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Una Bitácora Cubana (XXV)

  

Cerramos el año con una Bitácora en dos partes: el mes y el año.

A. EL MES:

 

  • 1) En esta última Bitácora del año obviamente destacan los temas referidos a la sucesión de Raúl Castro, y su abandono del gobierno en 2018.

 

Así, las elecciones municipales realizadas en la Isla (“en homenaje a Fidel Castro”), fueron un ejemplo más del control absoluto que el régimen tiene sobre loa asuntos electorales. Una vez más, el aparato estatal impidió la participación de aproximadamente 200 candidatos opositores.

En nota de Daniel Lozano (El Mundo), pudimos ver que votó el 85,94% del censo electoral, un total de 7. 608. 404. Votaron como robots, “teledirigidos “ por un modelo totalitario que asfixia toda disidencia o pluralismo. Nunca pudo sospechar Francisco Franco, el dictador hispano, que su frase histórica de que dejaba todo “atado y bien atado”, para que nada cambiara luego de su deceso, donde tendría una real vigencia sería en la Cuba de los Castro.

Es claro que la participación disminuyó, ya que en ocasiones anteriores los porcentajes rondaban más del 90%. ¿Causas señaladas? Desde la alta emigración (un 20% vive en el exterior, y muchos permanecen censados), y una evidente desesperanza que se abate sobre el país, luego de que la situación económica sigue siendo muy negativa, y el retorno a una política de pugnacidad entre la administración Trump y el gobierno cubano.

 

grupos de disidentes, como la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), liderada por José Daniel Ferrer, mantienen que las cifras oficiales del domingo fueron retocadas. “¡Triste espectáculo ese que llaman elecciones! Ninguna alegría en rostros de ganadores y perdedores, rostros tristes, cansados, temerosos. Dictadura de partido único es igual a farsa electoral”, insistió Ferrer al acabar la jornada electoral”.

“Las papeletas en blanco (4,12%) y anuladas (4,07%) fueron menos que en citas anteriores, pese a que organizaciones opositoras como Cuba Decide, liderada por Rosa María Payá, habían llamado a escribir la palabra plebiscito en la papeleta”.

  

Para Miguel Díaz-Canel, candidato principal a suceder a Raúl Castro, las elecciones fueron la

 expresión de que este pueblo no se doblega, ni por huracán ni mucho menos por presiones externas ni por los anhelos que puedan tener otros de que cambie nuestro sistema”.

Se suponía que el nuevo presidente del Consejo de Estado y de Ministros sería nombrado el 24 de febrero, pero hace un par de días se anunció que por la “situación excepcional” causada por el paso del huracán Irma por la Isla, el pasado mes de septiembre, se extendía la actual legislatura hasta el próximo mes de abril. La decisión fue tomada por la Asamblea Nacional del Poder Popular en su segundo y último pleno del año.

Según la Constitución cubana una legislatura solo puede extenderse «por acuerdo de la propia Asamblea en caso de guerra o en virtud de otras circunstancias excepcionales que impidan la celebración normal de las elecciones y mientras subsistan tales circunstancias».

Retrasado el asunto un par de meses, la próxima legislatura será la primera en la cual el presidente de Cuba no tendrá el apellido Castro, si bien la sombra del autoritarismo que caracterizó siempre a los dos hermanos seguirá planeando por un tiempo que es imposible de determinar.

 

2) En nota de Mario J. Pentón, en 14ymedio, se nos informa que “Tres ONG entregan un informa a la ONU sobre violaciones de DDHH en Cuba”.

 

“Según Archivo Cuba se han documentado 3.125 fusilamientos ordenados desde enero de 1959 por el Estado cubano sin el debido proceso legal”.

Entre las víctimas se encuentran menores de edad, solicitantes de asilo y personas que intentaban escapar del país. Aunque en 2008 el Consejo de Estado decidió conmutar las penas de muerte por 30 años de prisión o cadena perpetua, las organizaciones de derechos humanos denuncian que en la legislación cubana continúa vigente la muerte por fusilamiento por causas políticas.

