Los socialistas cubanos ya no creen en Marx… pero no sueltan
Ahora una viceministra de Economía y Planificación del régimen dice que en las empresas falta una figura que ejerza la función de dueño.
Si alguna idea define al marxismo es que los propietarios son unos malvados que, sin aportar nada a cambio, parasitan a la laboriosa clase trabajadora mediante la plusvalía, y por ello está no solo justificado, sino que es imperativo eliminarlos —arrebatándoles lo suyo— para que la propiedad sea social —del Gobierno—, es decir, socialista.
Esta noción económica y filosófica fundamenta la propiedad de todo el pueblo sobre los medios de producción como modelo más eficiente y justo que el capitalista, algo explícitamente recogido en la última Constitución cubana. Tal idea ha justificado todos los atropellos a la propiedad privada y a la libertad individual cometidos allí donde el socialismo, siempre mediante la violencia, se ha entronado como modelo.
Sin embargo, ahora dice la viceministra de Economía y Planificación, Johana Odriozola —hija de altos oficiales del Ministerio del Interior, lo que junto a su frío cinismo le augura altas funciones en el castrismo— que una de las causas de que la empresa estatal socialista no funcione bien es porque «nosotros no hemos tenido en los diseños institucionales una figura que ejerza la función de dueño. Eso está diluido en determinados ministerios globales, ramales o las juntas de Gobierno«. Y ha añadido: «esa es unas de las cuestiones en las que estamos trabajado y de aprobarse significaría un cambio institucional importante en el país».
Boca abierta y ojos como platos. Asombroso, pues reconoce la viceministra que los marxistas que nos gobiernan saben que la propiedad socialista no funciona, y que el rol del propietario es importante pues aporta valor al proceso productivo. Todo lo cual desmonta la plusvalía como robo y, así, todo el edificio marxista.
No obstante, la viceministra demuestra confianza en el sistema socialista cubano recordando que en los últimos dos años las empresas estatales con pérdidas han pasado de 500 a 278, aunque, reconoce, hay otras 309 empresas con beneficios sobre ventas inferior a dos centavos. ¡Dos centavos de peso!: algo que la propia viceministra denomina estar en «estática milagrosa», refiriéndose a cuan fácil pueden caer en pérdida ante la mínima complicación.
Sin embargo, y esto sí que Odriozola no lo reconoce, el «logro» de sacar de pérdidas a tantas empresas no se debe a que el sistema esté funcionando, sino a que esas empresas están pagándole menos a sus trabajadores, muchísimo menos, gracias a que los socialistas que nos gobiernan están devaluando la moneda nacional.
Pero la realidad es que este sistema es tan inoperante que, aunque durante dos años estos socialistas han sometido a Cuba a un shock «neoliberal» de horror y espanto, todavía más del 30% de las empresas estatales —contando las tradicionales y no las pequeñas filiales de nueva creación— siguen sin ser viables.
Sin embargo, los socialistas que nos gobiernan no están preocupados por eso, pues como explica Odriozola, la razón de tanta ineficiencia es que «hay empresas en pérdidas por diseños aplicados en el país, cuyo objetivo es que no se exprese el precio final a partir del encarecimiento de muchos insumos». ¿Eh?
Bueno, según la compañera Johana Odriozola, hay situaciones donde «para proteger a la población la empresa asume la subida de costos, pero no sube las tarifas». ¿La empresa asume? ¿Pero las empresas no son del pueblo, según los socialistas que nos gobiernan? Y si la empresa es del pueblo, entonces, ¿no es el pueblo el que está asumiendo la pérdida? Extraña manera de proteger a la población la de los socialistas…
Estar en pérdida empresarial significa tener gastos superiores a ingresos. Cuando la empresa es privada, el dueño la cierra o asume con su propio bolsillo. Pero, ¿qué pasa cuando la empresa es del pueblo? Exactamente lo mismo: el «dueño» (en este caso, el pueblo) pone de su bolsillo lo que falta. Solo que, como en el sistema socialista el bolsillo del pueblo lo maneja el Gobierno, el pueblo no sabe ni cuánto tiene ni cuánto le sacan, y encima tiene que agradecerles a los socialistas que gobiernan por «proteger a la población».
¿Será que el socialismo aquí —y donde quiera que se ha implantado— es solo una excusa para el robo en masa y la represión a quien se oponga a los que dicen estar construyendo el socialismo… mientras viven como burgueses millonarios?
Aunque felizmente los socialistas que nos gobiernan parecen haber comprendido que el marxismo es una bazofia, por desgracia para nosotros, sus gobernados, ellos no van a devolver lo que robaron. No van a retirarse pidiendo perdón por décadas de «error» y horror, sino que van a inventar, en una próxima Ley de Empresas que están cocinando, el cargo de dueño ficticio para las empresas estatales. De este modo podrán mantener la propiedad de todo el pueblo. Es decir, su propiedad.