Las diez polémicas del debate electoral de Atresmedia
La inédita circunstancia de la celebración de dos debates electorales en días consecutivos dio lugar a un coloquio intenso y por momentos atropellado en el que Pedro Sánchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias y Albert Rivera se acusaron mutuamente de faltar a la verdad y donde la palabra mentira fue una de las más repetidas, mientras Pablo Iglesias reprendía a los tres por las formas y pedía "mesura". Estos fueron los 10 momentos más broncos de la noche:
«¿LO DE PEDRALBES FUE UN PICNIC?»
Con la inercia del debate en TVE de la víspera, Albert Rivera llegó a la cita en Atresmedia a la ofensiva, y en los primeros segundos del coloquio, aunque el bloque estaba dedicado al empleo, acusó a Pedro Sánchez de haber pactado con los independentistas. El candidato del PSOE dejó el tono presidencial del lunes para bajar al barro: «Quiero dejar claro una cosa desde el principio del debate y es que yo no he pactado con los independentistas, que es mentira, que es falso, que es falso, que es falso y por tanto usted podrá repetir mil veces una mentira, pero es falso. No es no y nunca es nunca». Pablo Casado terció en la polémica: «¿Lo que pasó en Pedralbes qué fue, una jornada de picnic?».
LA TESIS DE SÁNCHEZ Y EL LIBRO DE DRAGÓ
Sánchez insistía en que estas acusaciones eran «mentira» cuando Rivera le sacó del atril su tesis doctoral. «Hoy es el Día de San Jordi y quiero felicitar a los Jordis y a los Jorges», explicó. A continuación, miró a Sánchez y le espetó: «Le he traído un libro que usted no ha leído: su tesis doctoral». Y el presidente le respondió entregándole otro libro: el de las confesiones del líder de Vox, Santiago Abascal, a Fernando Sánchez Dragó. Ambos se enzarzaron y Rivera, tras pedirle que no se pusiera nervioso, dijo: «Españoles, juzguen ustedes si este señor miente o no miente». Rivera recordó, como había adelantado EL MUNDO, que un programa de análisis de la tesis reveló que había un 21% de plagio. «No nos va a hablar usted de mentiras». «Los espectadores no se merecen en el Día de San Jordi que tengamos este intercambio», censuró Iglesias.
IGLESIAS LLAMA «MALEDUCADO» A RIVERA
Lejos de las intervenciones con compases de rap de otros tiempos no muy lejanos, Pablo Iglesias adoptó un tono casi susurrante y ofreció su versión más doctoral, hasta el punto de regañar al candidato de Ciudadanos por su actitud combativa: «No hay que interrumpir todo el rato, señor Rivera. Se puede ser educado en un debate. Es usted muy maleducado. Es una cuestión de respeto a la gente que nos está viendo».
CASADO RECUERDA A RIVERA SU PASADO SOCIALDEMÓCRATA CON SUSANA DÍAZ
Parte de los encantos de los debates electorales consiste en observar la contienda de quienes en apenas unos días podrían tener que entenderse. Los aspirantes de PP y Ciudadanos evitaron el cuerpo a cuerpo pero no siempre ha sido posible obviar que además de la presidencia del Gobierno se juega el liderazgo del centroderecha. «Usted hasta hace un año y medio era un partido socialdemócrata», asestó Pablo Casado a Albert Rivera antes de recriminarle que en Andalucía, en «cuatro años de gobierno con Susana Díaz usted se opuso a quitar el impuesto de sucesiones».
LAS MUJERES, EN EL CENTRO DEL DEBATE
Sánchez exhibió una carta que presentó como si fuera de la Junta de Andalucía para acusar a PP y Cs de pedir los datos personales de los trabajadores de los servicios de violencia de género para ponerlos en «una lista negra», como pedía Vox. En realidad, la petición venía de un particular que hacía esta solicitud a través del Portal de Transparencia, como han hecho muchos otros después de que el Parlamento andaluz rechazara la solicitud del partido de la derecha radical. La misiva no era una orden de la Junta, sino un traslado de la petición de información que no implicaba que se fueran a facilitar los datos o a hacerse una lista negra. La violencia de género fue uno de los asuntos que más tensaron el debate. Rivera expresó que «España no se merece un presidente que juegue con el dolor de las mujeres» y le llamó «mezquino», mientras que Casado le preguntaba insistentemente a Sánchez si también iba a indultar a los presos de La Manada, mientras defendía que «lo que dijo Cayetana Álvarez de Toledo estuvo claro» y recordaba que el PSOE es el único partido con uno de sus dirigentes condenado por violencia machista, en referencia a Jesús Eguiguren. «Es inaceptable que venga a arrojarnos a las víctimas de violencia de género. No le voy a tolerar que me señale. Soy hijo de una madre, el padre de una hija y el marido de una esposa», redundó el líder del PP.
