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Las rutas a la Casa de Nariño

 

Con la definición de Iván Duque como el candidato del Centro Democrático y de Sergio Fajardo como el de la coalición de los Ni-ní queda ya esbozada la competencia por llegar a la Casa de Nariño en el 2018.  

Aunque la campaña hasta ahora arranca y siempre pueden ocurrir eventos que alteren todo el ajedrez y que impulsen a candidatos que no analizamos, éstas son hoy las rutas de los que hoy parecen más viables teniendo en cuenta la estructura partidista que los apoya, las firmas que lograron recoger, o el nivel de reconocimiento con el que cuentan en la opinión pública.  Con base en entrevistas que tuvimos con personas del primer círculo de cada una de las campañas, la conclusión es que los que quieren ganar en primera vuelta buscarán polarizar la campaña mientras que los demás competirán por el centro y buscarán empujar a sus rivales ya sea a la izquierda o a la derecha. Estas son las rutas para llegar a la Casa de Nariño:

Ruta: la apuesta del ex vicepresidente de Santos es llegar a la segunda vuelta con un discurso de mano dura atractiva para los uribistas y sobre los hombros de una poderosa maquinaria clientelista conformada por los caciques electorales que ha ido conquistando durante casi un año de campaña y cuya fuerza se evidenció en la recolección de más de 4 millones de firmas. Por eso su objetivo más inmediato es que su partido Cambio Radical se anote un gran éxito en las elecciones legislativas que en su campaña ven como la verdadera primera vuelta.

Si logran su cometido, la apuesta es que los políticos de la U e incluso los liberales irán llegando, sobre todo los ‘quemados’ en el Congreso, a trabajarle en la campaña. Y a partir de ahí, sobre todo ahora que es claro que Iván Duque es el candidato del Centro Democrático, en su círculo creen que el discurso de la ‘mano dura’ queda huérfano y les será más fácil arrebatarle un espacio de opinión en la derecha que les permita llegar a la segunda vuelta y ganar.

Principal problema en primera vuelta: Uribe, con quien competirán por votos en la derecha y por quién gana más curules en el Congreso en 2014.

Apoyos necesarios para segunda: los uribistas, los conservadores, los religiosos

Mayor riesgo: no conseguir que Cambio Radical logre duplicar sus curules en marzo porque esa es la encuesta en la que creen los políticos profesionales. También está el riesgo de su salud, que tendrá que soportar alto estrés y largas jornadas.

Ruta: Ahora que es el candidato oficial, la apuesta del ex gobernador de Antioquia es convertirse en el ‘Macrón’ colombiano, imitando la estrategia del presidente francés de colarse por el centro en el medio de una campaña polarizada entre la derecha y la izquierda.

Su desafío es ocupar el centro-centro y resistir la estrategia de Uribe y de Vargas que será empujarlo hacia la izquierda diciendo que es el “castro-chavismo con piel de oveja” y de Petro y Clara de empujarlo hacia la derecha diciendo que es “la versión más chic de la propuesta uribista”, como le dijo a La Silla un petrista.

Seguramente pactará con Humberto de la Calle solo si los dos candidatos de derecha parecen subir simultáneamente en intención de voto. Mientras que eso no suceda no lo hará, porque a nivel programático su camino es seguir enarbolando la bandera anti-corrupción y antipolitiquería apoyado en Claudia López y Jorge Robledo como candidatos de listas fuertes al Congreso, cuyo éxito él pueda reclamar como de la coalición que lidera (ésto suponiendo que lleguen a un acuerdo programático, que al parecer está avanzado).  

Principal problema en primera vuelta: Humberto de la Calle, que también representa el centro. Y consolidar la Coalición para que toda la izquierda que representa Robledo y los indignados de Claudia no se vayan donde Petro o donde De la Calle.

Apoyos necesarios para segunda: los verdes, los liberales, la izquierda, Petro y los que odien a los políticos.

Su mayor riesgo: si no logra consolidar la Coalición Colombia y no puede reclamar como de él un triunfo en las listas del Verde y del Polo el 11 de marzo corre el riesgo de desinflarse frente a un éxito legislativo de Cambio Radical y del Centro Democrático, como ya le pasó en el pasado.

Ruta: La apuesta del candidato del Partido Liberal es ocupar el centro y la centro-izquierda con una visión de sociedad y de país auténticamente liberal y progresista en el sentido de quepan todas las minorías, de defender la Constitución del 91 con toda su carta de derechos y más incluyente en lo económico.  

Su desafío es lograr que el tema no sea el de anticorrupción-antipolitiquería, sino más el de una concepción de sociedad liberal vs. de derecha, y en el que su experiencia y trayectoria pública pesen.

Aunque podría eventualmente ir a una consulta con Clara López (ambos pedirán a la Registraduría esa posibilidad), y si es necesario con Petro, el ideal de su campaña sería hacerla con Fajardo para posicionarse realmente en el centro.

Internamente, su desafío es demostrar suficiente viabilidad para garantizar que el Partido Liberal lo apoye (y no se deslice debajo de la mesa hacia Vargas Lleras u otro candidato como sucedió en el 2010 cuando el candidato fue Rafael Pardo) y conseguir ser el candidato de la U también, para que los resultados legislativos de marzo lo impulsen a la primera vuelta.

Principal problema en primera vuelta: Sergio Fajardo, con el que competirá por los votos de centro.

Apoyos necesarios para segunda: todos los que creen en los acuerdos de paz.

Su mayor riesgo: que Petro y Fajardo se fortalezcan y que no haya chance de que Vargas y el candidato de Uribe pasen juntos a segunda vuelta, con lo cual él pierda posicionamiento.

 

Ruta: el camino de la ex candidata presidencial del Polo y ex ministra de Trabajo de Santos arranca por consolidar una alianza de izquierda. Para ello ya firmó un compromiso para tener listas únicas llamadas “de la decencia” con Gustavo Petro, el Mais, la Unión Patriótica y el ex alcalde de Santa Marta Carlos Caicedo, y eventualmente para luego hacer una consulta interpartidista en marzo en la que eligan candidato presidencial de la centro-izquierda.

Esa alianza agrupa a buena parte de la izquierda (pero no la Farc, Piedad Córdoba, los verdes ni el Polo), y la idea sería recoger más apoyos aprovechando la molestia que produjo entre parte de las bases del Polo que ese partido hoy apoye oficialmente la candidatura de Sergio Fajardo (como se vio ya con el pronunciamiento de la única concejal del Polo en Medellín, Luz María Múnera).

Además, López se ha acercado al liberalismo, partido en el que inició su vida política y donde tiene vasos comunicantes, especialmente con herederos del antiguo lopismo (de su tío el ex presidente Alfonso López Michelsen) y del samperismo, lo que la podrían perfilar como la candidata de centro-izquierda.

De hecho, le contó a La Silla que ha hablado con Humberto de la Calle y quedaron en enviar una carta a la Registraduría para solicitar una consulta interpartidista en marzo, algo que por ahora es solo una posibilidad que requiere ese trámite.

Una vez haya ganado esa consulta, la apuesta es a lograr una confluencia grande de lo que ella llama “sectores alternativos” para pasar a la segunda vuelta. Para eso necesitaría que el liberalismo la apoye, por encima o por debajo de la mesa, o que De La Calle se desinfle.

Además, que Fajardo no le muerda ese electorado como le ocurrió a Gustavo Petro frente a la Ola verde en 2010.

Ya en segunda vuelta, López espera que sus planteamientos sobre temas sociales resulten una carta ganadora porque, a su juicio, “el debate no va a girar alrededor de la paz, que apoyamos decididamente, sino de asuntos sociales como la reforma pensional, el desempleo, la salud o la educación”.

Principal problema en primera vuelta: Humberto De la Calle, que competirá con ella por los votos de la centro izquierda. También tiene el desafío de ganarle a Gustavo Petro para ser la líder de la coalición de izquierda.

Apoyos necesarios para segunda: los verdes, liberales y la izquierda

Mayor riesgo: que la ‘lista de la decencia’ se hunda en el Congreso y que la campaña se radicalice en cuyo caso ella quedaría descolocada pues no es tan de centro como Fajardo o De la Calle, ni tan de izquierda como Petro y claramente no están a la derecha como Vargas o el de Uribe.