Fusilamientos, desapariciones forzosas, asesinatos extrajudiciales, muertes de opositores e inducción al suicidio son algunas de las causas por las que tres organizaciones que velan por los derechos humanos en la Isla buscan que el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas condene al Gobierno de Raúl Castro.  

El texto presentado a la CDH también da cuenta de 1.199 ejecuciones extrajudiciales bajo el Gobierno revolucionario por parte del Estado, la mayoría de civiles, y de las “graves violaciones” que se dan en las prisiones y unidades militares cubanas.

Con nombres y apellidos de las presuntas víctimas, las organizaciones no gubernamentales Archivo Cuba, la Fundación de los Derechos Humanos y Cubalex (ahora en el exilio) han entregado un informe de diez páginas dirigido al CDH de la ONU para reportar “las violaciones sistemáticas al derecho a la vida por el Estado cubano”.

Las organizaciones han elaborado 17 recomendaciones para el Gobierno que incluyen el libre acceso a las prisiones y centros de detención a organizaciones independientes de derechos humanos internacionales.

El texto, puesto a consideración del CDH el pasado 5 de octubre, detalla las obligaciones internacionales que tiene Cuba por ser signataria de varios convenios para la protección de los derechos humanos.

El trabajo de denuncia es necesario para frenar “la maquinaria de la propaganda castrista” y obligar al Gobierno a rendir cuentas ante la ONU. (…) Hay que hacer que la verdad sobre la dictadura cubana se conozca para que cese la impunidad.”

 

El esfuerzo en material de denuncia de las repetidas violaciones a los DDHH por parte del castrismo es inagotable e indetenible, y poco a poco el mundo va conociendo cuál es la verdad acerca de la brutalidad de un régimen inhumano.

 

3) También en nota de Mario J. Pentón, en 14ymedio, se reitera la degradación del sistema de salud cubano, en caída libre cualitativa y cuantitativa desde hace años.

La realidad es que la medicina tiene solo un fin para el castrismo: producir divisas que le sirvan de alivio a la desesperada crisis económica y financiera del fracasado modelo socialista. Un médico tiene mucho más valor cumpliendo “misiones internacionalistas” que atendiendo a un enfermo en la Isla. Su valor está entonces en función de lo que le “aporta al gobierno”, no a la sociedad.

El sistema de salud, por décadas, era una de las armas del castrismo para justificar el modelo totalitario. Una falsa igualdad, un bienestar de mentiras, que ocultaba la degradación de la vida humana producida por el sistema socialista. El supuesto “hombre nuevo” estaba destinado a gozar de buena salud.

Junto al fracaso en la Isla, las misiones internacionalistas también lo han hecho (solo a los EEUU se han escapado más de 8.000 médicos cubanos).

 

A pesar de las directrices del Ministerio de Salud para reorientar el sistema de salud “hacia la atención primaria y su pilar fundamental, el médico y la enfermera de la familia”, solo en los últimos seis años su número se redujo en más de 23.000, según cifras oficiales.

“El médico es el trabajador más explotado que tiene Cuba hoy. Le sacan millones de dólares haciendo que trabaje en el extranjero y pagándole un estipendio. Los que se quedan aquí ganan menos que un cochero o que un albañil. Conozco a cirujanos que todavía van en bicicleta al hospital a operar”, enfatiza una doctora en la Isla. (…)

La coyuntura económica actual no presagia mayores incentivos económicos para el sector de la salud. El PIB cubano se contrajo un 0,9% en 2016, entre otras causas por la crisis de Venezuela y la reducción en un 18% de la compra de servicios profesionales (especialmente el de los ofrecidos por médicos), el principal ingreso en divisas de Cuba.

 

Según datos aportados por Carmelo Mesa-Lago,

 

En el caso de los consultorios médicos o casas del médico de la familia pasaron de 14.007 en 2007 a 10.782 el pasado 2016.

El número de hospitales decreció un 46,6% y el de policlínicos un 9,2%. Todos los hospitales rurales y los puestos rurales y urbanos fueron cerrados en 2011, los pacientes son referidos a hospitales regionales, pero el tiempo y costo del transporte aumenta y los casos de emergencia son más riesgosos“, agrega Mesa-Lago.

En cuanto a la calidad de los servicios, el economista plantea serias dudas por el deterioro de las infraestructuras y la reducción de los diagnósticos y las pruebas costosas. “Hay una severa escasez de medicinas (falta el 92,3% de los productos básicos), insumos para cirugía, y los internados deben proporcionar sábanas, almohadas y otras necesidades”, añade.

Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, tras el inicio de las reformas raulistas entre 2008 y 2016 el personal total de la salud ha caído en más de un 22%. La cantidad de técnicos decreció en un 54% y la de enfermeros en un 16%. Por el contrario, el número de médicos aumentó 19%.

Más de 40.000 médicos se encuentran cumpliendo misión internacionalista, por lo que en vez de tener un médico por 127 habitantes, como presume el Gobierno, Mesa-Lago calcula que en realidad hay uno por 234, un nivel similar al de 1993, el peor año de la crisis económica durante el Periodo Especial. La situación es peor aún en las especialidades que tienen más personal en el extranjero.

“La exportación de profesionales de la salud aporta al país un ingreso de unos 8.000 millones de dólares anuales, pero reduce el acceso a los servicios médicos dentro de Cuba”, resume Mesa-Lago. A esto se debe las largas colas de espera en la Isla y la degradación del sistema de salud.

  

4) Se murió Fidel, se retira Raúl, pero el inmovilismo, esa marca de fábrica de la gestión socialista, sigue más viva que nunca. Para Rafael Rojas, en nota publicada en El País (Madrid), “La mala práctica del contragolpe” ello implica que

 

“Detrás del inmovilismo de La Habana, detrás de la postergación de reformas hay una mezcla de inseguridad y despotismo, de confusión entre poder hegemónico y dominación absoluta, pero también de miedo al cambio”.

Las recientes medidas para reforzar el embargo comercial a Cuba del Gobierno de Donald Trump son una buena muestra de lo que el Che Guevara llamaba “revolución a contragolpe”. (…)

Trump busca diferenciarse de Barack Obama a toda costa, aunque recurra a la contradicción de ser realista con Rusia y China e idealista con Venezuela y Cuba. Los efectos nocivos de esa manera de entender y practicar la diplomacia, por casi sesenta años, están a la vista del mundo: no sólo en Estados Unidos, también en Cuba. El contragolpe era justificable en la Guerra Fría, pero no en tiempos globales.

Muerto Fidel Castro y restablecido el vínculo diplomático con Washington, algunas de las más importantes decisiones del Gobierno cubano siguen siendo gestos de contragolpe a su vecino. Cuando el séptimo congreso del Partido Comunista de Cuba, en abril de 2016, decidió frenar las reformas emprendidas en 2012, partió del diagnóstico de que la estrategia de Barack Obama estaba minando la solidez ideológica del régimen. Regresar al discurso de barricada, atacar al “centrismo” académico, apostarle todo a la supervivencia de Nicolás Maduro en Venezuela, respaldar la carrera armamentista de Corea del Norte y secundar la campaña de descalificación contra la candidatura de Hillary Clinton, operada desde Moscú, fue la manera en que el Gobierno de Raúl Castro creyó recuperar el control, luego del viaje de Obama a La Habana.

