Cultura y ArtesLiteratura y Lengua

La palabra que Pombo inventó ayer en su discurso del Cervantes: tarumbancia

«Es creación suya originalísima, no usada nunca jamás antes por nadie; que hemos de vincularla, claro, con tarumba 'loco'»

                  El escritor Álvaro Pombo tras recibir el Premio Cervantes 2024 de manos de los Reyes EFE

 

Escribo estas líneas el día mismo en que han sonado, en el paraninfo de la Universidad de Alcalá, las bellas palabras escritas por Álvaro Pombo para el acto en que iba a recibir, y venturosamente ha recibido, el premio Cervantes. Quienes allí estábamos escuchándolas hemos sentido el alivio, tras días de incertidumbre, de que, aunque no salían de sus labios —sino de los del profesor Mario Crespo, estudioso de su obra, que le ha prestado su voz para la ocasión—, sí sonaban estando él presente, oyéndolas atento y concentrado, algo meditabundo, ya sobre el pecho la medalla recibida momentos antes de manos del Rey.

Ha confesado Álvaro que las tenía escritas hace mucho, por si acaso un día, como felizmente ha ocurrido, le «caía del cielo este maravilloso premio». Y les había puesto título: «Una fenomenología de la fragilidad».

Es sabido que el discurso de quien recibe el galardón tiene como pie forzado inexcusable la figura del escritor que le da nombre. Pombo lo ha seguido, desde luego, pero con la originalidad de no echar mano esta vez de ningún personaje de la obra cumbre cervantina, sino de uno relativamente ‘menor’ —si alguno puede serlo— de los que pueblan las páginas salidas de la pluma del genio: el Tomás Rodaja de ‘El licenciado Vidriera’.

La fragilidad, se ha oído el propio Álvaro desde la silla de ruedas, es el gran tema que va con nosotros en la vida, «la fragilidad ante la enfermedad, ante la soledad, ante la injusticia, ante la inseguridad, ante la falta de convicciones, ante las causas perdidas».

Pero en esta columna quiero, como suelo, hablar de la lengua, de nuestra lengua, del idioma español tan admirablemente cultivado y servido por el escritor Álvaro Pombo. Que ha esmaltado su discurso de un puñado de bellezas.

Ha elegido un pasaje de ‘El licenciado Vidriera’ en que ocurre la palabra ‘veneficios’ -así, «con uve», ha precisado-, cuyo significado es ‘emponzoñamientos, hechicerías’ (es latín puro, está en Cicerón, y emparenta no con bene, sino con venenum). «Ahora -nos ha dicho- nadie se bate en duelo por su honor ni por el honor de España ni por el del Tato», rescatando así del olvido ese nombre proverbial que lo fue de un torero y pasó a usarse en construcciones ponderativas de afirmación o de negación: hasta el Tato, ni el Tato. Y alguna otra.

Pero quería fijarme sobre todo, como remate de estas líneas de urgencia, en una palabra que me ha hecho dar un respingo en el asiento, para rendirme luego, ya en casa, a la admiración: tarumbancia. «Que Dios y el propio Cervantes nos bendigan en las múltiples fragilidades y tarumbancias de nuestro descabalado siglo xx y xxi», se había atrevido a escribir mi amigo santanderino. Solo tengo espacio para decir que es creación suya originalísima, no usada nunca jamás antes por nadie; que hemos de vincularla, claro, con tarumba ‘loco’; y que pertenece a una breve serie de estupendos sustantivos coloquiales y suavemente humorísticos formados con el sufijo -ancia: vagancia, mangancia, camelancia, rimbombancia.

«Pero entonces esa palabra, tarumbancia, ¿existe?», preguntará enseguida más de uno. «Claro que sí», respondería yo de buen grado. «Existe desde esta mañana, gracias a la genialidad de Álvaro Pombo». Luego, menos provocadoramente, le explicaría al perplejo -ya no tengo aquí espacio para hacerlo- que hay creaciones léxicas a las que los lingüistas llamamos «palabras posibles». No están en el diccionario, pero con el tiempo podrían llegar a él. Caerles del cielo ese regalo, como a Pombo el premio que desde hace tanto tiempo merecía.

 

Pedro Álvarez de Miranda

Catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madridy miembro de la Real Academia Española

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba