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Marcelino Miyares: Una Bitácora Cubana (LXI)

 

UNA BITACORA CUBANA (LXI)

Estimados lectores, en esta última Bitácora de este infausto año, dos temas sobresalen en la cada vez más traumatizada realidad cubana: en primerísimo lugar, las protestas –todo un símbolo del sentimiento cada vez más generalizado en el pueblo cubano- protagonizadas a partir del 27 de noviembre por el Movimiento San Isidro, grupo en su mayoría de jóvenes heterógeneo –por libre, y por cultural-. El segundo tema, por su extrema importancia para una economía en perenne agonía, es el de la unificación monetaria.

 

Varios de los integrantes del Movimiento San Isidro (Foto: Facebook)

 

1 – “Una chispa que prendió”, así denomina Yoani Sánchez, en 14ymedio, a los acontecimientos en torno a las protestas de un grupo de jóvenes pertenecientes a la cultura, en sus diversas expresiones, y la represión – a la usanza de siempre- de un régimen que cree que tiene todo bajo control, pero que la realidad se le está poniendo muy rebelde.

Afirma con acierto Sánchez: “lo ocurrido es el resultado de más de medio siglo de intentar subordinar el arte a la ideología sin aceptar matices”.

Los artistas incluso llegaron a plantarse frente el Ministerio de Cultura en La Habana. Otro dato muy importante: su protesta siempre ha sido pacífica. Y refleja un fermento, un sustrato de rebeldía frente a la injusticia de la dictadura, que llevaba décadas acumulándose. En palabras de la periodista:

 

(…) Los artistas que protestaban tuvieron el buen tino de no dejarse dividir y de no aceptar la propuesta oficial de que solo 40 de ellos entraran a la sala Llauradó, una encerrona a todas luces, clásica de los manuales de la KGB y de la Stasi.

(…) Algo así nunca había pasado de esta manera, en estas dimensiones y mucho menos en un contexto similar a este. Con un país sumido en la más profunda crisis económica que han vivido muchos de los jóvenes que se reunieron ayer ante el Ministerio de Cultura, con la generación histórica -que ha tenido a la Isla en un puño por más de 60 años- agonizando sin gloria ni legado y con una sociedad cansada de las carencias y soñando con maletas, vuelos y emigración… nadie puede predecir si los acuerdos de ayer son «lo mucho» o «lo poco».

 

Lo fundamental: se están dando situaciones nuevas, imprevistas e inesperadas; porque la realidad sí cambia, a pesar de que el régimen piense que la puede controlar eternamente.

Mientras tanto, Juan Antonio Blanco (en nota publicada en “Diario de Cuba”) usa también la imagen de “la chispa” la cual califica de “peligrosa”. ¿Por qué? Porque confronta, enfrenta, un sustento fundamental del régimen: el derrotismo, la apatía de los ciudadanos.

También lo es porque no solo expresaban reclamos dentro de su ámbito de acción, el mundo de la cultura; también hicieron mención de las necesarias libertades de expresión y de pensamiento. O sea, todo lo opuesto a un régimen comunista, totalitario. En acertadas palabras de Juan Antonio:

“El manifiesto era una suerte de declaración de independencia ciudadana del Estado totalitario cubano”.

 

“Iba contra el apotegma fidelista «dentro de la revolución todo». Visto del modo que se quiera, el MSI se anotó una importante victoria como galvanizador de la conciencia nacional.

Los sistemas de partido único pueden coexistir con el mercado, pero no con las libertades políticas y civiles”.

Pero lo ocurrido no es definitivo. Por lo que utilizar la descalificación prematura de los jugadores, en lugar de criticar jugadas cuestionables, quizás no sea lo más útil en este momento. Las inevitables improvisaciones, discrepancias y errores que se dan en estos procesos, sean superficiales o de fondo, son manejables. Y como decía un famoso receptor de Grandes Ligas: «el juego no se ha acabado hasta que termina».

¿Y otro dato esencial?

La resignación y desconexión que alimentan la apatía cívica han sido sacudidas. Y la noticia de ese insólito hecho, en un país donde se supone que todo está bajo control, trascendió mucho más allá del muro del malecón habanero. Nada será igual después de esta jornada. La apatía, principal pilar del régimen, ha sido perforada.

El Movimiento San Isidro, usando como medio de protesta la lectura pública de poemas, y su disposición a morir ha obligado al Estado cubano a mostrar su naturaleza represora ante el mundo. Mala cosa para la elite de poder en este momento. El contexto no puede serle más adverso. Hay una vasta pradera seca esperando una chispa que la incendie”.

