se encontraba fuera de la jurisdicción nacional. Finalmente, el vehículo en que había sido secuestrado fue interceptado por la policía colombiana y Balda fue extraditado a Ecuador para cumplir hasta dos años de condena. “Tiene que haber justicia para todos los crímenes de Estado que se cometieron. No para uno solo”, reclamó este martes el exasambleísta que ya consta formalmente como víctima en el proceso.