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Lacalle exhibe estrategia exitosa ante el Covid-19 en sus primeros cien días de gobierno

El gran desafío, pasada la pandemia, será la economía.

Uruguay, junto a Costa Rica, son señalados como los países con las estrategias más exitosas de la región al enfrentar la pandemia del coronavirus. En el caso del país sudamericano, la crisis sanitaria global ha coincidido con los primeros 100 días de Luis Lacalle en la presidencia.

Lacalle arriba hoy a sus primeros cien días de gobierno, y según la encuestadora Cifra, tiene en este momento un 57% de aprobación, lo cual es positivo, ya que alcanzó la presidencia en una muy reñida competencia electoral en la cual el país quedó prácticamente dividido en dos.

De acuerdo con diversos analistas, a favor del presidente uruguayo han jugado un manejo exitoso de la crisis del Covid-19 en un país que tiene una alta tasa de adultos mayores, y por tanto es población de riesgo, y también aún lo envuelve «la luna de miel» de los primeros meses de gobierno.

Álvaro Delgado, secretario de la presidencia y cercano colaborador del jefe de Estado, sostuvo que han logrado un resultado satisfactorio en estos primeros cien días.

«Estamos hace cien días y a los 12 hubo que recalcular lo planificado. Hubo que priorizar. Lo que habíamos pensado de los 900 millones de dólares de ahorro, y de tratar de mejorar el tema de las cuentas fiscales, bajar las tarifas públicas, pero la salud pasó a estar por arriba de todo», precisó Delgado.

Rafael Porzecanski, director de Opción Consultores y experto en estudios de opinión pública, sostiene que a Lacalle lo ayudaron dos elementos a fortalecer su imagen.

«Primero la pandemia, una amenaza externa que genera un sentimiento de unidad nacional que favorece al poder ejecutivo. El Gobierno capitalizó la oportunidad que tuvo. Lo otro es el clima de luna de miel», precisa el analista.

Porzecanski coloca como ejemplo de una estrategia fallida ante el coronavirus el caso del presidente brasileño Jair Bolsonaro, que en medio de la pandemia está severamente cuestionado, según revelan estudios de opinión de su país.

Por su parte, la directora de la empresa Cifra, Mariana Pomiés, dice que el éxito de Lacalle no debe adjudicarse de forma automática a la luna de miel que caracteriza el inicio de un gobierno. «No solo se aprobaron las medidas contra el Covid-19, sino que funcionaron. El virus no se disparó y se utilizaron los sistemas que existían», precisa la analista.

«A diferencia de Chile o Brasil, tenemos un sistema de salud al que accede todo el mundo. Eso que nos parece que es obvio, no lo es», indica Pomiés.

El manejo exitoso de la crisis global por el coronavirus por parte de Uruguay ha sido reconocido por organismos multilaterales. A fines de mayo, el Banco Interamericano de Desarrollo anunció que dará al pequeño país sudamericano más de 1.700 millones de dólares en desembolsos y nuevos instrumentos de crédito disponibles para hacer frente a la emergencia sanitaria.

Mariana Pomiés, en tanto, observa con cautela la alta exposición mediática de Lacalle, quien hace frecuentes intervenciones públicas u ofrece conferencias de prensa no planificadas en respuesta a sucesos en el país. «La presencia permanente del presidente en todos los lugares es riesgosa, ese estar arriba de todo lo que pasa», considera.

Por su parte, Delgado sostiene que el Gobierno puede exhibir como un logro el tema de la seguridad ciudadana, una de las grandes demandas de los uruguayos que votaron a favor del cambio, para llevar a Lacalle y una coalición de centroderecha al poder, y de esa forma ponerles fin a 15 años consecutivos de gobiernos del izquierdista Frente Amplio.

Uruguay, sin embargo, está en schock  por el asesinato de tres marinos, a quienes la delincuencia aparentemente asesinó a sangre fría para robarles su armamento en un puesto de guardia.

En relación a las respuestas comunicacionales del presidente uruguayo, Porzecanski recuerda que Lacalle ofreció una conferencia de prensa rápidamente, algo inhabitual en ese país.

Lacalle «utilizó un mecanismo similar a [el utilizado contra] la pandemia para un fenómeno delictivo. Quizás esta modalidad que se eligió para la pandemia se extienda una vez que se controle la situación, como mecanismo de contacto con la ciudadanía», prevé Porzecanski.

Según este analista, el Gobierno de Lacalle, con este tipo de respuestas comunicacionales, podría terminar siendo más parecido al de Pepe Mujica (2010-2015), con presencia permanente y diálogo con los periodistas. Bien diferente a la segunda gestión de Tabaré Vázquez (2015-2020).

Sin embargo, no todo es color de rosa para Lacalle, pues tanto Porzecanski como Pomiés pronostican que una vez que pase la pandemia, el gran desafío será la economía, y en este terreno reinan los signos de interrogación justamente debido al impacto del coronavirus.

 

 

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