La demanda más subversiva del MSI en medio de su huelga de hambre fue la de que cerraran las tiendas en dólares. Esa exigencia corrió como pólvora en las largas colas para comprar comida de gente que no tienen internet, pero a quienes les llegó, boca a boca, que alguien estaba dispuesto a inmolarse por ellos. La situación se le puede complicar muchísimo más a un Gobierno que no acaba de entender que está en territorio nuevo donde sus viejas tretas pueden ser un bumerán.

Como diría Yogi Berra: «Este juego se acaba cuando termine».

 

Movimiento San Isidro, La Habana. MSI/ FACEBOOK

 

Roberto Quiñones, en Cubanet, considera lo ocurrido Un parteaguas en nuestra historia contemporánea”. Hace un aporte importante a otras consecuencias de los hechos ocurridos:

Cada vez que surge una situación como la protagonizada por el MSI o una crítica contra un sistema que de socialismo solo tiene el nombre, los dirigentes del Partido Comunista y sus testaferros prometen que van a escuchar los reclamos de los insatisfechos. Luego arremeten contra los que se atrevieron a disentir. Subestiman nuestra inteligencia.

No puede haber diálogo sincero, efectivo ni respetuoso de la alteridad en un país que ha impuesto una Constitución sin la participación efectiva de todas las fuerzas políticas y corrientes de opinión. Eso es lo que ha convertido a Cuba en un país fragmentado y sin esperanzas. No lo habrá mientras tengamos una Carta Magna que declara la irrevocabilidad de un sistema que no ha sido elegido por el pueblo.

(…) Nadie puede decir que el MSI es contrarrevolucionario pues sus objetivos tienden a que acaben de cumplirse los postulados que dieron origen a la lucha contra la dictadura de Batista. Los verdaderos contrarrevolucionarios son los que se niegan a cumplirlos y permanecen en el poder sin ser elegidos por el pueblo.

(…) Les ha dolido y mucho lo ocurrido en San Isidro porque no acaban de entender que el pueblo está harto de discursos, promesas incumplidas, violaciones de elementales derechos humanos, carencias materiales, injusticias, represión y sufrimientos.

Los jóvenes del MSI han dado un ejemplo de valentía y patriotismo que conmueve. Cuba no será jamás la misma, de hecho, ya no lo es”.

 

Finalmente, en opinión de Jorge Tintorero, en 14ymedio, “Para la dictadura se avecina una tormenta perfecta”. Ello debido a que sin cambios, que cada día lucen más urgentes e inaplazables, es muy probable que las protestas sociales adquieran características de una verdadera explosión, “resquebrajando los fundamentos del poder”.

 

La reacción desmedida ante la huelga de hambre emprendida por algunos miembros del Movimiento San Isidro parece haber cogido desprevenido al régimen, que evidentemente se sintió sobrepasado por el apoyo que estaban recibiendo estos muchachos. (…) El régimen no calculó el apoyo silencioso con que cuenta el MSI entre los jóvenes y no creyó en la capacidad de convocatoria y organización de las redes sociales; claro, les resulta imposible entender que las personas respondan espontáneamente a sus iguales, sin necesidad de un líder que los convoque”. (…)

 Para nadie es un secreto que los jóvenes que acudieron a la protesta representan diversas ideologías, desde los abiertamente opositores hasta los que se declaran socialistas o revolucionarios (lo que sea que represente eso para ellos), a todos los han metido por igual en el saco de los «mercenarios», llegándolos a tildar hasta de terroristas. El régimen sigue sin entender nada todavía. Si algo positivo tiene esta ceguera es que terminará por convencer a aquellos que aún creen que el «socialismo» y la «revolución» son reformables, de que la única solución es un cambio de sistema mediante el derrocamiento de la dictadura. (…)

No nos llamemos a engaño, la dictadura acumula 61 años de experiencia maniobrando y reprimiendo, sólo que cada vez le queda menos capacidad de maniobra. Saben perfectamente que acceder a los cambios que piden los jóvenes pone en peligro el poder absoluto en que se basa su sistema por una razón muy sencilla y que quedó demostrada 30 años atrás: el socialismo no es reformable. Cualquier reforma que se emprenda, aun las que sean desde dentro del sistema y enfocadas a hacerlo más eficiente, terminan provocando su derrumbe.

