Maduro boicotea el reparto de ayuda humanitaria de Cáritas
El Gobierno de Venezuela bloquea la página web de la organización católica.
La censura del chavismo también intenta acallar a las organizaciones religiosas católicas. El régimen de Nicolás Maduro ha bloqueado las actividades de Cáritas en Venezuela, no sólo las de carácter humanitario y sanitario, sino también su página web y los contactos telefónicos, para ocultar la realidad de la grave crisis en la que está sumido el país. La Iglesia católica nunca ha tenido buenas relaciones con el chavismo. Pero desde hace tres años, cuando Maduro llegó a la presidencia de Venezuela, la situación ha empeorado; hasta el punto de que su Gobierno ha prohibido a la organización Cáritas España la distribución de medicinas y equipos sanitarios en los sectores humildes.
El bloqueo oficial a la ayuda humanitaria internacional ha sido denunciado por diferentes ONG. No obstante, el régimen chavista se empeña en cerrar la puerta a la entrada de medicamentos, mientras los hospitales registranmuertes de bebés y de pacientes adultos por falta de material sanitario.
«Maduro no permite la ayuda porque pondría en evidencia la grave crisis que sufren los enfermos venezolanos».
En España, el padre Santiago Martín denunció en ABC y en un vídeo titulado «Venezuela y el odio a la Iglesia» que el Gobierno no permite a Cáritas llevar ayuda humanitaria al país, después de que la Conferencia Episcopal Venezolana se refiriera a «la gravísima situación» de los venezolanos en su segunda exhortación pastoral de este año. Los prelados señalaron que el reciente encuentro con el vicepresidente de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, fue una ventana para el diálogo. Allí la Iglesia solicitó que se apruebe la entrega de ayuda humanitaria –medicinas, alimentos y otros productos– que han ofrecido varios países a Cáritas y a organizaciones sociales de otras creencias. «El Gobierno debe favorecer todas las formas de ayuda a los ciudadanos», señalaron los obispos.
Sin embargo, el régimen venezolano ha rechazado el apoyo de la institución católica. «¿Puede haber alguien tan insensible que le dé igual cómo mueren de hambre sus propios ciudadanos, antes que darle a la Iglesia la baza de que sea esa institución, tan odiada por ellos, la que tenga el prestigio de estar alimentando y curando a los enfermos en ese país? Pues sí, esos son los dirigentes de Venezuela», manifestó el sacerdote. Martín señaló que el único nombre que se le puede dar a esa acción es «odio», y que ese mismo sentimiento hacia la Iglesia «los ha llevado a ese extremo de locura».
Estas declaraciones molestaron al Gobierno de Maduro, que presionó a la organización católica para que desmintiera al padre Santiago Martín. Pero la represión ha ido hasta el extremo de bloquear la página web de Cáritas de Venezuela en internet.
Edsel Moreno, enlace entre el partido Voluntad Popular y Cáritas de Venezuela, indicó a ABC que «Maduro no permite a la organización religiosa que brinde ayuda humanitaria con la distribución de medicamentos porque pondría en evidencia la grave crisis que sufren los enfermos venezolanos y la cantidad de muertes que se producen en los hospitales y clínicas privadas por falta de material sanitario y medicinas. Es el motivo del bloqueo». La llamada telefónica se cortó de repente y no hubo posibilidad de retomar la conversación con el contacto de Cáritas.
Gestiones ante el Vaticano
Desde España, Leopoldo López Gil, padre del líder Leopoldo López, preso político condenado a casi 14 años de prisión por oponerse al chavismo, ha realizado gestiones ante el Vaticano para canalizar la ayuda humanitaria. La esposa del líder Lilian Tintori también ha hecho gestiones en el exterior para recoger medicinas.
Sin embargo, Leopoldo López Gil, lamentó que el Gobierno de Maduro haya bloqueado la llegada de medicinas recogidas por los venezolanos en el exterior, enviadas a su país a través de organizaciones como Cáritas. Y aseguró: «El nivel de violencia que se ha desencadenado es enorme, con saqueos a mercados de alimentos, debido a la desesperación de la gente».