 

 

Ruta: La apuesta del líder del movimiento Progresistas y ex alcalde de Bogotá es recoger todo el descontento de los colombianos con el poder tradicional con miras a ganar en primera vuelta radicalizando la campaña entre dos proyectos antagónicos: el que quiere hacer las reformas estructurales de fondo que no se han hecho en el país porque el Establecimiento no ha dejado y que él representaría; y el del país feudal del siglo XIX, que propone la derecha, y que implica un retroceso en las garantías democráticas.

Para ello buscará inicialmente consolidar su alianza con Clara López, con el ex alcalde de Santa Marta Carlos Caicedo (que consiguió 2 millones de firmas antes de que lo detuvieran), con Marcha Patriótica, Mais, Partido Comunista y organizaciones que representan lo que él ha llamado ‘las nuevas ciudadanías’ como los animalistas.

Pintando a Fajardo como ‘la derecha chic’, como lo describió el concejal progresista Hollman Morris, buscará atraer a los sectores del Polo de Robledo hacia su propuesta y con su propuesta antisistema a los indignados que iban a votar por Claudia López. Y tratará de hacer una consulta con Humberto de la Calle en marzo para convertirse en el candidato de una coalición amplia del Sí.

Su reto será también sacar adelante la ‘lista de la decencia’ el 11 de marzo, superando el umbral, algo que no es totalmente evidente dado que tiene muy pocas figuras visibles jalonándola y que se enfrentará a la del Polo, con el super taquillero Jorge Robledo a la cabeza, y a la lista Verde con Claudia López liderándola a nombre propio o haciéndole campaña. Si el desempeño de esta lista es muy pobre, eso le puede restar impulso.

Principal problema en primera vuelta: él mismo. Petro ha demostrado tener un ‘techo’ para crecer dado su discurso que tiende a fascinar a un grupo de izquierda pero asustar a los que están más al centro, y más en un escenario en el que Uribe logró convertir al fantasma del ‘castrochavismo’ en el nuevo enemigo a vencer.

Apoyos necesarios para segunda: para llegar a Casa de Nariño, es más fácil para Petro ganar en primera vuelta que en segunda dado que a él, por lo polarizante que es, le queda difícil armar alianzas. Máxime cuando su estrategia en la primera será radicalizarse aún más.

Mayor riesgo: Su mayor riesgo político es que siendo el candidato de Uribe Iván Duque, que la campaña no se polarice sino que se vuelva una batalla por el centro en cuyo caso Clara López tendría más chances que él de liderar la izquierda. También persiste el riesgo jurídico de no poderse posesionar si gana por las sanciones de la Contraloría.

Ruta: Su apuesta es a convertirse en la candidata del uribismo sin ser del Centro Democrático.

Ramírez es, con Iván Duque, una de las dos cartas fijas para la alianza de derecha que algunos llaman alianza del No y que los ex presidente Álvaro Uribe y Andrés Pastrana llamaron oficialmente “Alianza para la reconstrucción de Colombia”.

Aunque el ex procurador Alejandro Ordóñez también ha aparecido como aspirante de esa alianza, y como tal apareció en los foros en iglesias cristianas en los que se llama a ese acuerdo “Coalición Despierta”, según dos fuentes de alto nivel y cercanas a Duque y Ramírez, hoy no lo ven como protagonista. “Está muerto”, dice una de ellas.

Y es que una alianza con dos caras moderadas como Ramírez y Duque, tiene más chances de crecer en un electorado de centro derecha. Y, al tener el apoyo de Uribe, y a menos de que Ordóñez se crezca, tenía prácticamente asegurado el voto de una derecha más dura, por lo menos para segunda vuelta.

Por eso, el siguiente paso en el camino de Ramírez es asegurar que sea la candidata de esa alianza, por un mecanismo que aún no se ha definido.

Para ello usarán como cartas fuertes, frente a Duque, que tiene una hoja de vida más sólida que incluye haber sido dos veces ministra, senadora y candidata presidencial; que es mujer, lo que puede marcar una diferencia en un tarjetón con gran mayoría masculina; y que ya demostró que puede lograr buenos resultados: en 2014, con el aval conservador pero un apoyo escaso en la maquinaria azul, y con el uribismo jugado totalmente por Óscar Iván Zuluaga, logró el tercer puesto con casi dos millones de votos.