¿Qué salida le queda entonces a la dictadura? Parece claro que la única es reprimir, pero la situación interna y externa no favorece en nada esa solución. En lo interno, el rechazo de una buena parte de la población es más que palpable. El segmento de población más identificado con eso que continúan llamando revolución está básicamente constituido por personas de la tercera edad, con muy pocas (yo diría que casi nulas) posibilidades de equilibrar una balanza a favor del régimen en caso de protestas callejeras. Además de las limitaciones propias de la edad de ese grupo, son precisamente estos los más afectados por la profunda crisis económica por la que atraviesa Cuba y que han visto su situación particular empeorada con las últimas medidas tomadas y peor aún, por las anunciadas. Muchas de ellas son personas que dependen de las remesas de hijos o familiares en el extranjero para su subsistencia y que hasta han comenzado a expresar sentirse «traicionadas» por la actual dirigencia”. (…) Y todo esto, con un grupo mafioso dirigente en camino de su extinción por razones biológicas mientras que el llamado «relevo» demuestra una incapacidad supina para enfrentar la realidad.

 

 

 

 

2Un tipo de cambio con el dólar de 1 por 24 pesos es irreal”

Afirma, con su acostumbrada seriedad y dominio del tema económico, Elías Amor Bravo (en su blog “Cubaeconomía”). Para él “habrá que esperar a ver qué dicen los mercados informales, que serán los que reflejen realmente la cotización del peso cubano con el resto de divisas”. Resumamos su análisis sobre eso que el régimen ha denominado “Tarea ordenamiento(“el último regalo envenenado de Fidel Castro a su hermano”):

 

“Ya se despejó la incógnita. La gran noticia anunciada por todos los medios de la prensa oficial se ha desvelado: comienza la llamada tarea ordenamiento a partir del 1 de enero de 2021 y conocemos el tipo de cambio del peso cubano con el dólar, único y para toda la economía. No hay aplazamiento posible, ni tampoco dudas al respecto. La situación no da para más.

Con esta decisión, Raúl Castro y Díaz-Canel unen definitivamente sus destinos al poner en marcha un proceso del que se viene hablando mucho desde el verano, pero que se anunció en una fecha tan lejana en el tiempo como 2011.

A partir de ahora, el 1 de enero será una fecha para celebrar mucho más que el «triunfo de la Revolución». No cabe duda que es el último regalo envenenado de Fidel a su hermano. A partir de ahora, el 1 de enero será el triunfo de la «tarea ordenamiento», o quizás, no habrá que esperar mucho, para ver si realmente se convierte en un fracaso.

Díaz-Canel dedicó la primera parte de su discurso a dejar bien claro que esta es una decisión de todo el poder del Estado y Partido que rige el destino de los cubanos. Por si acaso. (…)

Al parecer, después de casi una década ha finalizado el proceso de elaboración de las normas jurídicas y la formación necesaria. Anunciar de este modo la medida, con especial relevancia, y no recurrir a una Mesa Redonda para hacerlo, pone de manifiesto que las autoridades juegan fuerte en esta última oportunidad que tienen para enderezar el rumbo de la economía.

No se va a criticar en este texto la decisión de avanzar en la unificación monetaria y cambiaria de la economía cubana, porque es hora de que se lleve adelante la supresión del CUC, la absurda moneda ficticia creada por Fidel Castro, y con ello, la recuperación del peso cubano histórico como única moneda de curso legal. La decisión es adecuada, apunta en la dirección correcta de la soberanía monetaria del país, y tenía que haberse producido hace años.

Sin embargo, lo que no se va a renunciar es a realizar un seguimiento y análisis de las decisiones de política económica que adopte el régimen, en particular, todo lo que implique generar distorsiones para la economía y empeorar el nivel de vida de todos los cubanos.

Por ello, lo primero que se tiene que señalar es que la nueva tasa de cambio elegida para el peso cubano, 24 pesos cubanos por 1 dólar, no es la más adecuada, ni tampoco indica una «alta devaluación» como dijo Murillo en una de las mesas redondas en las que asistió. Murillo mintió.

Se trata de un tipo de cambio especialmente diseñado para el sector empresarial, que hasta ahora aplicaba en sus cuentas la paridad del peso con el dólar y el CUC. Pero el salto de fe que supone pasar de CUC al CUP en el cambio general de los consumidores es una declaración inicial de que este tipo de cambio no va a durar mucho tiempo. Los cubanos a partir de ahora aplicarán al CUP con el dólar el mismo cambio que tenía la moneda que desaparece, el CUC.

Las autoridades han adoptado una decisión que trata de corregir las graves deficiencias del sistema empresarial estatal, pero existen dudas de que beneficie a los cubanos, en general. (…) Habrá que esperar a ver qué dicen los mercados informales, que serán los que reflejen realmente la cotización del peso cubano con el resto de divisas, la pregunta que hay que formular es: ¿realmente un dólar equivale a 24 CUP?

En el comunicado informativo de las autoridades ha quedado clara la apuesta por las empresas y el escaso interés en beneficiar a la población con el tipo de cambio del CUP. «El ordenamiento monetario también crea las condiciones para que el sistema empresarial pueda reaccionar positivamente incrementando los beneficios para todos sus trabajadores y para la sociedad».