Ahora, con el previsible deterioro de las relaciones con Donald Trump y ante la falta de respuestas convincentes de La Habana a las acusaciones de irresponsabilidad por supuestos ataques acústicos contra diplomáticos de Estados Unidos y Canadá en la isla, el Gobierno cubano vuelve al contragolpe. El canciller Bruno Rodríguez se reúne en Washington con residentes cubanos en Estados Unidos, partidarios suyos, y anuncia una serie de medidas que flexibilizan el vínculo con una parte de la diáspora. Se trata de decisiones que profundizan la reforma de diciembre de 2012, pero que no remueven el núcleo de la restricción de derechos económicos, civiles y políticos de los emigrantes cubanos en su país de origen.

Medidas como la libertad de acceso a las marinas de Varadero y La Habana están dirigidas a la captación de divisas del turismo cubano-americano. Se trata de un paso más en la dirección del capitalismo segmentado que se está construyendo en Cuba desde hace años y que seguirá acentuando la diferenciación social, toda vez que la apertura del mercado interno y el crecimiento del sector no estatal se ven sometidos a constantes y arbitrarias limitaciones. Esas libertades privilegiadas se suman a un nuevo orden, cada vez más estamentado, en el que la falta de derechos civiles y políticos básicos se ve compensada por una distribución selectiva de derechos económicos.

Detrás de la postergación de reformas hay una mezcla de inseguridad y despotismo, de confusión entre poder hegemónico y dominación absoluta, pero también de miedo al cambio.

Antes de que el Gobierno cubano reaccionara contra la política de Obama, Raúl Castro y otros dirigentes de la isla anunciaron reformas constitucionales y nuevas legislaciones en materia electoral, de asociaciones y de medios de comunicación. Todos esos cambios, necesarios para el propio régimen, se aplazaron deliberadamente y el Gobierno se enfrascó en una exhaustiva neutralización del movimiento opositor, que llegó al extremo cuando el vicepresidente y posible sucesor, Miguel Díaz Canel, anunció un plan para evitar que los candidatos independientes resultaran nominados en los comicios de base.

De manera que el inmovilismo cubano está enfrascado en una lucha paralela contra la oposición y la reforma, contra el cambio rápido y el lento, contra Obama y contra Trump.

 

5) Yoani Sánchez llama la atención en 14ymedio sobre una nueva invasión soviética de la Isla: “Sputnik” y “Russia Today” invaden los medios cubanos.

La prensa oficial cubana se ha convertido en correa de transmisión de la prensa putinista, de la prensa del nuevo Zar de Rusia.

 

«La agencia estatal de noticias Sputnik y el canal de televisión internacional RT son mencionados cada día en los diarios, noticieros o programas radiales de la Isla. El contenido tomado de ambos medios va desde anuncios científicos, pasando por informaciones del país euroasiático hasta llegar a los temas internacionales.

Sin comprobar la veracidad de la información suministrada, los analistas de la prensa oficial asumen los puntos de vista, las matrices de opinión y las aseveraciones de esos medios, con la misma complicidad con que un día promovieron las informaciones del diario soviético Pravda y de la agencia oficialista TASS.

Cuestionar la legitimidad de Occidente, promover el escepticismo por la democracia, dudar del futuro de la Unión Europea, difundir teorías de la conspiración sobre los poderes que mueven el mundo y negar la capacidad de decisión de los ciudadanos en los sistemas liberales son algunas de las ideas más repetidas por esos medios estatales. (…)

El culto a la personalidad alrededor de Vladímir Putin o Fidel Castro también forma parte de la receta de esta prensa propagandística, con más intenciones de adoctrinar que de informar. (…)

Según ellos, el lanzamiento de los misiles por parte del régimen de Kim Jong-un es la justa respuesta norcoreana a “las maniobras navales conjuntas de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur“, mientras que los últimos comicios venezolanos representan la “mayor victoria” del chavismo y la “derrota final” de la oposición. (…)

Ambos medios no aluden a la oposición política existente en el país y cuando lo hacen repiten tópicos al estilo de “enemigos” internos, “contrarrevolucionarios” o “financiados por Estados Unidos”, mientras que presentan al Gobierno de Raúl Castro como poseedor de un amplio apoyo popular y con una probada ascendencia diplomática en América Latina. (…)

Ambos medios trabajan también para adoctrinar a la audiencia de la Isla a través de la prensa cubana, por lo que Moscú influye en la manera en la que la realidad del mundo exterior es percibida por los cubanos.