Además, dada esa trayectoria, podría aparecer como una candidata apoyada por Uribe sin ser estrictamente uribista, con lo que tendría una buena posición para obtener votos de centro o centroderecha que no son uribistas.

Una vez logre ese apoyo, lo siguiente sería no solo pasar a segunda vuelta sino que Vargas no llegue. Es decir, quitarle una parte sustancial de los votos de centro derecha y luego, en segunda vuelta, lograr que éstos voten por ella.

Con eso, calculan en su campaña, saldría elegida, especialmente si se enfrenta a un candidato que represente a la izquierda como Gustavo Petro o Clara López.

Principal problema en primera vuelta: Iván Duque, a quien tiene que derrotar para convertirse en la candidata de Uribe.

Apoyos necesarios para segunda: Centro Democrático, conservatismo, vargaslleristas

Principal riesgo: su mayor riesgo es que a diferencia de Duque, cuyo partido seguramente barrerá en las elecciones legislativas, Ramírez pasará el 11 de marzo en blanco pues no podrá reclamar como suyo el éxito de las listas conservadoras. Eso puede ayudar a crecer a Duque, salvo que Uribe la quiera a ella como candidata y escoja el mecanismo que la beneficie.

Ruta: la apuesta del candidato del Centro Democrático es ganar en primera vuelta conquistando el centro, y apalancado en Álvaro Uribe y en una votación masiva a favor de la lista uribista en el Congreso en marzo que lo catapulte en mayo como le sucedió a Óscar Iván Zuluaga.

Su primer desafío (y el de Uribe) es garantizar que todo su partido esté detrás de él y que los sectores más de derecha que desconfían de su falta de radicalismo no migren hacia candidatos con un discurso de línea más dura como Alejandro Ordóñez o Germán Vargas. Y luego, ganarle a Marta Lucía Ramírez para ser finalmente el candidato de Uribe.

A juzgar por su entrevista de ayer con Yamid Amat en el Tiempo, Duque utilizará el argumento de la coherencia para pintar a Vargas como un oportunista de última hora que votó las dos reformas tributarias de Santos y la refrendación ‘espúrea’ del Acuerdo de Paz para luego dárselas de uribista; y el de que Fajardo tiene una “actitud vergonzante frente a la seguridad y frente a la promoción de la inversión y la importancia del sector privado” para empujarlo hacia la izquierda y quedarse con el centro.

Duque tratará de convertir su edad (42 años) en un activo presentándose como el relevo generacional, que representa a más del 70 por ciento de la población que es menor de 45 años. Si este argumento cala, será un golpe a todos sus rivales, que pasan de los 55 años, incluyendo Martha Lucía Ramírez, que tiene más trayectoria pública que él.

Principal problema en primera vuelta: superar la desconfianza que le tienen muchos uribistas y convertirse así en el candidato de Uribe, por encima de Marta Lucía Ramírez y de Alejandro Ordóñez.

Apoyos necesarios para segunda: los vargaslleristas, los conservadores y los religiosos

Mayor riesgo: que los uribistas encuentren en Germán Vargas el discurso de mano dura que anhelan y no en él y que eso haga inclinar a Uribe por Marta Lucía Ramírez

 

Ruta: la apuesta del ex procurador anulado es radicalizarse frente a las Farc, la ideología de género, el aborto y cuanto tema logre movilizar a la derecha para convertirse en el candidato inevitable de Álvaro Uribe.  

Ya en este punto es claro que la candidata del ex presidente Andrés Pastrana para la coalición del No es la ex ministra Martha Lucía Ramírez, por lo que a Ordóñez solo le queda la carta de que Uribe le abra un camino alterno para convertirse en su candidato porque lo vea como la alternativa para ganar en primera vuelta. Para conseguir eso, Ordóñez le apostará a retratar a Iván Duque como un candidato blandengue y con poca experiencia.

Principal problema en primera vuelta: lograr abrirse con Uribe un espacio para entrar en el mecanismo de selección del candidato de la coalición del No

Apoyos necesarios para segunda: tiene que ganar en primera vuelta, porque dado su radicalismo tendría muchas dificultades para lograr alianzas en segunda vuelta.

Mayor riesgo: que Álvaro Uribe decida que el candidato de la coalición del No saldrá entre el candidato del Centro Democrático (Iván Duque) y el de Pastrana (Marta Lucía Ramírez) 

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