Esta ha sido la prioridad de la decisión: dar oxígeno al sector empresarial estatal para que exporte y reduzca las importaciones, pero ya se verá realmente si estos movimientos tienen lugar con una devaluación como la aplicada, que ya estaba descontada por muchos. En realidad, una vez más, el interés colectivo de los cubanos ha pasado a un segundo plano. Enderezar el rumbo de este proceso con medidas intervencionistas y de control económico socialcomunista es un grave error. (…)

Con la entrada en vigor de la tarea ordenamiento, el significado de la fecha del 1 de enero ha cambiado a partir de ahora. ¿Es acaso esta la herencia de Raúl Castro?

 

 

-Para Rafaela Cruz, en “Diario de Cuba” (“¿Se está acabando el castrismo? Lo que dicen las cifras), Los ahorros del Gobierno cubano, al menos los declarados, se podrían estar acabando a mediados del 2021.

Para la analista, la razón fundamental del porqué se están tomando las medidas en este momento es “porque se quedaron sin alternativas para proteger sus intereses”.En pura lógica económica, los numerosos ajustes que van a hacer —recuérdese que no estamos valorando la calidad de estos ajustes—, debieron hacerse mucho antes. Llevan décadas hablando de la reunificación. Si hacen estos ajustes a mitad de una pandemia y con la economía en una crisis particularmente profunda donde cualquier empeoramiento podría ser mortal, la motivación no puede ser otra que la desesperación, desesperación por estar quedándose sin divisas”.

Algunos datos: “En 2019 las exportaciones cubanas eran apenas el 60% de las realizadas en el año 2014, mientras que las importaciones, que en 2015 llegaron a un pico de 8.385 millones, habían descendido hasta apenas superar los 7.000 millones”. (…) Esto es un sólido indicador de que antes de la pandemia, ya al Gobierno se le estaba acabando la plata.

Aclara la periodista:

“A Cuba, las exportaciones más importantes le proporcionan 975 millones de dólares mensuales —incluidas remesas, pues para el Gobierno los cubanos son el primer producto de exportación—, mientras que importando solo comida, gastan 160 millones mensuales. De aquí se deduce mediante simple prorrateo, que al bolsillo del Estado cubano —tras perder la ubre venezolana—le están quedando 88 dólares al mes por cubano, con los cuales debe pagar todo lo que pueda pensarse: medicina, transporte, ropa, construcción, maquinaria y un infinito etcétera, lo cual es muy insuficiente”.

Según datos de este año facilitados por el  Bank for International Settlements (BIS), durante los tres primeros meses de 2020 las reservas cubanas de divisas en bancos internacionales pasaron de 2.950 millones a 2.520 millones, una disminución de un 15% en tres meses. Ese ritmo muestra una aceleración con respecto al ritmo del 2019, que fue de una reducción trimestral del 5%. Cada vez se eroga más y se ingresa menos. (…)

Si calculamos usando los datos del BIS, asumiendo como base el descenso del primer trimestre del 2020, es decir 430 millones de dólares (incluso sin introducir el desconocido gasto por pandemia o las variaciones de las remesas que pueden ser coyunturales) los ahorros del Gobierno cubano, al menos los declarados, se podrían estar acabando a mediados del 2021”.

 

Por último, para Juan Antonio Blanco, en Diario de Cuba, “El comunismo en Cuba ha muerto”.

¿Cuál es el profundo significado de los recientes anuncios del régimen cubano? Por décadas se vaticinó que en Cuba el comunismo caería a manos del «imperialismo» o del pueblo, según las inclinaciones ideológicas de cada autor. Nadie previó que sería desmantelado por la propia elite de poder cubana. Los libros de historia dirán que no fue derrocado por una invasión estadounidense ni por una sublevación popular, sino por una piñata mafiosa. Al menos ese es el plan. No quieren encaminar al país hacia una sociedad democrática de mercado, como preveía Francis Fukuyama, sino hacia un Estado mafioso, fenómeno nacido con el siglo XXI.”.

 

Conclusión: el 2020 ha sido un año terrible, tremendamente negativo para la humanidad; de ello no se salvan incluso tiranías de larga data, como la castrista. Nada de lo que hace le está saliendo bien. Recemos –y actuemos, más unidos que nunca los demócratas- para que los inevitables cambios sean para el rescate definitivo de la libertad para la Isla.

 

Esta es la última Bitácora del 2020, la número 61. Que el 2021 nos traiga dicha, paz, prosperidad y nuevos y mejores logros. Que Dios los bendiga a todos.

 

Marcelino Miyares, Miami, 21 de diciembre de 2020.

 

 

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