La relación de Ortega con el gigante chino: grandes promesas y solo ayuda “miscelánea”
Nueve meses después: Vacunas Sinopharm, seis contenedores de insumos médicos, y la promesa de 12 000 casas de “dos cuartos y un piso”
El nuevo vínculo político e ideológico entre la República Popular de China y Nicaragua desde la reanudación de relaciones diplomáticas el 10 de diciembre de 2021 se ha caracterizado por la constante firma de acuerdos y convenios, que hasta la fecha solamente se han traducido en pequeñas ayudas misceláneas de poco impacto, tomando en cuenta el peso del gigante asiático en la economía mundial.
En términos concretos, la cooperación de la República Popular de Chin ha significado hasta ahora para Nicaragua la donación de 800 mil dosis de vacunas Sinopharm contra la covid-19; la entrega de seis contenedores con insumos médicos valorados en un poco más de un millón de dólares, la promesa de iniciar la construcción de 12 000 viviendas “de dos habitaciones y un piso”, y la oferta de restauración de un centro de educación especial ubicado en la ciudad de León.
Pero, los anuncios de que habrá un mayor flujo de cooperación e intercambio comercial han estado constantemente presentes en este vuelco diplomático del orteguismo, que significó la ruptura y expulsión de Taiwán, uno de los donantes más generosos y fieles del régimen.
Valor de Nicaragua dependía de su relación con Taiwán
Margaret Myers, directora del programa de análisis de China y América Latina del centro de pensamiento Diálogo Interamericano, señaló que el valor geopolítico de Nicaragua para el “dragón asiático” está condicionado por su relación anterior con Taiwán, la isla rebelde que China reclama como parte de su territorio.
“Una vez que se rompieron esos lazos, el valor de la asociación con Nicaragua disminuyó considerablemente. La relación sigue siendo importante, ya que China busca establecer y mantener asociaciones con países que tienen relaciones tensas con EE. UU., pero Nicaragua tiene poco que ofrecer a China desde una perspectiva económica”, indicó Myers.
La especialista reveló que a lo interno de China se ha alentado a las empresas a buscar en el exterior acuerdos de inversión de “mayor calidad y menor riesgo”, y Nicaragua no ofrece condiciones favorables que apunten a estos escenarios.
Entorno de Nicaragua no es prometedor para China
“El entorno de inversión de Nicaragua no es particularmente prometedor en comparación con otros destinos de la región. Además, las anteriores relaciones económicas de China en Nicaragua han sido complicadas. Wang Jing, quien dirigió el famoso proyecto del canal, es ahora una figura caída en desgracia en China, ya que se le excluyó de la Bolsa de Valores de Shanghái”, recordó.
“Si surgen ideas de proyectos que son de valor estratégico o económico para China, el país y sus empresas están bien posicionados para perseguirlos. Este compromiso dependerá tanto de los intereses estratégicos de China en Centroamérica, como de la evolución del entorno de inversión de Nicaragua”, afirmó Myers.
Evan Ellis, profesor e investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales del War College de Estados Unidos, en un artículo de opinión publicado en CONFIDENCIAL, también se refirió al poco peso que tiene Nicaragua para los intereses de China, en comparación con otros países de la región.
“A diferencia de otros países que han establecido recientemente relaciones con China, como Panamá, El Salvador, República Dominicana y Costa Rica, el cambio de Nicaragua no ha ido acompañado de anuncios de memorandos de entendimiento entre los Gobiernos, ni de nuevas e importantes inversiones o proyectos de infraestructura por parte de empresas con sede en el gigante asiático”, escribió Ellis.
La “calentura ajena” que sudó Ortega por China
Sin embargo, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue haciendo su rol de aliado incondicional de China en el teatro global. El 2 de agosto, condenaron “enérgicamente” la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán, calificándola como una “provocación”.
El régimen orteguista fue el único aliado chino en Latinoamérica que criticó públicamente la gira de la alta funcionaria estadounidense.
“El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, condena enérgicamente la provocación que constituye la visita a territorio de la República Popular China de la señora Nancy Pelosi”, señaló el Ejecutivo nicaragüense, en un mensaje firmado por el canciller Denis Moncada.
Además, el régimen sigue destacando por medio de su propaganda los aportes mínimos hechos hasta la fecha por China, pese a que estos no van de acorde a lo que se podría esperar de la segunda economía del mundo, con un Producto Interno Bruto nominal de 18 500 000 millones de dólares, y exportaciones por 3 363 959 millones de dólares anuales.
“Hemos recibido un gran número de vacunas chinas para hacer frente al coronavirus. Hemos recibido equipos e insumos médicos para fortalecer el sistema de salud nicaragüense y estamos trabajando en un programa de viviendas sociales para las familias, que tendrá un impacto nacional, y otros programas de desarrollo. Todo en el marco de la cooperación no reembolsable, con esa enorme solidaridad y corazón que ha mostrado el pueblo y Gobierno chino”, declaró Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja presidencial, a medios de la propaganda del régimen, y quien funge como enlace directo con el gigante asiático.
Ortega Murillo fue el encargado de recibir en el aeropuerto internacional de Managua, a finales de junio pasado, al embajador de la República Popular de China en Nicaragua, Chen Xi.
Las promesas chinas a Nicaragua
Además de las 800 mil dosis de vacunas anticovid enviadas a Nicaragua, el 8 de agosto de 2022, Rosario Murillo, portavoz del régimen, anunció que China donará dos millones de dosis adicionales.
El 10 de enero de 2022, Laureano Ortega Murillo, en representación del régimen, firmó el acuerdo de incorporación de Nicaragua a La Nueva Ruta de la Seda, una iniciativa de China que agrupa a 70 países que busca fortalecer los enlaces marítimos y ferroviarios para una desarrollar una robusta red comercial entre Asia, Europa y América.