A diferencia de muchos países europeos donde han saltado las alarmas por la nueva guerra mediática que está desplegando el exoficial de la KGB convertido en presidente de Rusia, La Habana se presta gustosamente a todas las manipulaciones de Putin y le ofrece, además, un público cautivo de 11 millones de cubanos”.

 

B. EL AÑO

El 2015 se definió en estas Bitácoras Cubanas como el año del deshielo de las relaciones USA-Cuba; el 2016 se definió como el año de la Contrarreforma, y el 2017 como el año de la Incertidumbre. Veamos por qué:

Comenzamos el año con la eliminación de la política de Pies Secos Pies Mojados, la cual dejó en el ‘limbo” a miles de cubanos en tránsito mientras que la oposición pudiera teóricamente crecer al cerrarse la válvula de escape…Se crea una gran incertidumbre y una evidente expectativa sobre la política del nuevo presidente de USA hacia Cuba. En Febrero declaramos que el proceso entró en un nuevo “paradigma” en el que los cubanos somos la solución, dejando atrás la dependencia hacia el “embargo”.

En Abril empeora la situación en Venezuela y se ve como Cuba está por detrás y dentro del proceso hacia la dictadura en este país. Se anuncia visita del gobierno y del Rey de España antes de que Raúl Castro entregue el poder el 24 de Febrero del 2018. Se acaba de anunciar que esto último será en Abril. La visita de España no se ha producido. En Mayo el Presidente Trump viene a Miami a anunciar su política hacia Cuba. Mientras que públicamente se da la imagen de que la nueva política será diferente a la dejada por Obama, en realidad la nueva política no contiene los cambios radicales que muchos seguidores de Trump esperaban.

En Julio se sigue hablando de Venezuela, se hacen graves acusaciones de violaciones de derechos humanos en Cuba, se habla de Díaz-Canel como sucesor de Raúl Castro y se habla del fracaso económico del Castrismo. En Septiembre toca fuertemente a Cuba el huracán Irma, poniendo una vez más a la luz pública el fracaso del sistema. El Papa visita Colombia y Trump habla por primera vez en las Naciones Unidas. Ninguno de los dos menciona Cuba.

En Octubre todavía se sienten los efectos de Irma y se continua hablando del fracaso económico del sistema. En noviembre se hace evidente el renacer de una “guerra fría” en las relaciones USA-Cuba, declarada por las acciones del gobierno cubano influidas por facciones del oficialismo que nunca aceptaron la “nueva política” iniciada por Obama-Raúl Castro. Al mismo tiempo se produce un incremento en el cuentapropismo llegando a 579,415 personas. Y llega diciembre, ampliamente presentado en la primera parte de esta Bitácora. Valga la pena resaltar que el rechazo del gobierno a permitir la participación en las elecciones municipales a decenas de “independientes” establece una vez mas el carácter totalitario del sistema y elimina una de las alternativas opositoras.

¿Qué nos dice del 2017 este recuento? ¿ Qué podemos esperar para el 2018? ¿Qué podemos y debemos hacer?

Nosotros en americanuestra.com continuaremos trabajando por la libertad-igualdad-fraternidad en nuestro continente americano.

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Señalábamos al comienzo que esta es obviamente nuestra última Bitácora del 2017. Aprovechamos entonces para desearles a todos ustedes, queridos lectores, un 2018 lleno de parabienes, de logros personales, profesionales y familiares, y que la luz de la esperanza de un nuevo y mejor amanecer en Cuba y en nuestra América no disminuya, sino que al contrario, con el favor de Dios, brille cada día con más fuerza.

 

Marcelino Miyares, Miami, 23 de diciembre de 2017

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