MUERTE DIGNA Y EUTANASIA
Rivera contó que su abuela necesitó cuidados paliativos durante sus últimos días, antes de morir de cáncer, y pidió regular la muerte digna, a lo que Sánchez respondió acusándole de haber obstaculizado con el PP hasta en 19 ocasiones la tramitación de la ley de eutanasia socialista. Rivera instó a Casado a que «rectifique» para que en esta legislatura salgan adelante tanto el proyecto de Ciudadanos como el del PSOE y el PP respondió remitiéndose a las normas de paliativos aprobadas en Galicia y en Castilla y León. «Otra cosa es la eutanasia activa», objetó, recordando la polémica decisión judicial en Reino Unido de desconectar a un niño con una enfermedad rara pese a la negativa de sus padres. «No metan miedo a la gente», le reprochó Rivera, instándole a regular este asunto porque «hay familias sufriendo». Casado se escabulló y dijo que lo «impresentable» es que haya personas que mueren esperando las ayudas por dependencia.
«¿YA HA ACABADO USTED DE MENTIR? AHORA ME TOCA A MI»
Con los candidatos enfangados en un debate bronco y desordenado los espectadores más atentos cazaron al vuelo una frase de Albert Rivera que instantáneamente se viralizó por captar lo que muchos consideraron el espíritu de #ElDebateDecisivo: «¿Ya ha acabado usted de mentir? Ahora me toca a mi».
EL ROLLO DE LA CORRUPCIÓN
El mayor golpe de efecto de Rivera fue cuando desenrolló una lista que «casi llega al suelo» con los nombres de todos los dirigentes del PSOE implicados en corrupción, el caso de los ERE entre otros. «Los españoles merecen saber si va a dimitir», presionó a Sánchez, que respondió arremetiendo contra el PP: «En la Comunidad Valenciana no es que hubiera un gran bazar, es que era un parque temático de la corrupción». El líder de Cs no dejó que se escapara: «¿Y en Andalucía qué había con los ERE? ¿Una fiesta?».
EL ATREZZO DE RIVERA
Antes de que comenzara el debate, en las redes sociales latía la expectativa de que el candidato de Ciudadanos engrosara la colección de carteles, símbolos y fotos desplegada el día anterior. En la segunda vuelta no decepcionó. Como certifica el vídeo sobre estas líneas, en una sola intervención Albert Rivera llegó a utilizar una foto primorosamente enmarcada, la copia de una amenaza de muerte y la imagen las pintadas hechas en la casa del juez Llarena para denunciar el apoyo de Otegi a Pedro Sánchez y el acoso de los independentistas en Cataluña.
Así como en TVE Albert Rivera pronunció el «minuto de oro» más memorable, en la segunda vuelta del debate celebrada en Atremedia brilló Pablo Casado con una intervención que cerró con el icónico lema de sus inicios: «Es verdad que los dueños de los medios de comunicación tienen más poder que los diputados. Es verdad que los bancos en España doblaron el brazo al Tribunal Supremo. Es verdad que las empresas energéticas se compran políticos llevándolos a consejos de administración y es verdad que las cloacas seguirán trabajando para que no estemos en un gobierno. Es verdad que los poderes económicos y sus brazos mediáticos, si dan los números, presionarán a Sánchez y a Rivera para que acuerden un gobierno. Pero también es verdad que cuando la gente se mueve cambian cosas, y lo demostraron las mujeres el 8 de marzo, y lo demostraron los pensionistas, y lo demostraron también los jóvenes que salieron a la calle a decir que no tenemos dos planetas. La historia no está escrita, y el próximo domingo, la historia la escribes tú. Sí se puede».